Por Sebastián Rivas Junio 11, 2015

Metodología. El universo es de hombres y mujeres chilenos mayores de 18 años, habitantes de las 73 comunas urbanas con más de 50 mil personas que representan el 70,9% del total del país. Se aplicaron encuestas telefónicas con Cati y encuestas cara a cara en puntos de afluencia con Capi. Para las entrevistas a través de teléfono fijo el muestreo fue probabilístico, a partir de BBDD con cobertura nacional, propias de Cadem, dentro del hogar, la selección de los sujetos se hizo por cuotas de sexo, edad y GSE. Para las entrevistas cara a cara en punto fijo, se predefinieron cuotas para comunas específicas en la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío, además de sexo, edad y GSE (ABC1 y D/E) como complemento al muestreo del teléfono fijo. La muestra fue de 700 casos aproximadamente por medición. Del total de personajes evaluados, un grupo fue medido la última semana de mayo y el otro grupo se hizo durante la primera semana de junio. Los datos fueron ponderados a nivel de sujetos por GSE, zona, sexo y edad, obteniendo una muestra de representación nacional para el universo en estudio. El error es  de +/- 3,7 puntos porcentuales al 95% de confianza. 

Son 34 puntos de diferencia entre un año y otro. En mayo de 2014, cuando recién había asumido como director sociocultural de la Presidencia, Sebastián Dávalos Bachelet era visto con alta confianza por el 39% de quienes respondieron un sondeo hecho por Qué Pasa y Plaza Pública-Cadem para medir a las principales figuras políticas del país. En junio de 2015, tras el escándalo por el caso Caval y su salida del gobierno, la cifra es de apenas un 5%.

El ejemplo es el más extremo, pero no la excepción. En un año marcado transversalmente por las investigaciones sobre corrupción y el financiamiento de campañas, la clase política en general se ve altamente damnificada. La segunda edición de la encuesta muestra que los 38 políticos evaluados promedian un nivel de confianza de 33%, siete puntos menos que en 2014. Al mismo tiempo, el nivel de conocimiento promedio de las figuras sube seis puntos, de 66% a 72%, lo que muestra que las noticias han sido seguidas con interés. Nuevamente, Dávalos es el caso que mejor muestra esa variación: pasa de ser conocido por el 49% de los encuestados al 92%.

Ocho figuras superan el 40% de confianza y 65% de conocimiento, un eje de altos atributos donde tradicionalmente se ubican los candidatos presidenciales: Isabel Allende, Giorgio Jackson, Manuel José Ossandón, Marco Enríquez-Ominami, Sebastián Piñera, Ricardo Lagos Escobar, José Miguel Insulza y José Antonio Gómez. Entre quienes tienen menos de 65% de conocimiento sólo hay cuatro nombres sobre el 40% de confianza: el diputado Gabriel Boric y los ministros Heraldo Muñoz, Jorge Burgos y Máximo Pacheco.

Similar al año pasado, el eje de las figuras bajo 40% de confianza y 65% de conocimiento incorpora a algunos de los nuevos ministros, como Rodrigo Valdés y Marcelo Díaz, y a la mayoría de los presidentes de partido.

Pero el eje que sintetiza lo que ha ocurrido entre junio de 2014 y junio de 2015 es el de políticos bajo el 40% de confianza, pero con conocimiento mayor a 65%. Es el grupo más complejo, porque implica que una parte significativa de la población se ha formado una imagen más bien negativa. Y revertir esa idea cuesta mucho esfuerzo.

Dieciocho de los 38 políticos medidos están en este bloque. Entre ellos, la presidenta Michelle Bachelet, que pasó de liderar la muestra con 58% de alta confianza en 2014 a bajar 21 puntos en 2015, con 37%. Aun cuando está cuatro puntos por sobre el promedio general de los evaluados, la caída es significativa.

El castigo es generalizado. Si bien impacta de manera fuerte entre los nombres más asociados al bacheletismo, en especial Dávalos, Rodrigo Peñailillo y los ministros cercanos a la mandataria, la caída también arrastra a figuras del centro y la derecha, como Lily Pérez, Andrés Allamand y Andrés Chadwick. Asimismo, el 22% con que debuta Hernán Larraín en la lista como presidente de la UDI refleja el fuerte impacto del caso Penta en la colectividad. También en este bloque se mantienen algunos de los políticos mal evaluados en el sondeo anterior, como Guido Girardi, Evelyn Matthei y Camila Vallejo.

