Por Víctor Hugo Moreno y Carolina Sánchez Agosto 11, 2017

Tensión. Molestia. Ese era el ambiente que el lunes se respiraba en una estrecha sala que reúne al recién inaugurado comando político de la campaña de Beatriz Sánchez en la casona que arrendaron en calle Sara del Campo, a pasos del cerro Santa Lucía. La candidata —evidentemente molesta— tomó la palabra e hizo una exigencia: solucionar a la brevedad el conflicto desatado por la decisión de Alberto Mayol de postular como candidato a diputado en el distrito 10, rompiendo así todos los acuerdos pactados por las dirigencias. Se estaba dando un penoso y horrible espectáculo, fue su conclusión. Todos los presentes concordaron.

La candidata, además, habría manifestado su convicción de que Mayol dejó ya de ser frenteamplista; aunque para muchos en verdad nunca lo fue.

Ese mismo lunes por la noche, Mayol fue citado a una reunión con los presidentes de partido. El encuentro se realizó a puertas cerradas en la sede de Poder, sin punto de prensa. A la añosa casona ubicada en el barrio Brasil, el ex candidato presidencial no llegó solo. Lo acompañó un militante comunista, Dario Quiroga. Dato curioso que llamó la atención de los presentes. En el encuentro no hubo grandes conclusiones. Mayol insistió en su derecho a competir, descartando —como lo ha hecho en reiteradas entrevistas— un ánimo de pasar por encima de los acuerdos pactados, negando, también, que su decisión no se la haya informado al Frente Amplio por las vías regulares. Los frenteamplistas sólo lo escucharon, aunque hicieron infructuosos llamados para que entrara en razón. ¿Con cuál razón?: En el distrito 10 (Providencia, Ñuñoa, Santiago, Macul, San Joaquín y La Granja) ya se habían acordado las listas lideradas por Giorgio Jackson (RD), Natalia Castillo (RD) y Francisco Figueroa (IA). Agregar uno más perjudicaría las opciones de los dos últimos que, en teoría, podrían ser arrastrados por el incumbente Jackson. En simple, desordenaba todo el mapa electoral que se había armado. La tesis de Mayol para su dura postura es concreta: él vive en la zona y es el único lugar donde puede hacer campaña.

Al caso Mayol se le podría sumar una posible candidatura de Pamela Jiles y otra sorpresa en Punta Arenas.

Los principales afectados aguardan con sigilo un cambio de postura del ex presidenciable. No les cabe en la cabeza que se rompa un acuerdo así de fácil; ni menos que se les baje una candidatura a última hora. Eso sería impresentable: la tormenta perfecta.

Natalia Castillo insiste en que Mayol la llamó para que se bajara; mientras él la contradice, afirmando esta semana en radio Cooperativa que sólo se tomaron un café para conocerse (lo que resultó fácil porque son vecinos) y plantearle la posibilidad de competir.

—Creo que las candidaturas del Frente Amplio no son decisiones personales. Entonces, en ese entendido, a mí no me parece que se negocien entre candidatos, sino que tienen que ser producto de una deliberación colectiva. Yo me sometí a todas las instancias de decisión de mi candidatura, fue aprobada por el partido y también en el Frente Amplio. Entonces no me parece que me lo haya pedido personalmente, no corresponde —explica Castillo.

En tanto, Francisco Figueroa dice que se enteró por Facebook del anuncio, el que, afirma, no le sorprendió del todo. “Mayol siempre ha estado mediado por las redes y poco por los diálogos presenciales”, asegura.

—Es legítimo que él quiera ser candidato a diputado. En abstracto, puede incluso llegar a ser positivo para el FA que él termine siendo candidato a diputado, pero no ha sido del todo honesto, porque el Frente no le ha prohibido ir en el distrito 10. El FA lo que le ha dicho simplemente es que hay meses de trabajo que han concluido en una determinada estrategia en todos los distritos, y que si él se quiere sumar, enhorabuena si un partido le da un cupo en esa estrategia, pensada en sacar el mayor número de parlamentarios. Lo que él quiere es algo distinto: quiere que el pacto se rehaga a su conveniencia —dice el candidato de la Izquierda Autónoma.

