Por Víctor Hugo Moreno Febrero 23, 2016

El 14 de febrero pasado, el Presidente de Bolivia, Evo Morales, conmemoró un nuevo aniversario de la ocupación de Chile a Antofagasta. En el “Acto de desagravio por la invasión de Chile”, en la ciudad de Cochabamba, el mandatario encabezó una ceremonia en la que se dirigió a cientos de estudiantes secundarios y profesores, donde dio un discurso centrado en “repasar la historia”.

Como un profesor, dictó una clase en que se dedicó a explicar punto por punto, los hechos que desencadenaron la Guerra del Pacífico y el efecto que produjo no sólo para Bolivia, sino para la región completa.

Su lección duró cerca de una hora y se caracterizó por tener un tono beligerante, que concluye con que Chile obligó a ese país a firmar el Tratado de Paz y Amistad de 1904.  Sus dichos causaron molestia en Chile, especialmente entre los parlamentarios que integran la Comisión de Relaciones Exteriores, quienes plantearon la posibilidad de enviar una Carta de Protesta. La diplomacia chilena considera un error histórico la postura de Morales, pues la cancillería boliviana no contaría con un archivo o base documental, lo que sí tiene Chile, y a lo cual está apelando en el trabajo de la defensa, todo ello coordinado por el historiador Joaquín Fermandois.

Así, el capítulo histórico que tendrá el texto que presentará Chile ha generado debate al interior del equipo jurídico nacional, en torno a qué espacio se le dará en la contra memoria para responder a los argumentos esgrimidos por Bolivia. Algunos dentro del equipo consideran importante este punto, pues la misma Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) consideró algunos elementos en la lectura del fallo que dio el pasado 24 de septiembre del año pasado. La historia, así, puede transformarse en uno de los puntos centrales que esté sobre la mesa de cara a la presentación de la contra memoria chilena en julio de este año.

Este discurso de Morales, como también el Libro del Mar que preparó Palacio Quemado para mostrar al mundo su visión de la historia, contienen una serie de errores e imprecisiones, que incluso contradicen la visión de historiadores bolivianos, según han constatado investigadores chilenos consultados por Qué Pasa.

Aquí algunas de las contradicciones que podrían ser parte de la defensa chilena.

Arbitraje y declaración de guerra

“El 6 de agosto de 1874, se firmó el nuevo tratado de límites entre Bolivia y Chile, en virtud del mismo se confirmó la línea divisoria en el paralelo 24 grados. Sin recurrir al arbitraje previamente acordado, las tropas chilenas invadieron el puerto boliviano de Antofagasta, el 14 de febrero de 1879 sin previa declaratoria de guerra. (Evo Morales)

A diferencia de lo que asegura el mandatario boliviano, Chile intentó recurrir al  mecanismo de arbitraje estipulado a través de al menos tres notas enviadas por el encargado de Negocios de Chile en La Paz , Pedro Nolasco Videla, entre enero y febrero de 1879. La nota enviada por Nolasco el 20 de enero, señala que: “Chile ha manifestado en toda ocasión el deseo siempre sincero de vivir en paz i buena amistad con sus vecinos; i el tratado de 1874, en el que hizo él jenerosa cesión de algunos de su lejítimos i reconocidos derechos, es una prueba de la simpatía que le merecen el Gobierno i el pueblo bolivianos… mi Gobierno me encarga manifestar al de U.S. que, aceptando la indicación que se me ha hecho, está dispuesto a continuar la discusión interrumpida por orden de ejecutar la Ley de 14 de Febrero  y a constituir el arbitraje, en el caso de no ser posible un avenimiento directo”.

“En 1878 Hilaron Daza dicta una ley que establece el aumento en 10 centavos al canje del salitre y ello contrariaba al tratado del 1874 que establecía en su artículo 4 que durante 25 años no se podía aumentar los impuestos a las personas y empresas de capitales chilenos. Ante eso Chile hace una primera  nota el 2 de julio de 1878.  Pedro Nolasco escribe reclamando por esta tesis. El Gobierno estudió la situación antes de escribir la nota, y Bolivia se demoró hasta diciembre para contestar dicha nota. En enero Chile empieza pedir el arbitraje, según se estipulaba en el artículo 2 del tratado del 84, al ver que no había punto de acuerdo. Chile lo invocó y Bolivia nunca quiso dar respuesta a ese arbitraje”, explica la historiadora y directora de Investigación de Horizontal, Valentina Verbal.

