Por Juan Pablo Sallaberry Octubre 16, 2014

© Marcelo Segura

"Cuando yo llegué a Chile, al día siguiente, periodistas me dijeron que de Interior se habría informado de la diligencia en mi casa, que de otro modo era reservada. O sea, este tipo de diligencias se hacen cuando corresponda, pero se supone que no se divulgan. Sería gravísimo que se compruebe que la filtración provendría del Ministerio del Interior"

Desde que volvió de emergencia de Estados Unidos a Santiago, tras enterarse de que efectivos de la PDI habían entrado en su casa buscando información sobre su sociedad Cactus Consultores,  Andrés Velasco ha tenido una semana frenética. En extensas reuniones de análisis con sus asesores más estrechos: los empresarios Juan José Santa Cruz y Rafael Guilisasti, el experto en comunicaciones Pablo Halpern, el abogado Jorge Bofill y el director ejecutivo de su movimiento político Fuerza Pública, Sebastián Sichel, han diseñado la estrategia para enfrentar la crisis que impacta de lleno al velasquismo.

La figura del ex ministro de Hacienda ha estado en la mira desde que el fiscal Carlos Gajardo, que investiga eventuales delitos tributarios del grupo Penta, abriera una arista especial sobre platas a campañas políticas y diera con boletas entregadas por Velasco a esa empresa. 

A mediodía del miércoles, en una oficina de El Bosque Norte y aún a la espera que la fiscalía lo cite para pedirle el disco duro de su computador personal que no consiguieron en su domicilio, Velasco luce algo pálido y más delgado. Dice que no es la primera situación crítica que enfrenta en su carrera política. “Fui ministro de Hacienda cuatro años y créeme que me tocó vivir situaciones difíciles, yo tengo muy claro que quienes estamos en la vida pública estamos expuestos a pasar malos ratos”.

-Pero esta sí parece ser su mayor crisis política.

-Estoy en política para defender ideas, hemos formado un movimiento, Fuerza Pública, que tiene cuatro ex ministros, tiene más de mil adherentes en todo Chile y estamos ahí para defender esas ideas y lo vamos a seguir haciendo…  Ahora si este es el costo a pagar por hablar con libertad, si este es el costo a pagar por ser crítico a las reformas, no solamente estoy dispuesto a pagarlo, estoy dispuesto a seguir pagándolo.

-¿Por qué afirma que esta situación que enfrenta se debe a sus críticas a las reformas del gobierno?
-Mira, se dan cosas muy particulares: se da el hecho que hay una diligencia en mi casa cuando es de público conocimiento que yo estaba fuera de Chile. Yo no critico la labor de la fiscalía, cada uno hace lo que corresponde a su cargo, pero lo que sí resulta peculiar es que una diligencia que se supone que es reservada se haga pública, se filtre. A mí me llamaron periodistas para decirme que recibieron llamados del Ministerio del Interior en que los notificaron de la diligencia.

-¿La filtración proviene de Interior?
-Cuando yo llegué a Chile, al día siguiente, periodistas me dijeron que de Interior se habría informado de la diligencia en mi casa, que de otro modo era reservada. O sea, este tipo de diligencias se hacen cuando corresponda, pero se supone que no se divulgan. Sería gravísimo que se compruebe que la filtración provendría del Ministerio del Interior.

-¿Contactó al gobierno para pedir explicaciones por esta información?
-No, yo no voy a estar haciendo gestiones privadas.  Para mí resulta curiosa esta filtración y el otro dato evidente para cualquier ciudadano es el aprovechamiento político que hacen algunos. Una persona como el presidente del Partido Socialista, el partido de gobierno, que se ensaña y toma este tema como una obsesión.

-¿Confía en cómo el Servicio de Impuestos Internos manejará este tema?
-Tengo la mejor opinión de los técnicos del servicio. Lo que me preocupa son algunos políticos que están tratando de ejercer presión sobre su labor.

