Por Víctor Hugo Moreno Octubre 28, 2016

Votó en Antofagasta acompañado de un grupo de militantes de varios partidos, no sólo del Radical. Las primeras palabras del senador Alejandro Guillier fueron para hacer un llamado para que la gente asistiese a las urnas para elegir a sus alcaldes y concejales. En su mesa sólo había 18 votos a eso del mediodía y eso le preocupaba al legislador por la zona. Por la tarde tomó un vuelo con destino a Santiago. Dejó sus cosas en el Hotel Fundador cerca de las 18 horas, justo en el momento en que se comenzaban a conocer los primeros resultados de las elecciones. Luego se dirigió al departamento de Ernesto Velasco, el presidente del PR. Allí junto a un reducido grupo de colaboradores analizó las cifras. El día después de las municipales había llegado.

Durante toda la gira que lo tuvo recorriendo el país apoyando a candidatos de la Nueva Mayoría, siempre al ser consultado respecto a cuándo concretaría su opción presidencial salía una misma respuesta: acá estamos para apoyar a los candidatos, después del 23 de octubre hablaremos. Una frase de guión que le permitía eludir cualquier tipo de definición. Pero esa noche, el guión debía avanzar hacia un nuevo capítulo.

En el departamento de Velasco, en calle Serrano, se llegó a dos conclusiones: fue una compleja derrota para la Nueva Mayoría, pero un gran salto para el Partido Radical, que subió de 11 a 15 alcaldes, y del 5% de votos en concejales al 7%. Un crecimiento, al menos estadístico, para la legendaria colectividad desde el retorno a la democracia. Había felicidad, pero no se podía salir tan transparentemente a mostrarla en medio de la debacle electoral que estaba viviendo esa noche el oficialismo, relata uno de los presentes. Por ello, se optó por un discurso más bien de Estado, centrado en la alta abstención. Y el lugar elegido no fue casual: la sede del PR. Algunos dirigentes, relata una fuente partidaria, le consultaron al senador si no le incomodaba salir con toda la maquinaria partidista de fondo a hablar, considerando que no es oficialmente un militante. No le molestaba en lo absoluto fue su respuesta, agrega la misma fuente.

Bajo el ya tradicional “se siente, se siente…” de la militancia radical, Guillier pronunció un discurso que para muchos fue leído como una proclamación presidencial, sin rodeos ni espacios para las dobles lecturas. Con voz encendida habló a quienes ese día no fueron a votar: “El país tiene que ser gobernado en la calle, en las juntas de vecinos, en las organizaciones sociales. Hay una profunda decepción por los estilos de conducción política en el país (…) Los momentos que estamos viviendo son dramáticos. No saquemos cuentas falsas, la gente se quedó en su casa, no confía en los liderazgos. Es una catástrofe para la democracia”. El ex conductor de noticias habló esa noche como el líder presidencial que a partir de ahora busca ser.

Táctica y Estrategia

¿Qué viene ahora? Uno de sus colaboradores más cercano explica que ya se tomó la decisión de que el senador continuará recorriendo el país. Ya no bajo la excusa de apoyar candidatos, sino que con el objetivo de comenzar a construir las bases de su programa. La idea es generar diálogos ciudadanos que recojan problemas regionales y locales. El cronograma no está definido, pero lo más seguro es que partirá en La Serena, ciudad en la cual el radicalismo anotó su mayor victoria en alcaldes con el triunfo de Roberto Jacob, quien obtuvo el 58,62% de los votos. Luego se continuaría por Coquimbo, Concepción, Antofagasta, Chillán...

De estos diálogos se espera que Guillier comience a establecer tópicos de interés, dando las primeras luces de un eventual programa de gobierno. La idea, además, es marcar algo más de agenda con ciertos conceptos fuerza, cuestión que reconocen varios al interior de su círculo ha sido un punto débil en esta etapa debido a un trabajo comunicacional que aún no ha logrado consolidarse. Con ese diagnóstico sobre la mesa, se evalúa reforzar esa área, flanco de críticas desde diversos sectores que consideran que Guillier no tiene ideas. “Hay que revertir el estado de esas cosas y salir a plantear ideas, algo en que se ha fallado hasta ahora, pero que se comenzará a subsanar”, confiesa un alto dirigente radical.

Pero dentro de las prioridades que tendría un eventual gobierno al mando del periodista y sociólogo, ya asoman ciertos temas como ejes neurálgicos: salud, seguridad ciudadana, previsión, educación y emprendimiento, explican desde su equipo. Todo en el marco de un concepto más general: la gestión del Estado.

En plano más duro, ese de los acuerdos y las negociaciones políticas, Guillier seguirá conversando y acercándose al mundo que se avizora más allá de los radicales. Por ello, por ejemplo, concentró un café esta semana con el abogado socialista Fernando Atria, quien ha mostrado cierto interés por ser una carta presidencial, en donde comentaron distendidamente, en una de las terrazas del Tavelli de Manuel Montt, el resultado electoral.

