Por Víctor Hugo Moreno. Diciembre 1, 2017

Al menos dos veces a la semana un grupo de jóvenes —en su mayoría estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile— salían de clases y,  en vez de irse a sus casas, el panorama era reunirse  a reflexionar sentados en el pasto o en las bancas de la plaza José Domingo Gómez Rojas, en pleno barrio Bellavista. Intercambiaban lecturas, se prestaban libros usados,  debatían sobre política e imaginaban en cómo trazar un camino para cimentar una nueva revolución de izquierda. Corría el año 2006.

De ese grupo —autodenominado como colectivo Arrebol— hoy,  11 años después, existen dos diputados electos: Gonzalo Winter (Movimiento Autonomista)  y Gael Yeomans (Izquierda Libertaria). Ahora, eso sí, organizados bajo otra forma, sin ese último rayo de sol en el atardecer sentados en la banca de la plaza; para entrar  a debatir esos mismos sueños y utopías en el circunspecto hemiciclo de la Cámara. La cosa es en serio.

Winter rememora esos años con algo de nostalgia y explica qué leían y reflexionaban una década atrás en lo  que fue —para él— un colectivo bastardo.

—Había colectivos de ultraizquierda, grupos maoístas,  de todo.  Todos los grupos venían de algún tronco. El colectivo Arrebol fue el primer grupo bastardo: no tenía papá. Existían los estudiantes autónomos, en paralelo, que eran producto del quiebre de “La Surda”. El Colectivo Arrebol no tenía doctrina ni libros sagrados, pero existía un dinamismo en los libros que nos prestábamos: Miguel Enríquez, Toni Negri, Paulo Freire, el subcomandante Marco, García Linera eran los  referentes que compartíamos.

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La discusión ideológica se trataba,  ya por esos años, sobre qué rol escoger: la fuerza social por sí sola o intentar  además incidir en la institucionalidad. La corriente marxista estuvo y está presente en este grupo. Al electo diputado no le avergüenza declararse como tal. Pero faltarían años para que estos colectivos universitarios tomaran forma y estructura. Tendría que llegar el 2011.

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El Blog de la República. Así se llamaba el grupo de reflexión que en el año 2005 Sebastián Depolo, fundador de Revolución Democrática, dirigía. El principal tema de discusión estaba en el rol de la izquierda en el nuevo siglo. Se analizaban textos de Norbert Lechner, Ernesto Laclau, Chantal Mouffe, Mangabeira Unger, de Tomás Moulian (Chile actual: Anatomía de un mito),  entre otros. El principal enfoque teórico que movía a estos jóvenes era la dimensión subjetiva del hombre en la sociedad y cómo la política no podía ser concebida sólo como herramienta de generación de políticas públicas.

El 2009 se reunieron dos generaciones: la de Depolo (40) y la de los treinteañeros Miguel Crispi, Nicolás Valenzuela, entre otros, que venía de la corriente del NAU (Nueva Acción Universitaria). Más tarde aparecería el dirigente de la UC Giorgio Jackson durante el agitado 2011. Ese año este grupo cayó en la cuenta del motor que los guiaría: la política tradicional no daba respuestas a las demandas sociales. Aquel fue el punto de partida y de no retorno.

Los primeros tiempos: Se analizaban textos de Norbert Lechner, Ernesto Laclau, Chantal Mouffe, Mangabeira Unger, o de Tomás Moulian (Chile actual: Anatomía de un Mito), entre otros.

Depolo explica el origen en  2012 de su partido, Revolución Democrática:

 

—El 2012 hicimos un congreso en el GAM donde se fundó RD e  hicimos un voto político donde dijimos que no íbamos a ser partido hasta que cambiara la Ley de Partidos. Fue una discusión álgida. Había mucho rechazo a la política. Crear  un partido podía ser una traición a este movimiento. Cuando se miraban experiencias brasileñas, u otras, quedaba demostrado que había que dar el salto a la institucionalidad. En RD siempre ha convivido una parte más ciudadana y otra más institucionalista.

