Por Víctor Hugo Moreno // Fotos: José Miguel Méndez Junio 16, 2017

Beatriz Sánchez es la última en llegar. Debe agacharse para ingresar al lugar, pues es una puerta metálica que tiene una entrada pequeña. Es de noche en la comuna de Recoleta. Hace frío. La recibe un anfitrión con un saludo cordial y algo nervioso, invitándola a pasar a una sala donde se acomodó un Data Show, unas sillas y, al fondo, una mesa con mantel de plástico con galletas, termos de agua para el café y el té ,y vasos para el azúcar.

Son las 20 horas del martes 13 de junio y así comenzaba la Avant Premiere de la franja electoral de la precandidata del Frente Amplio. El lugar escogido: la sede de la Fundación Gente de la Calle que brinda apoyo a personas sin casa, que incluye migrantes y adultos con enfermedades mentales. Unas 60 personas reciben a la periodista. No hay gritos, ni arengas, ni banderas de partidos políticos; tampoco aplausos. La gente guarda silencio y se sienta a esperar el inicio del evento.

En la concurrencia sólo hay personas de la fundación y algunos colaboradores del mundo social del Frente Amplio. No hay militancia de barra brava. Luego, y sin mayor preámbulo, se proyecta la primera emisión de la franja. En los 3 minutos 45 segundos que duró la presentación no se escucharon ni las respiraciones.

—Me gustó y me emocioné un poquito, también. Es la Beatriz que soy —dice la precandidata tras recibir, ahora sí, un cálido y cerrado aplauso.

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Tras ello, el anfitrión Francisco Román, director ejecutivo de la fundación, le entrega un documento con propuestas para acabar con la gente en situación de calle. Luego, la precandidata comparte con los presentes, escuchando a cada uno de ellos. La mesa de galletas y café empezaba a vaciarse. En medio, Sánchez contesta las preguntas de un puñado de periodistas que le consultan si habrá o no espacio para el Frente Amplio en la franja, según el acuerdo al que habían llegado con Alberto Mayol para que cada uno cediera 30 segundos para que el movimiento tuviera su espacio. En la primera edición no hubo, por algunos problemas de coordinación, explica, sin entrar en polémica con su contendor.

“Las áreas que priorizaría serían: pensiones, salud, y todo lo que nos lleve para avanzar en una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución”.

La elección del lugar para esta avant premiere no fue al azar. Nada en política lo es y Sánchez lo sabe. Según ella misma explicó, la situación de la gente de calle representa a los más excluidos de la sociedad, los más pobres. Y ahí había que estar. Es también lo que la periodista quiere impregnar en estas dos semanas donde tendrá un alto nivel de exposición en la franja televisiva: mostrar que ella quiere gobernar desde abajo hacia arriba, con y para las organizaciones sociales. Ese es su norte y está convencida de que es la única forma de terminar con los vicios del actual sistema.

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Es miércoles, son las 8 de la mañana y el frío es más intenso. Seis voluntarios agitan banderas de Beatriz Sánchez a la espera de que suba por la estación de metro Plaza Egaña. Esa mañana tocaba repartir volantes para promocionar, también, las precandidaturas a diputado del Frente Amplio de Carlos Figueroa (RD) y Manuela Veloso (MA). Pese a competir, todos parecen una gran familia. Todos enfatizan que son voluntarios. Incluso está la mamá de Veloso repartiendo volantes.

“Es difícil que alguna de las coaliciones actuales tenga mayoría parlamentaria, eso significa transar. No tengo dudas de que hay personas con las que vamos a poder negociar”.

Llega la candidata y los transeúntes, que a esa hora sólo piensan en no llegar tarde a sus trabajos, la miran de reojo. Uno que otro se acerca a saludarla. Pero la mayoría sigue su rumbo. A esa hora no hay mucho espacio para otra cosa. Sánchez toma la iniciativa.