Si en 2014 había 22 políticos que tenían un 40% o más de confianza, en 2015 la cifra baja a 12. Al revés, mientras el año pasado sólo 10 políticos tenían una evaluación negativa superior a la positiva, este año el número se duplica hasta los 21, más de la mitad de la muestra. De hecho, sólo tres políticos -los ministros Heraldo Muñoz y Jorge Burgos y el diputado Gabriel Boric- mejoran respecto al año anterior. Un caso más, Evelyn Matthei mantiene su evaluación de 30% de confianza que tuvo en 2014. Los restantes 26 casos que se compararon entre año y año bajan.

La lista no es idéntica y trata de reflejar los cambios ocurridos en este período. Por eso se agregó a figuras como Isabel Allende, Lagos Escobar e Insulza, quienes son nombrados como posibles candidatos presidenciales en su sector, así como a algunos de los nuevos ministros incorporados por Bachelet. El sondeo, en todo caso, no alcanzó a medir el impacto de la renuncia del ministro secretario general de la Presidencia, Jorge Insunza, presentada el pasado domingo. A continuación, exponemos los desgloses de las tendencias más relevantes que se observan en el estudio.

 

Los 38 políticos seleccionados

Esta es la lista de las figuras, indicando la fecha en que fueron medidos:

Grupo 1 (medición hecha el 27, 28 y 29 de mayo): Michelle Bachelet, Sebastián Piñera, Evelyn Matthei, Ignacio Walker, Ricardo Lagos Escobar, Alberto Arenas, Marcelo Díaz,  Andrés Allamand, Andrés Velasco, Carolina Tohá, José Antonio Gómez, Lily Pérez, Manuel José Ossandón, Marco Enríquez-Ominami, Nicolás Eyzaguirre, Ricardo Lagos Weber, Rodrigo Peñailillo, Ximena Rincón, Jorge Burgos, Heraldo Muñoz y Máximo Pacheco.

Grupo 2 (medición hecha el 2, 3 y 4 de junio): Alberto Espina, Cristián Monckeberg, Javiera Blanco, Guido Girardi, Guillermo Teillier, Jaime Quintana,

Andrés Chadwick, Rodrigo Valdés, Camila Vallejo, José Miguel Insulza, Felipe Kast, Giorgio Jackson, Gabriel Boric, Sebastián Dávalos, Jorge Pizarro, Isabel Allende y Hernán Larraín.

El desplome del bacheletismo

En 2014 no había ninguna duda. El 58% de confianza que tenía Michelle Bachelet la erigía por lejos como la figura política mejor valorada: quienes estaban más cerca de ella tenían un 50%, ocho puntos más atrás. Más aún, siete de los diez políticos que tenían más alta evaluación eran ministros suyos, que presentaban cifras entre el 48% y 50%.

En 2015, Bachelet aparece en el puesto 13 del listado, con el 37% de confianza y empatada con su nuevo ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. Más aún, si en 2014 sólo el 20% de los encuestados dijo tener nula o poca confianza en ella, este año la cifra se eleva al doble, 41%. Es decir, son más los que manifiestan no confiar en Bachelet que los que señalan su buena valoración.

Con todo, los 21 puntos que desciende Bachelet en confianza son la tercera cifra más elevada de la muestra. En el segundo lugar de quienes más descendieron está su ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, que baja 29 puntos (de 48% a 19%). Y en el primer lugar, su hijo y ex director sociocultural de la Presidencia, Sebastián Dávalos, cuya valoración desciende 34 puntos, de 39% a 5%. Ambos son los peor evaluados de todo el sondeo y los personajes que tienen mayor índice de desconfianza: si el 84% asegura que confía poco o nada en Dávalos, el 56% dice lo mismo de Peñailillo.

Pero hay un antecedente más llamativo que muestra cómo la crisis ha impactado al denominado “bacheletismo”: varias figuras influyentes del gabinete o que son asociadas como cercanas a la presidenta descienden más de 10 puntos en confianza entre 2014 y 2015. Ximena Rincón, por ejemplo, pasa del 50% al 32%; Nicolás Eyzaguirre y el ex titular de Hacienda Alberto Arenas pierden 12 puntos cada uno, marcando un 32% y 26%, respectivamente; el senador Ricardo Lagos Weber cae del 42% al 29%, y la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, pasa de estar entre las mejor evaluadas, con un 47%, a marcar 36%, un punto por debajo de Bachelet.

Un nuevo escenario de presidenciables

El tablero se remeció entre los políticos con alto conocimiento y alta confianza, el cuadrante que está asociado a los aspirantes a La Moneda. El año que pasó dejó ganadores y damnificados, en un mapa que está en constante evolución.

