Por M. Eugenia Fernández G. // Fotos: Dedvi Missene Junio 2, 2017

Se acabó el tiempo.

Esa es la urgencia que esta semana le plantearon los partidos de la Nueva Mayoría a su candidato presidencial, el senador Alejandro Guillier.

En los encuentros habituales entre los dirigentes de los partidos con el presidenciable, los titulares le pidieron tomar definiciones respecto del rumbo de su campaña.

Se trata de un momento complejo, en medio de una sostenida baja en las encuestas, críticas de parlamentarios y militantes oficialistas y el “fuego amigo” de la DC. Además, con un equilibrio no resuelto entre su condición de independiente y la participación que demandan los partidos en su campaña. Todo ello ha llevado a que esta semana se levantara la versión de que podría no llegar a noviembre, cuestión que el propio Guillier descartó afirmando que tiene un compromiso con llegar a la primera vuelta.

Los dirigentes le plantearon dos cosas.

Lo primero, la necesidad imperiosa de formar un comando de campaña. Se le dieron, se afirma en el PPD, todas las libertades para que escoja el organigrama y a las personas de su confianza, sean o no parte de los que los partidos le sugirieron hace aproximadamente un mes.

“Él no se puede hacer cargo de todo porque eso termina con una especie de agobio. En la medida en que se tiene a otras personas  que hagan la vocería y el despliegue territorial, él puede tomar vuelo propio”, explican desde la directiva del PPD.

“Hay que territorializar la campaña porque al Frente Amplio le conviene que ésta se juegue en las comunicaciones, y desplegarnos antes del 1 de julio”, dicen en el PS.

Sobre la mesa está la opción de un organigrama encabezado por un generalísimo “mediático” que haga las veces de vocero, o la de un jefe de campaña ejecutivo que esté acompañado por diversos voceros.

Y lo segundo, la definición en el corto plazo de una estrategia comunicacional.

El objetivo es uno solo: lograr que Guillier se aleje de enfrentamientos como los que sostuvo la semana pasada con la candidata de la DC Carolina Goic, y se centre en propuestas y en mensajes positivos. Y, por otro lado, que comience a funcionar el “sistema operativo” de la campaña. Es decir, echar a andar de forma coordinada los comandos comunales y regionales junto con el
trabajo territorial a través de los candidatos al Parlamento. “Hay que territorializar la campaña porque al Frente Amplio le conviene que ésta se juegue en el mundo de las comunicaciones. Tenemos que estar desplegados a partir del 1 de julio”, señalan en el PS, para compensar la plena campaña a las primarias que tendrá a Chile Vamos y al Frente Amplio en la calle.

La petición de la Nueva Mayoría de dar mayor celeridad a estas definiciones llega tras las duras críticas que Guillier recibió de parte de figuras de la coalición como Eugenio Tironi, José Joaquín Brunner y Javier Etcheberry. Simpatizantes de la candidatura del ex presidente Ricardo Lagos, los tres plantearon su lejanía respecto de las ideas de Guillier y de la coalición oficialista que lo sustenta. “Niños amurrados”, fue lo que respondió el ex ministro radical Carlos Maldonado, lo que muchos interpretaron como el diagnóstico del propio presidenciable. “Son personas que se encastillaron en las élites de la Concertación y no han leído bien los cambios del país. Sentir que se quedan solos los hace atacar lo que no entienden. Guillier encarna una nueva política”, afirmó en La Segunda. El diputado ex PPD Pepe Auth fue más específico al afirmar que “las cuatro manzanas no pueden imponer a su candidato (Lagos), pero sí pueden boicotear a un candidato”.

Como sea, es un hecho que una parte del laguismo es reacia a apoyar al periodista, pero en el entorno del senador se apuesta a que es un tema de las élites y que, por lo mismo, no debiera afectar en el respaldo ciudadano. Pero es un hecho también que, al menos en las encuestas que se conocen hasta hoy, Guillier ha ido perdiendo apoyo. Para un miembro del círculo del senador, parte de la responsabilidad radica en el equipo que tuvo durante el verano. Dirigido por el renunciado jefe de gabinete Juan Carlos Soto —quien fue reemplazado por el PPD Enrique Soler—, se le atribuye poca experiencia política para una campaña presidencial.

 

¿Quiénes ya no están con él?

Del peak de 22 puntos de respaldo que tuvo al senador independiente pisando los talones de Sebastián Piñera en enero, según la encuesta semanal Cadem, los números cayeron al 13% esta semana.

Según datos de los estudios que esta empresa ha realizado desde enero a la fecha —entregados a Qué Pasa—, la intención de voto de Guillier ha bajado por igual, un 10%, tanto en hombres como en mujeres. Y ha sido levemente más pronunciado en Santiago (-11%) que en regiones (-9%).