Finalmente, en 2013 deciden competir en las elecciones parlamentarias con tres candidatos, aunque sin una lista unitaria de izquierda, pese a que ya había conversaciones con otras fuerzas como Izquierda Autónoma (IA) o los libertarios. Llegan de la mano de Giorgio Jackson (RD) y Gabriel Boric (IA). Es el primer paso fundador del FA y que tiene su raíz más estructural luego del 2011.

Por esos años ingresó también a RD el único senador electo en las recientes parlamentarias, Juan Ignacio Latorre (Quinta Región). Tras regresar de España, el psicólogo buscaba un nicho donde militar que representara la idea de una nueva izquierda independiente de los partidos tradicionales. ¿Qué lo motivó?

—La juventud, el hecho de pensar sin complejos la historia de la izquierda chilena y del siglo XX, sin ataduras: admirando esa historia como herencia, pero con la libertad de decir que había que plantear nuevos elementos que a la izquierda tradicional le han costado: feminismo, democracia participativa y medioambiente, por ejemplo. Desde el inicio estaban presentes en RD esos temas. La izquierda tradicional no ha muerto, lo que se está formando es una nueva izquierda y es un aporte. No digo que vengamos a reemplazar a la izquierda tradicional, pero sí a convocar a nuevas personas y nuevos temas —dice.

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En 2008, otro grupo de jóvenes provenientes del autonomismo y con influencias de La Surda, representada en el sociólogo Carlos Ruiz —quien en los años 90 ya cuestionaba el rol de la izquierda, proponiendo una renovación de las ideas que fracturaran la hegemonía de la entonces Concertación—,comenzaba su propio periodo de reflexión. Leían a Marx, Gramsci, Nelson Gutiérrez (MIR) y Eugenio González (PS) acompañados de los análisis de experiencias internacionales como la brasileña o la  cubana. La idea de este grupo de jóvenes y, entre ellos,  del actual vocero de la IA, Francisco Figueroa, era buscar una izquierda que fuera capaz de romper con el modelo chileno neoliberal. Sus conclusiones apuntaban a que tanto el comunismo como la socialdemocracia europea habían fracasado. Figueroa sintetiza el origen de esta fuerza política.

—La izquierda debía reconstruirse atendiendo al nuevo Chile. No podíamos seguir añorando los viejos actores del siglo XX por los cuales se separó la izquierda. Nosotros veíamos que se estaban configurando nuevos sujetos sociales con la profundización de la mercantilización y privatización. Surgían nuevos problemas en la sociedad de los que nos teníamos que hacer cargo, y  había que construir una izquierda independiente de la Concertación, construir Izquierda Autónoma—.

Hasta 2012, al igual que los otros movimientos, se organizaban a través de colectivos, funcionando en sedes gremiales o universitarias.  Tras el movimiento social por la educación del 2011,  estos grupos adquieren mayor estructura. Ya en 2012 comenzaron las primeras conversaciones serias con RD,  NAU, y con el movimiento UNE (actual Nueva Democracia) para la creación de un frente único de izquierda. También empezaron a  mirar otras fuerzas, no universitarias, como el Partido Humanista,  los ecologistas y el PRO de Marco Enríquez Ominami. La idea del Frente comenzaba a tomarse en serio. Pero aun así  tendrían que pasar  algunos años.

Fernando Atria: “Chile le mostró al mundo el camino de entrada a neoliberalismo; a Chile le va a tocar ahora mostrar el camino de salida”.

En enero de 2016, Cristián Cuevas organizó una reunión en la sede de su fundación, Emerge. A la cita concurrieron varios de los dirigentes de estos movimientos. La idea de sumar y no restarse era mirada con atención. Especialmente, luego de que en 2014 se cambiara el sistema electoral, pasando de uno binominal a uno proporcional moderado. RD había decidido justamente transformarse en partido político  tras  ese cambio, y se dieron cuenta de que el sistema de listas los favorecería electoralmente. Si querían concretar algo grande debían unirse, pese a las diferencias  de doctrinas ideológicas. Miraban, además,  casos internacionales ejemplares como el español, pero, por sobre todo, el uruguayo.

Parlamentarios del Frente Amplio se reunieron con coordinadora No+AFP

Pocos meses antes de las elecciones municipales de 2016, en el Hotel Fundador, en Santiago, germinó la idea de crear un Frente Amplio, así con ese mismo nombre. “Alternativa democrática” también circuló, pero sedujo más el primero. La discusión de la forma y fondo quedaría para después, cuando en enero de 2017 se fundase oficialmente el Frente en un congreso ideológico y programático realizado en la USACh.

