Por María Luisa Iriarte Enero 29, 2015

© José Miguel Méndez

“Lo que es problemático para la derecha es que aparecemos defendiendo a quienes han cometido algún abuso o injusticia. Nosotros siempre debemos ser los más duros contra los monopolios, colusiones, contra aquello que dañe la línea de flotación de un libre mercado”.

Transitar desde una alianza electoral, como ha sido históricamente, hacia una coalición política que termine en la creación de un partido único de centroderecha, es la cruzada que ha tomado el diputado UDI Jaime Bellolio (34) luego que la idea fuera propuesta hace un par de semanas por el senador RN Andrés Allamand. 

Según Bellolio, el negativo escenario que vive su sector, y que se refleja en la baja representación parlamentaria, sumado al cambio en el sistema electoral, hacen urgente una nueva reconfiguración, donde el interés común prime por sobre los particulares. De lo contrario, sostiene que la derecha se arriesga a un rotundo fracaso en los próximos comicios.

-¿Cómo la UDI logra acercarse a sus otros aliados y ofrecerles unidad en un momento en que ustedes están viviendo una crisis de esta envergadura, en el contexto del caso Penta?
-Al revés. Esta es una oportunidad para profundizar qué es lo que podemos construir en unidad los próximos 3 años para que así se vea reflejado en los próximos 15 a 20 años. Algo ya se está haciendo. Los secretarios generales de los partidos RN, UDI, Evópoli y PRI se reunieron y están haciendo una especie de declaración de institucionalización. Creo que nosotros tenemos que tomarnos muy en serio lo de un partido único. Primero, porque para enfrentar las elecciones si vas a elegir 6 diputados puedes llevar 7 candidatos, si tienes 5 movimientos significa una pelea interna de quién lleva a quiénes. En cambio, si eres un partido único eso es diferente. Así, con el nuevo sistema electoral hay dos opciones: o se fragmentan los partidos y se hacen muchos chiquititos o está el incentivo a crear un único partido o una federación de partidos, algo que funcione como un bloque grande. Yo creo que es muy relevante lo que hagamos en los próximos 3 años, porque la derecha se juega, en los próximos 3 años, los próximos 15.

-¿Entonces usted comparte 100% la idea de un partido único?
-Creo que tenemos que tomarnos en serio el evaluar todas sus virtudes y defectos. El mero tránsito para ver si podemos hacer un partido único o no es un camino que vale la pena recorrer. Porque va a significar juntarnos con las personas de Evópoli, PRI, RN y los otros grupos que también quieran sumarse, hacer una declaración de principios, decir qué es lo que pensamos, qué es lo que queremos. Y la UDI obviamente puede aportar mucho en eso. El ejemplo de lo que pudimos hacer en materia educacional me gustaría que lo pudiéramos replicar en muchas otras áreas. Ahí trabajamos en torno a alianzas con Felipe Kast de Evópoli, José Manuel Edwards de RN, trabajábamos juntos de manera permanente, presentamos indicaciones juntos, fuimos a recorrer el país. Ahí había una coalición de verdad. 

-Que se dio en parte por la afinidad generacional que existe entre ustedes…
-Puede ser. Pero también había una comunidad de ideas y eso es lo que nos daba las ganas de seguir haciéndolo de manera permanente.

-¿La idea del partido único nace de estas conversaciones con Kast y Edwards y ustedes se la transmiten a Allamand o convergieron ambas ideas?
-Yo no había conversado esto con Andrés hasta antes que él lo dijera. Sí había conversado con Felipe Kast el cómo profundizar la idea de coalición, cómo generar lazos más permanentes.

-Esta idea de partido único ¿qué tanto obedece al cambio que se abre con el fin del binominal o realmente a una necesidad de la derecha de reinventarse?
-Pueden ser las dos cosas, no creo que sean separadas. Tú necesitas hacer esta reinvención o actualización más bien y, como consecuencia, trae obviamente una energía que es potente para las elecciones. En las próximas elecciones sí nos jugamos muchas cosas. O sea, si tenemos una derecha dividida sin mucha fuerza, nos van a barrer electoralmente en alcaldes, concejales y después en las elecciones que vengan. Tiene más que ver con la actualización de nuestras ideas frente a lo que queremos ofrecerles a los chilenos en el futuro.

-La idea de Allamand ha mutado en los últimos días hacia una institucionalización. ¿Eso significa que la iniciativa original de partido único se desechó?
-Espero que no la desechemos. Entiendo la resistencia inicial por cómo están constituidos hoy los partidos y que a cada uno le ha costado sangre, sudor y lágrimas ser lo que hoy día son. Pero hacer el tránsito hacia es un camino que vale la pena recorrer.