-A través de un comunicado y en sus declaraciones, usted ha descartado haber recibido financiamiento de Penta en su campaña, pero dijo que sí ha prestado charlas y servicios a esta empresa. ¿Nos puede contar en qué consistieron estas asesorías?
-Yo presté asesorías y los antecedentes voluntariamente, sin que nadie me los requiriera, se los entregué a Impuestos Internos. Y por supuesto si alguien más me lo requiere, igualmente se los entregaré.

-¿Pero, podría detallar públicamente qué es lo que le pedía Penta? ¿Les entregó informes de análisis económico?
-Algunas actividades son de público conocimiento, basta con ver las charlas públicas. Y bueno, obviamente, esto es parte de un proceso y lo que corresponde es entregar los antecedentes en el curso del proceso.

-Pero a la prensa y a la opinión pública, podría detallar las fechas, los montos y específicamente en qué consistieron esos servicios.
-Como te digo, los antecedentes se los entregué voluntariamente a Impuestos Internos.

-Más allá de lo legales que puedan ser esos servicios para Penta, hay un límite tenue en que un candidato presidencial esté prestando servicios a un grupo económico. Eso también puede interpretarse como financiamiento de campaña. Así lo planteaba Carlos Peña en su columna del domingo pasado.
-Si los ciudadanos van  a estar en política, ¿cómo se ganan la vida? Primera alternativa, que sean millonarios: Sebastián Piñera. ¿Queremos una política sólo para millonarios? Creo que no. Segunda alternativa, que sean funcionarios públicos y desde allí hagan política. ¿Queremos eso? Creo que no. Y, por lo tanto, la tercera alternativa es que las personas ejerzan su oficio, ejerzan su profesión, cosa que yo hago. Y, por lo demás, no lo hago para una persona en particular o para un grupo en particular. Eso significa que no tengo conflictos de ningún tipo. Lo hago en el extranjero, he hecho consultorías para gobiernos, para el Banco Mundial, para el FMI, para el BID. Es el derecho de ejercer mi profesión. Queremos una política en que las personas  se ganen la vida ejerciendo su oficio, su profesión.

-¿Y se mantiene la independencia?
-Si tienes una gama de personas a las que haces consultoría, tu ingreso no es de una persona en particular o de un grupo en particular. Eso da especial libertad, mucho más que a una persona que le debe su cargo a un favor político o a una persona que es millonaria que  puede dedicarle todo el tiempo a la política.


LA PDI EN CASA

-¿Cómo fue el operativo de la PDI en su domicilio?
-Yo estaba en Washington, a punto de hacer una presentación en el Banco Interamericano de Desarrollo. Llegué a mi hotel, después de haber salido a correr al mediodía, para buscar mis papeles para la charla y en ese momento me entero, por un mensaje de texto de un amigo que me dice: la PDI está en tu casa. Era una diligencia totalmente innecesaria porque los antecedentes voluntariamente los habíamos entregado dos días antes. Nosotros nos sentimos como se sentiría cualquier familia a cuyo domicilio se ingresa sin necesidad y especialmente cuando el padre de esa familia está en el extranjero, como era de público conocimiento. Y bueno, la falta de la necesidad de la diligencia se expresa en el hecho de que no tuvieron nada que llevarse. Llamaban al jefe y le preguntaban:  jefe no hay nada que llevarnos, ¿qué hacemos? Estuvieron un par de horas y se retiraron.

-Tras esta diligencia decide volver de inmediato a Santiago, ¿fue un error no haber vuelto al principio del caso y dar una declaración el día dos, tal como lo hicieron todos los otros mencionados?
-Yo estoy hace años en la vida pública, fui ministro, fui precandidato y siempre he tenido la misma postura: uno no responde a rumores o a filtraciones. Y pasados algunos días lo que hice, más que hablar, fue actuar. Actué. Di instrucciones para que los antecedentes relevantes se llevaran a Impuestos Internos, que es lo que me parecía entonces y me sigue pareciendo hoy lo correcto.

-¿Pero eso no provocó que creciera la bola de nieve respecto a los mismos rumores y especulaciones? Hay críticas dentro de su propio movimiento, Fuerza Pública, porque no hubo una respuesta rápida.
-Insisto: yo no respondo a rumores que provienen de filtraciones. Ahora cuando me pareció que llegó el momento yo actué, y en ese momento informé a la opinión pública que voluntariamente habíamos ido y habíamos entregado los antecedentes.