Con esto, en los libros de historia se da cuenta que Chile antes de ocupar Antofagasta, lo que es un hecho verídico, intentó apelar al arbitraje, cuestión que no tuvo la respuesta de Bolivia.  Tras la ocupación, que se hizo sin disparar una sola bala, Bolivia declara formalmente la guerra el 1 de marzo de 1879, y posteriormente Chile hace lo propio el 5 de abril del mismo año.

La propiedad de las salitreras

 “Las diferencias de Bolivia, no son con el pueblo chileno, sino con la oligarquía chilena aliada a los intereses extranjeros, los capitales ingleses del sigo XIX, en las transnacionales en la actualidad que han conspirado contra Bolivia permanentemente y en las distintas épocas. Primero para despojar su mar y después para negarse reiteradamente la posibilidad  de un arreglo pacífico con Chille”. (Evo Morales)

El salitre no fue explotado en el norte de Chile por la oligarquía, ya que ésta era principalmente agraria. La Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta tenía accionistas mayoritariamente chilenos, junto a capitales ingleses, mientras que en Bolivia, se entregaron las salitreras El Toco en concesión de explotación al norteamericano Juan Gilberto Meiggs.

Cuando Bolivia violó el Tratado de 1874 y antes de la ocupación de Antofagasta, Chile ofreció el arbitraje.

Una vez finalizada la Guerra del Pacífico,  ambos países firmaron un Pacto de Tregua  y 24 años después de firmó el Tratado definitivo de Paz, sobre las bases traídas a Chile por el diplomático boliviano Félix Avelino Aramayo en abril de 1902, y que contemplaban la cesión del litoral de Bolivia, a cambio de libre tránsito por los puertos chilenos, construcción de un ferrocarril entre Arica y La Paz y hacerse cargo de las deudas de Bolivia con sus acreedores extranjeros.

El rol de Diego Portales

 “La Política de Portales, un político chileno, en la primera vez que la oligarquía chilena actuó en contra de Bolivia fue en los tiempos del Mariscal Andrés de Santa Cruz” (Evo Morales)

En 1830, el Mariscal Santa Cruz, pretende anexarse al Perú, lo que despiertan las primeras disidencias entre el general peruano Agustín Gamarra y el mariscal Santa Cruz. Para evitar el conflicto entre Perú y Bolivia, Chile, brindó su mediación, que trajo como resultado la suscripción del Tratado de Paz entre Bolivia y el Perú.  El Congreso de Perú aprobó un voto de agradecimiento a Chile por su participación en la campaña restauradora. En esos momentos Diego Portales era Ministro de Hacienda.

Primer intento declaración de Guerra

 “El 5 de julio de 1863, la Asamblea legislativa de Bolivia, reunida en la ciudad de Oruro, recomienda al presidente José María Acha, declarar la defensa ante Chile, ante los reiterados intentos de este país por apoderarse de las guaneras de Mejillones.” (Evo Morales)

La fecha correcta es en realidad el 5 de junio de 1863 y la Asamblea Legislativa de Oruro no formula una recomendación al Presidente Acha. Lo que sucedió que un Congreso extraordinario de Oruro, promulgó una Ley autorizando al ejecutivo declarar la guerra de Chile en caso que se agotasen todas las medidas pacíficas.

El tratado de 1904

 “…El tratado de 1904 ha sido impuesto bajo amenazas, un tratado incumplido, hasta ahora, pero también un tratado injusto, ocuparon el territorio boliviano y finalizada la guerra, Chile presionó a Bolivia para que aceptara el tratado de paz, que finalmente se firmó en 1947, entre las presiones del ejército destaca la prepotente nota que envió Abraham Koning, el representante chileno al gobierno boliviano, en 1900.” (Evo Morales)

En 1884, Chile y Bolivia suscribieron un Pacto de Tregua que puso fin al estado de guerra y 24 años después de terminado el conflicto bélico se firmó el Tratado de 1904.