En la lista destaca un nombre que no fue medido en 2014 y que irrumpe con fuerza: la senadora y presidenta del PS, Isabel Allende. Es la cuarta persona mejor evaluada de la lista (45%), tiene un alto conocimiento (91%), es la única de la lista de candidatos que supera el 50% de buena evaluación entre las mujeres y es el nombre mejor valorado entre quienes se definen de centroizquierda (71%).

Dos puntos más atrás aparece Marco Enríquez-Ominami (43%). El dos veces candidato baja cinco puntos entre quienes declaran tener alta confianza en él, en medio de las acusaciones por supuestos vínculos con SQM, aunque es uno de los cuatro mejor evaluados por los independientes (38%) y el segundo nombre mejor valorado entre los menores de 35 años (41%) y el estrato socioeconómico bajo (47%). Sin embargo, es superado por Allende por una diferencia que va entre 11 y 19 puntos en grupos como quienes tienen 35 a 54 años, los mayores de 55 años y quienes se declaran de centroizquierda. La lista de aspirantes de la centroizquierda la completan Ricardo Lagos y José Miguel Insulza, ambos con un 40% y compartiendo valoración en la mayoría de los grupos.

En el grupo también hay dos nombres de la derecha. Manuel José Ossandón vuelve a ser el mejor valorado del sector, con un 44% (cinco puntos menos que en 2014), pero lo sigue el ex presidente Sebastián Piñera, con un 43%, perdiendo un punto respecto al año previo, pese a las acusaciones en el marco de las investigaciones de la Fiscalía con respecto a Bancard.

El problema para Ossandón es que, de acuerdo a la encuesta, sólo sube un punto en conocimiento comparado con 2014 (de 65% a 66%), y ése es un indicador crucial de cara a una candidatura presidencial. Con la ventaja de haber estado en La Moneda, a Piñera declara conocerlo el 98% de la muestra. Un indicador interesante, sin embargo, es el desempeño por grupos: por ejemplo, Ossandón marca mejor que Piñera entre los hombres y los mayores de 55 años, en el estrato socioeconómico bajo y entre los que se declaran de centro o independientes. El ex presidente, eso sí, es la única figura de la muestra que supera el 60% de confianza en la centroderecha (77%). Ossandón tiene 30 puntos menos, para llegar al 47%.

Además de las figuras asociadas a Bachelet, como Carolina Tohá y Ricardo Lagos Weber, quien tuvo una fuerte caída entre 2014 y 2015 fue Andrés Velasco. Él pierde 15 puntos y llega hasta un 32% de evaluación positiva, mientras el 33% afirma tener nula o baja confianza en él. El desplome se acentúa entre los jóvenes y los independientes, donde tiene el 20% y 22% de confianza. Los dos grupos donde Velasco sigue superando el 40% son entre los mayores de 55 años (46%) y quienes se declaran de centro (41%).

Boric y Jackson, la dupla emergente

Gabriel Boric y Giorgio Jackson tienen trayectorias paralelas. Ex dirigentes estudiantiles, llegaron al Congreso en 2014, han trabajado juntos en iniciativas como un proyecto de ley que reducía los sueldos de los parlamentarios y frecuentemente suben videos conjuntos a las redes sociales sobre temas como la reforma laboral. Una alianza que parece dar frutos.

Boric y Jackson son de los pocos políticos que “capearon el temporal”. El ex líder de la FECH incluso aumentó un punto su evaluación positiva respecto al año pasado (46%) y es el político mejor evaluado tras los ministros Muñoz y Burgos. Jackson, por su parte, tiene una leve baja de tres puntos, pero mantiene un 44% de buena evaluación. Boric es el líder de toda la lista entre los encuestados jóvenes (menores de 35 años) con un 42% de confianza y empata como uno de los cuatro mejor valorados entre los independientes (38%). Jackson, por su parte, presenta mayor índice de conocimiento que Boric (76% versus 63%) y tiene una de las valoraciones más altas entre las mujeres (49%). Los dos, además, están entre los mejores evaluados entre quienes pertenecen al nivel socioeconómico alto y medio, y empatan en el segundo lugar entre los que se definen de centroizquierda (67%).

El escenario difiere del que se aprecia para Camila Vallejo: la ex presidenta de la FECH recibe sólo el 28% de confianza, cuatro puntos menos que en 2014, y es la tercera figura con más alto nivel de desconfianza (53%), sólo detrás de Sebastián Dávalos y Rodrigo Peñailillo. Sin embargo, un dato ilustra el movimiento entre un año y otro: si en 2014 la diputada comunista estaba entre las cinco figuras peor evaluadas del sondeo, la caída generalizada de la evaluación de la clase política lleva a que hoy ni siquiera integre el “top ten” de esa lista.