-¿Quién de la UDI está con usted en esta cruzada?
-Lo he conversado con varios diputados de la UDI, y con Kast y Edwards… Ahora que viene febrero espero que podamos hacer esa reflexión más profunda.

-¿Pero hay algunos senadores del partido que lo apoyan?
-Tengo que reconocer que algunos me consideran un poquito loco, pero lo he conversado con algunos otros. Juan Antonio Coloma y Hernán Larraín han salido a dar su opinión. Me falta conversarlo más con tantos otros, pero la idea también es abrir el debate y planteárnoslo en serio. Lo he conversado con Ernesto Silva y él me dice que está abierto a que hagamos este debate y ver qué es lo mejor para la derecha.

-¿Esta visión la ha compartido con históricos de la UDI como Jovino Novoa, Andrés Chadwick, Pablo Longueira o Joaquín Lavín?
-No he tenido la oportunidad de hacerlo, por algo más bien coyuntural. Pero me gustaría que aquellos que han estado en el pasado dirigiendo el partido también nos ayuden a hacer este tránsito.

"HOY SOMOS INDISTINGUIBLES CON RESPECTO AL RESTO DE LOS PARTIDOS"

-¿Cómo ve esta transición desde lo que hoy es la derecha hacia esta idea de partido único?
El primer camino puede ser la institucionalización, es decir, que haya de manera periódica relaciones y discusiones entre los partidos, que acordemos cosas, que haya una declaración de principios mínima, y después la inclusión de intelectuales que nos permitan ofrecerle al país este modelo para armar una visión diferente a la que hay, un marco, paraguas, rayado de cancha, y entonces ahí creo que se puede dar el tránsito o salto hacia un único partido. Hay un marco general y al interior puede haber diversidad, se tolera esa diversidad, hace bien que exista esa diversidad.

-Cuando uno revisa los mínimos presentados por los secretarios de los partidos no ve mucha novedad, sino más bien lo que uno esperaría de la derecha, entonces ¿qué es lo original detrás de esto?
-Nuestros principios fundamentales no van a cambiar, lo que sí es la forma en que tú los comunicas, cómo llegas a la ciudadanía. El trabajo de los mínimos comunes es muy importante por lo mismo, porque hoy hablar de la dignidad humana frente a un proyecto de aborto es distinto que hablarlo puramente de manera teórica, o hablar de dignidad humana es hablar de salud y, por ende, de lo que ocurre con la salud pública y con las colas, etc. El camino que nos hace falta es autoconvencernos de que Chile es en parte lo que es hoy gracias a las ideas de la centroderecha. Pero lo que es problemático para la derecha es que aparecemos defendiendo a quienes han cometido algún abuso o injusticia. Nosotros siempre debemos ser los más duros contra los monopolios, colusiones, contra aquello que dañe la línea de flotación de un libre mercado. 

-¿Esta actualización de contenidos pasa también por hacer la separación en temas que históricamente han sido vinculados a la derecha, como la dictadura o la relación con el empresariado?
-Sí. Estamos andando en un auto a alta velocidad mirando por el espejo retrovisor y yo lo que propongo es que miremos por el parabrisas y que le ofrezcamos a Chile un modelo para armar.

-Pero durante el pasado el camino que recorrieron les significó cosechar varios éxitos. ¿Cuál es el gran cambio que se ha experimentado?
-El contexto a finales de los 80 era uno de guerra fría, en la que uno tenía que luchar por la libertad económica y social, pero eso hoy es diferente. Entonces los mismos temores fundados que existían sobre el Estado y su hegemonía hoy día son diferentes. En términos políticos, creo que la lógica de enfrentar siempre al del frente también es distinta. Yo entiendo que en esos años había mucho menos matices. Pero hoy estamos en una sociedad mucho más fragmentada. Eso significa mirar la política de una manera diferente: antes era más fácil verla como un juego de suma cero, todo lo que ganaba un partido lo perdía el otro. Pero hoy al interior de la coalición hay que verlo como uno cooperativo.

-¿Por qué cree que este cambio es algo tan trascendental?

-Porque en la última elección nos fue mal, pero más que eso es por una falta de defensa de nuestras ideas, sumado a que nos empezamos a sentir más cómodos. Entonces en vez de ir, como hizo la UDI en los 80 y 90 a convencer a las personas en villas, poblaciones, a conversar a escuchar, estábamos cómodos en ciertos puestos, especialmente la política dentro del Congreso. Y eso obviamente nos hizo alejarnos de la ciudadanía, y hoy día somos indistinguibles con respecto al resto de los partidos.

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