El FA establecía sus principios de lucha contra el neoliberalismo y del Estado subsidiario con la creación de una fuerza transformadora, aunque no se declaran abiertamente de izquierda. La gran mayoría apunta a la concreción de un modelo de izquierda a la chilena del siglo XXI.

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¿Qué significa la creación de ese modelo de izquierda del siglo XXI?

Fernando Atria (PS), quien por estos días ha sostenido encuentros con miembros del Frente Amplio que se hicieron públicos con un documento de convergencia elaborado en conjunto con Carlos Ruiz, cree que la izquierda hoy tiene la responsabilidad de cerrarle la llave al modelo neoliberal impuesto en dictadura.

—Chile le mostró al mundo el camino de entrada al neoliberalismo; a Chile le va a tocar ahora mostrar el camino de salida. La izquierda chilena debe elaborar una visión que sirva como guía en el proceso de salida que lleve a una forma de socialismo posneoliberal. Tiene que haber, eso sí, una actitud antidogmática de todas sus partes—.

El ex candidato a diputado  cree que el 19 fue un gran triunfo para la izquierda y que eso, en buena medida, se debe a la agenda transformadora de Bachelet.

—Es indudable, pese a las diferencias de Guillier y Sánchez, que nunca se había expresado una mayoría de izquierda tan clara. La NM se dividió en dos con una DC que decía que la agenda reformadora de Bachelet fue un error, y los otros decían que la agenda era correcta. Y en esa división, el primer grupo fue derrotado.  Esa mayoría, ese 52%, es en buena parte por Bachelet. Todavía no se ha dimensionado el efecto de este gobierno. Si uno mira el contenido , no cabe duda de que se  puede lograr un proyecto unitario de la izquierda. Conversando con gente del FA sobre el tipo de país que quieren, tenemos algunas diferencias, pero son más bien marginales —sentencia Atria.

El FA establecía sus principios de lucha contra el neoliberalismo y del Estado subsidiario con la creación de una fuerza transformadora, aunque no se declaran abiertamente de izquierda.

En torno al futuro de este proyecto de tercera fuerza que logró nacer el pasado 19/11, el analista político, Ernesto Águila (PS), cree que el gran problema será cómo resolver su compleja diversidad de pensamiento interna.

—El FA es una coalición extraordinariamente heterogénea en términos ideológicos y hay que ver si frente a los proyectos de ley logra mantener su unidad. La gran incógnita es si logrará, a pesar de su heterogeneidad, mantener su unidad. Es posible que en su interior se vaya consolidando un núcleo hegemónico a través de RD, pero esa hegemonía va a ser resistida por grupos con menor peso político y parlamentario. Será importante ver si logran institucionalizar mecanismos de participación y de toma de decisiones, pero lo fundamental es quién logrará la hegemonía dentro del FA y darle el sello y la conducción  —explica.

El FA nació al amparo del movimiento estudiantil del 2011. Es el hito que convenció a grupos revueltos en añosas sedes y plazas a conformar una coalición de izquierda alternativa a la vieja Concertación. Aún están saliendo del nido: dejaron de ser huevo y pasaron a ser tortilla, como bien graficó uno de los entrevistados.

Atrás quedaron los pantalones cortos y las chalas; ahora se vistieron de largo y llegó el momento de tomar decisiones importantes. La primera de ellas es saber qué rol tendrán en esta segunda vuelta, lo que hasta el cierre de esta edición aún se discutía.  Y comentan algunos desde el FA que sus propuestas no son una retroexcavadora y tampoco exigirán al candidato Alejandro Guillier que ceda todo, pues hay conciencia de que la NM ganó y que el FA salió segundo. Tiene que haber cierto nivel de tolerancia. El tema central pasa por los diagnósticos en ejes claves, como el sistema de pensiones, la necesidad de una nueva Constitución, el fin del CAE o la reforma a los derechos de aguas. Esos elementos son centrales y son los temas que se  pusieron en debate para esta segunda vuelta y que serán parte de la batalla que ya comenzó el 19/11.

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