—Hola, ¿cómo estás? Soy Beatriz Sánchez y te cuento que este 2 de julio hay primarias, y estoy postulando para la presidencia. Acá te entrego esto donde puedes conocer nuestras ideas —es su carta de presentación.

Algunos la reconocen, otros se excusan: “Yo no voto por esta comuna”. Otros simplemente pasan de largo. Pero un señor se acerca y le dice: “Yo soy de Puente Alto, iba a votar por el Ossandón, pero por los derechos humanos lo haré por usted”. Y agrega una extraña explicación sobre que en Chile debe existir la pena de muerte. La candidata le presta pacientemente atención.

La periodista sigue abordando a los transeúntes, alentándose cuando alguien la saluda, la reconoce y le pide una selfie. Resignándose cuando no le prestan ni un segundo de atención.

Tras unos minutos, baja al subterráneo del Metro luego de comprarle un sándwich a una señora apostada en la escalera. Saca su tarjeta Bip, cargada, para trasladarse hacia la estación Francisco Bilbao. Algunas personas la miran como encontrándole cara conocida, otros murmuran. Beatriz Sánchez aún puede andar en Metro. La acompañan su fotógrafo y la periodista a cargo de su agenda. Todavía no necesita que la resguarde un equipo de seguridad.

Esta escena refleja el gran desafío que aún tiene su candidatura: aumentar el 53% de conocimiento que arroja en la encuesta CEP. Sobre todo en los estratos socioeconómicos más bajos, donde tiene un nivel de desconocimiento del 60,6%, cifra compleja de revertir, más todavía con el tiempo que corre en su contra.

Uno que sabe de franjas presidenciales dentro del Frente Amplio es Tomás Hirsch —dos veces candidato presidencial y actual candidato a diputado—, quien cree que la situación aún se puede revertir.

—La franja es una posibilidad de dar a conocer propuestas y comprometerse con la gente. Hay que ser muy responsable con lo que se dice ahí. No puedes tirar al voleo cualquier cosa. Y es importante, también, porque la gente no tiene idea que hay primarias. Hay que hacer un gran esfuerzo por darla a conocer en los estratos económicos más bajos, y la franja puede ayudar en eso —dice.

La franja está hecha sólo por voluntarios bajo la dirección del creador audiovisual Christopher Murray (El Cristo ciego) y, según enfatizan desde su comando, todo por el sencillo amor al arte; en este caso a la candidata, quien sabe que debe darse a conocer rápido entre aquellos que aún ignoran su proyecto.

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—Partió la franja, y eso le permitirá estar dos semanas una importante exposición mediática, ¿qué tan trascendental es para su campaña este hito?

—La franja es vital, porque sale en el medio donde más se informan los chilenos por lejos, que es la tele abierta. Te permite una penetración a nivel nacional. Eso es bueno no solamente porque me pueden dar a conocer a mí, por eso la primera franja tiene una intención de presentación: quién es, de dónde salió; sino porque además podemos instalar los temas que nosotros queremos instalar como candidatura.

—¿Qué viene ahora? Usted es muy poco conocida en los sectores más bajos. ¿Cómo mejorar eso?

—No hay muchas maneras diversas. Es saliendo lo más que podamos. Es salir a todos los territorios y hacer la política de la calle. Nunca alejarnos del Metro, de estar a la hora que sea en la calle y hacer conversatorios públicos abiertos en las plazas.

—¿Pero está consciente de que el tiempo corre en contra y aún no es lo suficientemente conocida?

—Estoy hace dos meses y no me pierdo en eso, ni tampoco me lleno de ansiedades. Ahora viene un gran despliegue en terreno. Hay un desafío y es permanente, Y que se note que acá hay un liderazgo distinto. Es un desafío llegar a todas las personas.

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El programa de gobierno de Sánchez tiene que pasar por varias etapas. Pero la principal es que tiene que ser validado desde las bases ciudadanas. En eso, al menos, están trabajando. Pero algunos, incluso dentro del mismo FA, hablan de desorden y de falta de identidad. Y no son pocos quienes ven que el proyecto de crear una bancada parlamentaria que pueda otorgar gobernabilidad se está diluyendo.