Al desagregar por edad, la erosión en el apoyo electoral al senador ha sido mayor entre quienes tienen 55 años y más: bajó de 32% en enero a 16% en mayo. Le sigue el grupo de 18 a 34 años, donde el respaldo disminuyó en 9 puntos (de 18% a 9%). Cayó también 7 puntos (de 23% a 16%) entre las personas de 35 a 54 años.

La división en la izquierda, con Beatriz Sánchez y Carolina Goic, revive amargos recuerdos del 2009, cuando Frei perdió la elección por el factor ME-O.

Pero lo más interesante se muestra en el detalle de lo sucedido por sector socioeconómico e identificación política. Sobre lo primero, la caída mayor se da en la clase media: en el C3 el respaldo bajó 14 puntos (de 26% en enero a 12% en mayo) y en el D, 10 puntos (de 21 a 11%). En el sector C1/C2 también cayó, pero en menor medida: 7 puntos, pasando de 25% a 18%.

“La clase media es la que sustantivamente la Nueva Mayoría perdió a partir del proceso de reformas, sobre todo la educacional. Son aquellos a los que quitaron los patines”, explica el analista Max Colodro. “Tampoco ha tenido la capacidad de representarlos a partir de sus atributos blandos”, agrega.

En cuanto a la identificación política, la candidatura de Guillier sufrió una drástica caída de 15 puntos entre quienes se dicen de izquierda. También entre los independientes su apoyo tuvo una fuerte disminución de 11 puntos en estos 5 meses, bajando del 18% al 7%.

“Se dice que la elección presidencial está estancada y eso es un error. A Guillier le terminó saliendo cara la salida de Lagos, bajando su apoyo en sectores de 55 años y más. E irrumpió Beatriz Sánchez por la izquierda, donde él baja 15 puntos”, explica Roberto Izikson, gerente de Asuntos Públicos de Cadem.

Colodro asegura que la caída en sectores de izquierda “tiene que ver con su indefinición y la percepción de que ante una coalición que se autodestruye, él no tiene ni la fuerza ni el liderazgo para ordenar”. Y agrega que “en este escenario, lo que tiene que hacer es fidelizar al 25% que respalda a Bachelet, aún en estas condiciones difíciles. Debe convertirse en el candidato del gobierno, no puede seguir criticando a la presidenta y sus reformas”.

 

Junio, mes clave

En los partidos de la Nueva Mayoría se asegura que el mes que comienza es clave para mostrar un nuevo ánimo en torno a la candidatura.

Junto con la definición de un comando —cuya composición debiera conocerse esta semana—, el acto de proclamación formal de los seis partidos que respaldan a Guillier en el Teatro Caupolicán el día 11 se plantea como un importante hito. Ahí, el grupo encabezado por el economista y ex jefe de la Direcon Osvaldo Rosales entregará los insumos programáticos al candidato.

Pero también se ve el acto como una oportunidad de “verse las caras” en la militancia nuevamayorista: Guillier será ungido ante 7 mil personas, el corazón oficialista de la Región Metropolitana.

“Van a ser hitos importantes la presentación del comando y el acto de proclamación. Y, por cierto, tener avanzado el proceso de recolección de firmas con mucha anticipación a la fecha de tope”, plantea Andrés Santander, secretario general del PS. Según afirma, las cerca de 35 mil firmas que se necesitan para inscribir al candidato independiente podrían estar listas a fines de junio.

 

¿El fantasma de Frei?

“Lo que importa es la segunda vuelta”. Ese es el statement que más se escucha en la Nueva Mayoría.

La división en el electorado de izquierda, con Beatriz Sánchez por el Frente Amplio y Goic por la DC, revive amargos recuerdos en la Nueva Mayoría. Esos que se remontan al 2009, cuando el ex presidente Eduardo Frei perdió la elección ante Piñera debido a la dispersión de votos que provocó la candidatura de Marco Enríquez-Ominami, quien no llamó derechamente a apoyarlo en el balotaje.

La diferencia a favor de Guillier, afirman en el PPD, es que es “mejor candidato” que Frei, pues goza de mayores atributos blandos. La desventaja: el estado de la Nueva Mayoría, dividida en dos candidaturas presidenciales y con serios problemas de gobernabilidad. Y también, puntualizan, la certeza de que esta vez quienes pierdan en la primera vuelta estarían dispuestos a formar un “frente anti-Piñera”.

Este optimismo tiene escépticos. “Si queremos tener una opción en la segunda vuelta, hay que llegar al 30% en la primera, una distancia de 15 puntos es irremontable”, afirmó Auth la semana pasada, advirtiendo que el escenario se complica si es que Goic logra subir.

“Frei tenía una coalición funcionando. Guillier está en un escenario más complejo. Yo veo un riesgo de que no llegue al 29%, lo veo en un 20% porque, a diferencia de Frei, se le descolgó también la DC”, asegura Colodro.

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