Por Juan Andrés Quezada Octubre 30, 2015

Un persona cercana a la presidenta dice que Ana Lya Uriarte (53) reúne las características individuales que tuvieron sus anteriores hombres y mujeres de confianza. La gestión y la humildad de Rodrigo Peñailillo, la amistad de María Angélica “Jupi” Álvarez, el olfato político de Juan Carvajal, la discreción de Paula Walker, el relato de Estela Ortiz y el partidismo de Alberto Arenas.

A ello se suman otros atributos que comenta otra persona cercana a la directora del gabinete presidencial, como dice su tarjeta de presentación: “Ella es ‘entradora’, amorosa, acogedora, pero no le tiembla la mano a la hora de tomar decisiones”.

Estas características cultivadas con mucho esfuerzo durante su vida (en mayo de 2009 reveló públicamente que había sido madre a los 13 años), más una serie de casualidades, la transforman hoy en la persona que más influye en la presidenta, según la encuesta Qué Pasa-Cadem a líderes de opinión.

La cercanía con Bachelet se refleja día a día no sólo en las reuniones, sino que en los encargos específicos y confidenciales que la presidenta le pide, como acercarse a la familia de Rodrigo Avilés, luego de quedar gravemente herido por recibir el chorro directo de un carro lanzaguas de Carabineros durante la marcha del 21 de mayo en Valparaíso; o reunirse con la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, para analizar la reforma laboral, o brindarle apoyo estratégico a la ministra de Salud, Carmen Castillo, para enfrentar la interpelación en la Cámara de Diputados.

La abogada socialista todos los días da el visto bueno a las pautas con prensa de Bachelet y, como todos los jefe de gabinete, maneja la agenda presidencial. Y su presencia en cada comité político, consejo de gabinete y reuniones del gobierno con los partidos de la Nueva Mayoría, desde que llegó al cargo, ha ayudado a consolidar sus redes políticas tanto fuera como dentro del gobierno.

La ex ministra del Medio Ambiente posee, además, un lado social que coincide mucho con los gustos de la mandataria. Le gusta salir a comer, a tomarse un trago, celebrar los cumpleaños, reunirse con amigas, bailar y guitarrear. Esto, a pesar de que todos los días llega a las siete de la mañana a La Moneda, media hora antes que la presidenta, y abandona la sede de gobierno pasadas las diez de la noche.

“Ana Lya es power y es la mano derecha de la presidenta porque tiene el don de hacerte sentir cercano y de que le abras tu corazón”, señala una fuente que la conoce.

U. de Chile, PS y Medio Ambiente

Pese a que pertenecen a la misma tendencia en el Partido Socialista —la Nueva Izquierda, liderada por Camilo Escalona—, la historia entre Bachelet y Uriarte es más bien reciente. Se remonta a la primera semana de marzo de 2007, cuando el entonces presidente del CDE, Carlos Mackenney, y Paulina Veloso le recomendaron a la abogada experta en derecho ambiental a Bachelet como ministra presidenta de la Comisión Nacional del Medio Ambiente. Decisión que respaldó inmediatamente Escalona, entonces presidente del PS.

Fue la primera que suspendió sus vacaciones junto a su familia para llegar a su oficina en el Segundo Piso y asumir el control de la crisis por el caso Caval, junto al subsecretario Mahmud Aleuy, cuando en las primeras semanas el ministro Peñailillo no lograba dominar la situación.

Años después, en su segundo gobierno, Bachelet la designó en la Comisión Nacional del Litio, donde rápidamente asumió el liderazgo del grupo, nombrando a varios integrantes. En eso estaba, cuando los primeros días de julio del año pasado, la presidenta la invitó a ser parte de su equipo más estrecho, justo cuando su entonces jefa de gabinete, Paula Narváez, abandonaba sus funciones para cumplir con su período de prenatal. Se trataba de un reemplazo temporal. Pero terminó transformándose en definitivo.

La profesora de las cátedras de Derecho Ambiental e Institucionalidad Ambiental de la Universidad de Chile pidió autorización al plantel para hacer uso de la comisión de servicio, estatus que le permitiría asumir las nuevas funciones a las que había sido convocada.

También tuvo que dejar de lado su proyecto como socia y fundadora de Sustentabogadas, un estudio jurídico integrado por mujeres especializadas en derecho ambiental, que formó luego de abandonar la oficina Rivadeneira, Colombara y Zegers, donde recaló tras el término de sus funciones como titular del Medioambiente. Junto a Valentina Durán y Magdalena Atria, entre otras, decidió volcar su experiencia en esta oficina especializada, aprovechando su trabajo en la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) y también en el Consejo de Defensa del Estado (CDE).

CAVAL, PUNTO DE INFLEXIÓN

Ana Lya Uriarte y BacheletMuchos creen que “Anita”, como le dicen sus más cercanos, fue la persona que logró sacar adelante a Bachelet tras el estallido del caso Caval, en febrero de este año. En ese momento, cuando la mayoría de los integrantes de su equipo más cercano fallaron o no estuvieron, la abogada demostró una serie de atributos que hoy la convierten en la persona más cercana a la presidenta.