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—No resulta fácil entender cómo se elaborará su programa. Hay una hoja de ruta y también un proceso ciudadano participativo de un Frente Amplio que, además, tiene a dos candidatos, usted y Alberto Mayol. ¿Cómo se construye un programa así?

—Todo suma, también lo que proponga Alberto. Nuestro compromiso es respetar el programa de la gente. Si bien nosotros decimos: esto haremos en salud, pensiones, educación, en el agua y seguridad ciudadana, la prioridad sobre dónde vamos a empezar y por dónde vamos a ir tendrá que ver con el plebiscito final que haremos (una consulta online para aprobar el programa final). Lo que puede pasar es que partamos por pensiones, aunque yo hubiese preferido otro. El orden irá de esa manera para asegurar el financiamiento de forma prioritaria. Ahora, en esto yo confío en las personas. Me lo han preguntado harto, cuando creamos el “confía que cambia Chile”. La confianza la entiendo como que uno pide confianza, alguien que se está postulando, pero yo también entrego confianza. Es para los dos lados. Quizás no sea la prioridad mía, pero es una prioridad que tendrá todo el sentido con respecto a lo que pasa hoy en Chile.

—Pero mientras tanto, ¿cuáles serían las prioridades de Beatriz Sánchez?

—Una cosa es la hoja de ruta, que tiene que ver con este trazado largo de lo que queremos para Chile: una democracia plena, un nuevo modelo de desarrollo, una sociedad de derechos. Esas son líneas generales, pero si voy a cosas puntuales, áreas que priorizaría sería pensiones, salud y todo lo que nos lleve a avanzar en una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución.

—En pensiones, ¿firme con No más AFP?

—No más AFP. La lógica de la cotización individual nos va a llevar, por muchas modificaciones que se hagan, a las mismas pensiones. En esto no hay vuelta. Me parece que la propuesta de la coordinadora No más AFP es muy interesante, porque tiene que ver con un componente de Estado, pero también con una asociación colectiva.

—Con una propuesta así, de inmediato aparece la campaña del terror sobre las secuelas que puede traer en la economía. ¿Cómo defenderá ese punto hasta el final?

—Me parece curioso que se ponga el miedo a esos cambios y nos dicen “esto va a dejar la debacle”. No, perdón: la debacle es que yo gane 190 lucas de pensión y que las AFP se lleven la torta. La debacle es para ellos, los dueños, no para mí, ¡Aclarémoslo!

—Pero, en concreto, ¿cómo se genera un nuevo sistema?

—Eso se puede avanzar de varias maneras. Se tiene que discutir en el Parlamento, seguramente con un gran debate, porque acá estamos tocando los intereses de los grandes grupos económicos de Chile. Y sabemos que tienen también poder político, porque han apoyado muchas candidaturas.

— ¿La Nueva Mayoría nunca se atrevió a luchar contra estos intereses?

—Nunca, y es momento de atreverse, ¿o no?

—Ahora bien, todo esto se hace con política, con partidos. ¿Cómo evalúa el desempeño del Frente Amplio, hasta ahora, para poder ejercer una mayoría con una bancada que les brinde gobernabilidad, por ejemplo?

—Ojo, que la gobernabilidad no está solamente en el Parlamento.

—Pero ahí está la institución, se hacen las leyes.

—Voy a entrar a eso al tiro. Hoy día, y lo demostró Michelle Bachelet, tener mayoría parlamentaria no significa que puedas cumplir lo que prometiste, lo que es muy feroz. Si bien con el FA tenemos candidatos en todo Chile, no sé cómo se irá a comportar el electorado para elegirlos. Pero digo: si usted está aburrido de los mismos, acá hay otros. Vote por otros. Acá hay candidatos que tienen el compromiso de respaldar el programa del Frente Amplio. Es difícil que alguna de las coaliciones actuales tenga mayoría parlamentaria, eso significa negociar. No tengo dudas de que hay personas con las que vamos a poder negociar que quieren cambios profundos.