El acuerdo, se basó en la propuesta de los gobiernos liberales de Bolivia (Pando y Montes) de obtener ferrocarriles, libertad comercial, libre tránsito y pago de sus deudas con acreedores del extranjero. Todas estas aspiraciones las obtiene con la suscripción del Tratado de Paz y Amistad de 1904 con Chile, a cambio de la cesión a perpetuidad de su litoral. De más está decir que es imposible que el Tratado de 1904 se firmara en 1947.

En este punto es importante mencionar el tratado de 1895 que nunca entró en vigor, donde Chile ofrecía una salida al mar a Bolivia, lo que finalmente no ocurrió pues Bolivia se negó a ratificar dicho acuerdo. “Mal puede hablarse imposición, porque de hecho Chile negoció el tratado de 1895 que nunca entró en vigor. El tratado de 1904 más que una imposición de Chile es una consecuencia de la intransigencia de Bolivia de no haber aceptado el tratado anterior de 1895, por tratar de perseguir más condiciones materiales de las pactadas”, explica Verbal.  La profesional agrega que la misma historiografía boliviana se reconoce este hecho, en torno a que la firma del tratado de 1904 no se hizo bajo la presión de la guerra como ha sostenido Evo Morales: “La historia más seria de Bolivia como por ejemplo,  Roberto Querejazu Calvo , e incluso el mismo Carlos Mesa en algunos escritos, reconocen que no fue imposición. En otro libro de Alberto Gutiérrez, la guerra de 1879, ahí explica que no hubo imposición de Chile, citando documentos y citas”, sostiene.

Los desafíos de defensa

Bolivia en su demanda y en su memoria presenta como tesis central que Chile tiene la obligación de negociar una salida soberana al mar, debido a la serie de ofrecimientos que hiciera Chile para dar una solución pacífica a la demanda boliviana.  Estos ofrecimientos sí existieron, pero no son fuente de derecho ni menos de obligación. Esa es la tesis central que se maneja en la defensa jurídica chilena.

Ahora bien, desde el punto de vista histórico hay varios momentos que deberán ser precisados por Chile. Por ejemplo el llamado acuerdo de Charaña del 8 de febrero de 1975. Allí, el Presidente chileno Augusto Pinochet junto a su homólogo boliviano, Hugo Banzer, firman la intensión de llevar a cabo un canje territorial.

Mucho se habla que por la oposición de Perú este acuerdo finalmente no llegó a puerto. Sin embargo, la historiadora Valentina Verbal apunta que básicamente fue más bien por culpa de Bolivia.” Charaña no fracasó tanto por el tema de Perú, que hizo una contraoferta. El tema que hizo morir la negociación fue básicamente que Bolivia nunca aceptó el canje territorial, presionado por grupos nacionalistas”, sostiene.

En este punto la defensa chilena trabaja la tesis que justamente el ofrecimiento de un canje territorial, es decir, que Chile entrega mar a cambio de otro territorio, valida la postura nacional de que Chile no está reconociendo un derecho, como estipula Bolivia, pues de ser así no habría ninguna necesidad de ofrecer un canje.

Con todo, la defensa chilena tiene un importante desafío por delante de salir a explicar estos puntos, tanto en la parte formal y jurídica, para demostrar que la línea central de la demanda paceña es errada, en torno a la obligación de negociar. Chile deberá demostrar, según se ha comentado en la defensa nacional, que si bien existieron ofrecimientos concretos de salida al mar, ninguno de ellos fue ratificado ni mucho menos entró en vigor. Y para ello, según creen varios analistas y abogados, no sólo basta con la argumentación jurídica de hacer valer un tratado ya firmado, sino que hay que entrar en la arena de la historia para ir aclarando cada uno de estos momentos históricos.

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