Fue un gesto del diálogo que quiere mostrar, dijo Ernesto Velasco a La Segunda tras el encuentro. En el radicalismo saben que solos no llegan muy lejos, ni en la presidencial ni en la parlamentaria del próximo año. Por eso los puentes con la DC cada vez están más tendidos. Las conversaciones están ya en el plano formal, negociando una alianza electoral para ir ambos partidos en una sola lista parlamentaria el 2017. Las conversaciones avanzan rápido, explican desde ambas colectividades. Pero todavía falta.

El senador seguirá con cautela. Coqueteará con quien quiera acercarse. En el PR aseguran que ya tiene el apoyo de varios nombres PPD, PS, PC, y una gran cantidad de DC, que se suman al seguro apoyo del MAS y la Izquierda Ciudadana. El análisis tras el 23 de octubre del senador y su entorno es que no hay que apresurar las cosas. Se descarta una proclamación apresurada, como trascendió podría ocurrir estos días. Guillier seguirá sigiloso buscando más apoyos, más bases para lograr contar con un respaldo más transversal dentro de la Nueva Mayoría. Y esperará que pronto el PR le pida el pololeo que está buscando consolidar, como ha dicho en reiteradas ocasiones cuando se le pregunta por el tema presidencial “estoy saliendo, pero nadie aún me ha pedido pololeo”. Ese momento seguramente llegará en diciembre en el consejo general del partido, donde será aclamado y proclamado, como aseguran desde la colectividad. Mientras tanto en el partido y en su entorno apuestan a que se debe hacer un fino trabajo que denominan de “táctica y estrategia” que logre consolidar una candidatura sin grietas y que le permita, finalmente, salir a buscar el triunfo en 2017.

¿Quién crees que será presidente?

Las encuestas han sido uno de los pilares con los cuales se ha construido la figura de Guillier. En el sondeo de este especial realizado por Cadem aparece en el tercer lugar ante la pregunta sobre quiénes serán finalmen te los candidatos presidenciales. El senador marca un 13,5% por debajo de Piñera con un 43,2% y Ricardo Lagos con 27,3%.

Estos números, más las encuestas semanales de Cadem, la encuesta CEP, y los sondeos internos que manejan en el equipo de Guillier, lo mantienen expectante por alzarse como una figura competitiva ante quien, estiman, debe ser el adversario: Sebastián Piñera. En el PR apuestan a que si efectivamente Guillier logra imponerse en la apreciación ciudadana, finalmente la Nueva Mayoría deberá sumarse a su carrera, para evitar la entrega del poder en manos de la derecha, como estaría ocurriendo si las elecciones fueran mañana. De hecho, un parlamentario PS comentó a Qué Pasa que si bien su candidato era Lagos, “si Guillier está arriba marcando, hay que apoyarlo a él, pues el objetivo debe estar focalizado en Piñera”.

¿Cuál debe ser el discurso de Guillier de ahora en adelante? Es un debate que aún está abierto, aunque existe consenso que debe aglutinar a las fuerzas de centroizquierda. En ese plano, el analista político de la UDP Mauricio Morales plantea que Guillier debe apuntar hacia el centro: “Debe avanzar en la consolidación de una coalición de centro. Sin necesidad de anunciar el fin de la NM, Guillier puede dar un buen golpe de timón si carga más hacia el centro a la coalición, dejando en claro que las recetas de izquierda fueron un fracaso”.

Dentro de la estrategia que buscan en el radicalismo está afianzar lazos con la DC , en lo que algunos han llamado la dupla “G-G”, Goic, Guillier. Morales ha expuesto la necesidad de concretar esa alianza: “En tal sentido, (Guillier) debe anunciar que su socio central será la DC. Con eso marcará inmediata distancia con Lagos, asegurando el apoyo de la Falange en una eventual primaria. Junto con Carolina Goic representan la renovación de la NM y perfectamente pueden desafiar a la vetusta élite de la NM. Dado que las elecciones se ganan desde el centro, lo natural es que Guillier reconstruya la coalición desde la moderación”, explica.

Mientras que para el director del magíster en Comunicación Estratégica de la UAI, Juan Cristóbal Portales, Guillier debe comenzar a dejar de ser una figura que transita por fuera de la política y coincide en que su ataque debe ser por el centro: “Su fuerza de apoyo en una elección y eventual gobierno está en el centro, no en la izquierda. Para eso, debe dar garantías de gobernabilidad, y superar el rol de outsider crítico, debe utilizar su doble condición de senador y candidato para ser un puente y facilitador entre el gobierno y la discusión y concreción de una agenda legislativa reformista realista”.

En el círculo del senador ya lo alzan como un liderazgo que tras el mejor resultado de los radicales —su partido afín —quedó también en una mejor posición para negociar con las fuerzas de centro izquierda, algo que saben es clave para el éxito de la aventura presidencial que está por comenzar. Y todo ello, de la mano de reforzar la idea ciudadana de su candidatura, con los diálogos programáticos que comenzarán por estos días. En el senador hay confianza que ello debería tener efecto y desembocar en una nueva y considerable alza en las encuestas lo que le permitiría comenzar el 2017 en la mejor de las posiciones.

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