Lagos e Insulza, vidas paralelas

Las trayectorias de Ricardo Lagos y José Miguel Insulza están íntimamente asociadas desde los años en que ambos eran presidente y ministro del Interior, respectivamente. Esa vinculación parece haber permeado entre la ciudadanía: ambos presentan indicadores casi iguales de confianza general y entre grupos específicos.
Un ejemplo: los dos tienen el 40% de alta confianza y el 32% de rechazo, y sus cifras son idénticas entre todos los sectores políticos, con el peak entre quienes se definen de centroizquierda: un 58%, lo que entre los posibles nombres para 2017 en el sector los pondría detrás de Isabel Allende, pero por delante de Marco Enríquez-Ominami. Al revés, ambos bajan entre independientes (34%) y quienes se declaran de centro (29%). Lagos es el posible presidenciable de izquierda que tiene más alto índice de confianza entre los hombres (42%) y los mayores de 55 años (64%), mientras Insulza goza de mejor aprobación que el ex presidente en el grupo entre 35 y 54 años (44%) y la clase media (47%). Y aunque ambos tienen un conocimiento elevado entre la ciudadanía, Lagos (98%) supera a Insulza por doce puntos.

Presidentes de partido: una historia repetida

Si hay un valor que no ha variado prácticamente nada entre año y año, es el de la baja evaluación de los presidentes de partido. Tal como en 2014, la mayoría de las figuras se posiciona en el eje de baja confianza y bajo conocimiento. Las excepciones son el senador Hernán Larraín, presidente de la UDI, quien presenta un alto conocimiento (75%) y una baja confianza (23%), en medio de las polémicas que esa colectividad ha enfrentado por el caso Penta, e Isabel Allende, cuyo desempeño (45% de confianza) la coloca como la presidenciable mejor valorada de la muestra.

Entre el resto de los presidentes de partido, Felipe Kast (Evópoli) es el mejor valorado con un 32%, aun cuando esa cifra es 8 puntos más baja que la que él obtuvo en 2014. Cristián Monckeberg (RN) tiene un 26%, Jorge Pizarro (DC) alcanza el 25%, en medio de la controversia por las boletas de la empresa de sus hijos a SQM; Guillermo Teillier (PC) obtiene 24% y Jaime Quintana (PPD) cierra la lista empatado con Hernán Larraín entre los jefes de colectividad medidos con el 23%. Larraín, eso sí, presenta un índice más alto de rechazo: el 51% de los consultados afirma tener nula o poca confianza en él, contra el 45% de Quintana.

El efecto también alcanza a Ignacio Walker, ex presidente de la DC, quien obtiene un 31% de confianza. Un buen dato para el senador, en todo caso, es que no tiene el mismo elevado rechazo de sus pares: el 30% afirma confiar poco o nada en él, lo que lo deja con una evaluación positiva neta.

Además, la imagen de los presidentes de partidos tradicionales es particularmente mala entre los jóvenes e independientes. Larraín, Monckeberg, Pizarro, Quintana y Teillier no superan el 12% de confianza en el primer grupo ni el 22%, en el segundo.

La “reserva moral” en el gabinete

De los datos de la encuesta, probablemente la noticia más alentadora del gobierno es la positiva evaluación que tiene Jorge Burgos. El jefe de gabinete tiene un 50% de confianza, sube dos puntos respecto a 2014 y es el segundo político mejor valorado de la lista: no baja del 40% en todos los grupos, salvo entre los jóvenes y los independientes, los dos sectores que en general son más críticos.

El mejor valorado de la lista es otro ministro, Heraldo Muñoz. El canciller sube 5 puntos y llega al 55% en un año que para él estuvo marcado por los alegatos en La Haya contra la demanda presentada por Bolivia, un desempeño que fue transversalmente destacado. Otros dos ministros que están en este grupo son Máximo Pacheco (Energía), con un 43%, y José Antonio Gómez (Defensa), con el 40%. Pero aún cuando se mantienen en el “top ten” de valoración, se ven afectados por la caída general del gobierno: pierden 7 y 10 puntos en relación a 2014, respectivamente.

Jóvenes e independientes, los más desconfiados

Aunque tradicionalmente los jóvenes e independientes están entre los grupos que tienen peores evaluaciones de la clase política en general, las cifras del sondeo igual muestran una diferencia alta. Los menores de 35 años tienen en promedio un 19% de confianza y los independientes, un 25%. Entre los jóvenes, sólo Gabriel Boric y Marco Enríquez-Ominami superan el 40% de confianza, y entre los independientes ninguno llega a esa cantidad: Boric, ME-O, Isabel Allende y Heraldo Muñoz empatan con el 38%.

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