 

A la altura del conflicto

Pero el caso Mayol ofrece más ingredientes. Así, este caso se puede replicar en otros distritos, con otras candidaturas —quizás mediáticamente atractivas—, pero que poco tienen que ver con la identidad que pretende construir el conglomerado más allá de noviembre. Eso, al menos, sostienen quienes apuntan hacia la proyección bajo el análisis de lo épico que significaría un triunfo de Sánchez. Por ello, la posibilidad, por ejemplo, de que la periodista Pamela Jiles se postule por un cupo del Partido Humanista, como candidata a diputada por el distrito 12 (La Florida, Puente Alto, Pirque, San José de Maipo y La Pintana) causa estupor dentro de los frenteamplistas. La decisión aún no está confirmada, pero es una opción real, comentan desde el FA. Sumado a eso, ya se habla de que cercanos a Mayol quieren levantar otra candidatura fuerte en Punta Arenas, para hacerle el peso al actual diputado Gabriel Boric. Ante ello, la pregunta que comienza a resonar en las filas frenteamplistas es qué tipo de candidatos se buscan, y si primará lo exclusivamente efectista por sobre las convicciones políticas. Ahí nuevamente aparece un problema: la identidad.

“El espectáculo que algunos han dado por los medios ha sido lamentable”, dice Karina Oliva, vocera del Frente Amplio.

Para el miembro del comando político Sebastián Aylwin, esta pregunta debe ser central a la hora de encontrar esa identidad.

—El FA tiene que comenzar a preguntarse qué diputados quiere que los representen en el futuro. Ya pasó el momento de crecer desenfrenadamente, ahora tenemos que proyectarnos políticamente y para eso es necesario poner las elecciones al servicio de lo colectivo, no al revés —afirma el ex dirigente estudiantil.

En tanto, dentro del FA se escuchan duras autocríticas, que poco a poco se hacen públicas. Justamente, este escenario de luchas internas, personalismos, cálculos electorales es el cáncer que el Frente pretendía extirpar a través de su discurso renovador de la política. Karina Oliva, vocera del FA y candidata a diputada por el distrito 12, hace un llamado al entendimiento. —Tenemos la obligación de estar a la altura de los desafíos. El espectáculo que algunos han dado por los medios ha sido lamentable. Por el bien de la candidatura de Beatriz Sánchez y del FA debemos resolver democrática y colectivamente esta situación —afirma.

Otro dirigente apunta a lo complejo que ha resultado mostrar esa identidad. —El fondo y la razón del FA es algo que nos ha costado explicar. No somos unos jóvenes a quienes se les ocurrieron ideas nuevas, sino que es una fuerza política que se posiciona en un sentido. Esa fuerza política debe ser capaz de decir cuál es su horizonte. No es una agrupación de iluminados que sienten que tienen la razón —dice el presidente de RD, Rodrigo Echecopar.

 

Beatriz espera

Bajo ese enredo electoral está hoy el FA. Y los plazos apremian: antes del 21 de agosto deben quedar las listas oleadas y sacramentadas. Pero, más allá de eso, en la discusión interna ya se observa un panorama complejo de entendimiento por la vorágine electoral. El miedo de ser un nuevo Juntos Podemos ya circula en varios al interior del FA, pese a los favorables números que ha mostrado la candidata presidencial en las últimas encuestas. “Hoy las contradicciones del FA parecen converger en el distrito 10. Puede haber un acuerdo y evitarse la confrontación esta vez. Pero las divergencias de proyectos y las luchas por la hegemonía comienzan a despuntar en el FA y estas contienen un importante potencial disruptivo”, escribió el analista Ernesto Águila en La Tercera. Un análisis que fue leído con detención en las filas frenteamplistas. Tesis similar a la expuesta en diversos medios por uno de los ideólogos del FA, Carlos Ruiz, quien ha reiterado la idea de que la lucha electoral puede nublar la proyección política. Este escenario se refuerza con lo que algunos llaman la entrada de “fuerzas exógenas”, que poco tendrían que ver con la identidad que se pretende construir. Una prueba de ello sería la posible candidatura de Jiles. Sería impresentable llevar una candidata que llamó a votar por Manuel José Ossandón, una contradicción vital, afirma un dirigente.

Mientras, Beatriz Sánchez espera una pronta resolución a estos líos internos. También espera la presentación del programa presidencial que aún se está procesando. Toma palco para entrar de una vez a la etapa de las ideas, pasado este bochorno de los cupos y las listas: el de las viejas prácticas.

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