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—Esa negociación, lógicamente es con la centroizquierda, y necesariamente deberá ser con la Nueva Mayoría, o como se llame el conglomerado, que apoya al senador Guillier, incluida, seguramente, la DC. ¿Cómo ve ese panorama?

—Es con los que quieran sumarse a estos cambios. Puede haber independientes, porque hoy se abre el escenario a otras personas también. No estamos trabajando bajo ningún cálculo, ni siquiera nos ponemos todavía en ese escenario, Yo sé que desde la Nueva Mayoría lo han lanzado muchas veces hacia el FA, nosotros no. Estamos trabajando en lo que creemos. Hoy la NM y lo dejó bien claro y Alejandro en el discurso del domingo también, quiere seguir por el trazado de Bachelet, seguir estas líneas de reformas. Nosotros vamos en otro rumbo, en otra dirección. No proyectamos alianzas ni menos anticipar alianzas.

—Pero si es presidenta va a tener que gobernar, y la política es muchas veces es negociar. ¿Hasta dónde está dispuesta a transar para gobernar?

—Sí, pero no me preguntes ahora en qué transaría ni qué dejaría. Es imposible ver eso hoy, porque va contra nuestro espíritu. Muchas veces se entiende la gobernabilidad mirando el Parlamento; yo la entiendo diferente. Efectivamente ahí se hacen las leyes, pero tenemos que terminar con la idea de que sólo en el Parlamento se hace la política, de que sólo la política está en los partidos. Hoy el FA se construye desde los movimientos sociales y queremos que no sólo la construcción del programa se haga desde ese mundo, sino que cuando hagamos gobierno sea en conexión con los movimientos sociales.

—Pero en la práctica, ¿cómo se los incluye?

—Bueno, incluirlos en la discusión de las políticas públicas. Cuando haces una reforma a la educación superior no basta un café con los rectores y estudiantes y decirles, “ya. chiquillos, anotamos sus ideas”.

—¿Qué le pasa cuando le dicen que es una paracaidista sin paracaídas? ¿Que su candidatura no tiene peso ni brinda esa seguridad de gobernabilidad?

—Hago una contrapregunta: ¿Qué entendemos por gobernabilidad, mirando a Bachelet, que tiene un 18% de adhesión, que tuvo mayoría parlamentaria y no logró cumplir con lo que prometió? ¿O la entendemos como el gobierno de Piñera, donde hay ministros imputados, donde hay leyes que se hicieron con acusación de cohecho, como la ley de pesca? ¿Eso es gobernabilidad? Yo la entiendo por otras cosas: la entiendo por convicción, decencia y conectada con la ciudadanía a través de las organizaciones sociales.

—¿Aparecerá con Alberto Mayol en el espacio de la franja para el Frente Amplio? Al principio andaban juntos para todos lados…

—No, esto es una competencia finalmente. Hay espacio del FA, no vamos a estar juntos. Nos encontramos con Alberto en varias partes porque somos del mismo conglomerado, pero la diferencia con él, es que él viene de la academia, yo de otro lado, de las comunicaciones. La pregunta es: ¿Quién lidera mejor el proyecto del FA? Algo que me hizo optar por la política es pensar e involucrar los sueños de las personas, y para eso es vital que las personas sintonicen contigo, entiendan lo que propones, y creo que ese sentido lo puedo provocar yo mejor que Alberto. Y tengo mejor capacidad para liderar equipos.

—¿Cómo ve el escenario de la NM y todo el embrollo que pasó esta semana?

—Te lo digo en una frase: todo lo que pasa allí refleja el estado en que está con dos candidatos. Hoy miércoles parte la franja y la NM la verá por TV.

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