Fue la primera que suspendió sus vacaciones junto a su familia para llegar a su oficina en el Segundo Piso y asumir el control de la crisis, junto al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, cuando en las primeras semanas el ministro Rodrigo Peñailillo no lograba dominar la situación.

“Cuando la presidenta comienza a perder la confianza en Peñailillo, y mientras los golpes por el caso Caval no cesan, Ana Lya es quien prácticamente comienza a gobernar”, señala un ex inquilino de La Moneda.

Meses después, en medio de los coletazos del caso SQM que involucran a Peñailillo, Uriarte propina el golpe final al ministro del Interior. Antes de que Bachelet enfrentara su participación en el especial televisivo ¿Qué le pasa a Chile?, un ejecutivo de Canal 13 le transmitió un mensaje a la jefa de Prensa de la presidenta, Haydée Rojas.

Las entrevistas de los ex presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera habían resultado particularmente noticiosas y la estación esperaba mantener el nivel en alto con la mandataria. El mensaje buscaba asegurar que la presidenta hiciera algún anuncio durante la entrevista. La petición llegó a oídos de la mandataria a través de Ana Lya Uriarte. Fuentes de La Moneda señalan que la jefa de gabinete aprovechó la solicitud para aconsejar a la mandataria hacer el anuncio de un cambio de gabinete. Las mismas fuentes señalan que la única forma de darle una salida al entonces ministro del Interior era sin que se enterara, ni menos que sospechara cualquier atisbo de la decisión. A esa altura, la mandataria ya había estudiado el informe completo que Uriarte le había entregado sobre cuán implicado estaba Peñailillo en el escándalo de SQM.

Socios y adversarios

Esta semana, con las relaciones cortadas entre Jorge Burgos (Interior) y Javiera Blanco (Justicia), con Nicolás Eyzaguirre (Segpres), en Finlandia, Heraldo Muñoz (Minrel) en Colombia y con Rodrigo Valdés (Hacienda) y Ximena Rincón (Trabajo) prontos a partir al extranjero, la jefa de gabinete de Michelle Bachelet intensificó su monitoreo al paro en el Registro Civil, que el miércoles pasado cumplió un mes.

Uriarte estima, según cercanos a ella, que las imágenes televisivas de personas reclamando que no pueden cobrar su sueldo por tener su carné de identidad vencido, o que no pueden sacar pasaporte para salir del país, es un autogol tremendo que volverá a frenar el impulso que había tomado la presidenta en las encuestas, tras el terremoto en el norte y el acucioso plan diseñado por ella y el jefe de Contenidos, Pedro Güell, que incluyó el cambio de gabinete, el “realismo sin renuncia” del cónclave realizado el 10 de julio, en el Estadio San Jorge y la cuidada puesta en escena del “Caupolicanazo” del 4 de octubre, entre otros.

Si Bachelet logra despegar en las encuestas, o las cosas se mantiene en orden, Uriarte podría salir de La Moneda convertida en una figura política con proyección. Si en el cambio de gabinete pasado su nombre sonó como ministra, su actual rol estratégico descarta hoy esa posibilidad.

No obstante, alineada —como siempre— con su amigo y socio político en Palacio, Mahmud Aleuy, Uriarte cree que hay que resistir y castigar a los funcionarios, insistiendo en que el paro es ilegal, y la suspensión de los turnos éticos es una falta a la ética pública.

Otro de sus socios en Palacio es el vocero, Marcelo Díaz, quien perteneció a la Nueva Izquierda. Unos peldaños más abajo están Pedro Güell, Haydée Rojas y el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza (PC).
Con Burgos mantiene una buena relación y ella ha sido su aliada en varias batallas. “Ellos conversan mucho, tienen buen feeling, el que Burgos no tiene con Güell”, señala un asesor.

Pero con la misma fuerza que tienen sus relaciones con su aliados, Uriarte también combate a sus adversarios dentro de la Nueva Mayoría. Uno de ellos es Guido Girardi, a quien critica su estilo de hacer política. Para entender ello, algunos se remontan a su momento más complejo en la cartera de Medio Ambiente, cuando una serie de episodios críticos en la contaminación ambiental de Santiago llevaron a Girardi a recurrir a la justicia. Otros mencionan la estrecha relación que el senador del PPD mantuvo con su marido, el médico salubrista José Concha, con quien finalmente terminó distanciándose.

En las pasadas elecciones senatoriales, pese a que su partido debía apoyar —por protocolo— a Girardi, Uriarte ofició como jefa de campaña de la candidatura de Alberto Undurraga (DC), quien tras perder esa elección fue nombrado por la presidenta Bachelet al frente del Ministerio de Obras Públicas.

SU FUTURO

Si Bachelet logra despegar en las encuestas o las cosas se mantienen en orden, Uriarte podría salir de La Moneda convertida en una figura política con proyección.

Si en el cambio de gabinete pasado su nombre se mencionó como ministra, su actual rol estratégico en el gobierno, descarta hoy su posible abandono de su oficina contigua a la de la presidenta.

Lo que sí deberá decidir en algún momento es si llega hasta el último día de gobierno, retoma sus clases en la Universidad de Chile y se reencuentra con sus socias en Sustentabogadas u opta por perfilar su carrera política postulando a algún cargo parlamentario. Ofertas no le faltarán.

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