-¿Y el discurso que instaló en su campaña contra las malas prácticas y contra la vieja política no terminó jugándole en contra, como un bumerán? El analista Eugenio Tironi en entrevista a Pulso decía que es muy peligroso situarse en un estatus moral superior.
-Creo que sería un mal y peligroso principio en política que cualquier persona que trabaja por renovar la política esté expuesta a este tipo de situaciones. Y si es el costo que hay que pagar, como digo, estoy dispuesto a pagarlo. ¿Qué más dijo Eugenio Tironi en esa entrevista?, dijo que aquí ha habido personas, y él nombra al presidente del PS, que estaban esperando la oportunidad para cobrarse una venganza. Estamos hablando de Osvaldo Andrade, una persona que en la última encuesta CEP está entre los tres políticos peor evaluados de Chile. Si no fuera por el sistema binominal que le concede a cada una de las grandes coaliciones un escaño en prácticamente todos los distritos de Chile, probablemente Andrade hoy no sería diputado. Eso nos dice sobre la credibilidad del tipo de afirmaciones que él hace.

-¿Esta pugna con Andrade se arrastra por las cuentas no saldadas de cuando usted era ministro de Hacienda y él del Trabajo, o tiene que ver con una estrategia para minar su carrera política?
-Eso habría que preguntárselo a él. Sería inaceptable que él esté aprovechando esta situación para cobrar venganza por desacuerdos políticos que tuvimos en su momento. Pero eso no justifica para nada el aprovechamiento político de esta situación.

-Él dice que usted se está victimizando, que ésa ha sido su estrategia.
-Ese no es sino un ejemplo más de la manera que tiene Osvaldo Andrade de hacer política, de atacar, de agredir, de descalificar, yo no voy a caer en lo mismo.

LOS AFECTOS DE LA NUEVA MAYORÍA

-En general ¿cómo evalúa la reacción de la Nueva Mayoría -sector político al cual usted pertenece- y donde sólo ha habido críticas o silencio frente a su caso?
-Primero que nada, valoro la prudencia política que ha mostrado la Democracia Cristiana, que ha dicho que lo que hay que hacer aquí es que los procesos ocurran y las instituciones funcionen. Criterio que yo comparto. Y que tiene poco que ver con las presiones y las manipulaciones de otras personas. Ahora, en privado, y como son conversaciones privadas, no voy a decirlo, pero he recibido muestras de apoyo y afecto de distintas personas.

-¿No preferiría un respaldo público?
-Yo agradezco el apoyo y el afecto que he recibido.

-En la Nueva Mayoría, incluso algunos de sus más cercanos asesores cuando era ministro de Hacienda, creen que el problema es que usted ha sido tan duro en sus críticas a las reformas y al gobierno, ha marcado tal distancia, que terminó por romper sus lazos y afectos con el sector.
-Creo que no hay cosa peor que verter opiniones con calculadora. Las críticas las planteamos porque las creíamos correctas y creo que muchas de esas críticas se han ido confirmando: hoy estamos ante una economía parada, una inversión que ha caído abruptamente, ante una situación muy incierta respecto del crecimiento, un desempleo que sube, el principal diario financiero del orbe, Financial Times, habla de la mediocridad de las políticas en América Latina y menciona a Chile como un ejemplo de esa tendencia. Y, por lo tanto, esas críticas que planteamos se ven total y completamente reafirmadas. Yo comparto la necesidad de las reformas, pero la pregunta es qué tipo de reformas, los problemas de diseño de muchas de esas reformas son cada día más patentes y los ciudadanos así lo reconocen. La paradoja es que tienen reformas que se plantearon como fruto de un sentimiento popular y resulta que hoy día en todas las encuestas están mal evaluadas.

-En todo este episodio, hemos visto a sectores de la derecha respaldándolo. ¿No puede ser esto una oportunidad para que en alguna medida redefina su domicilio político y pase a representar decididamente al centro y a la centroderecha?
-Nuestro domicilio político está donde están nuestras ideas. Y nuestras ideas no cambian por un episodio u otro. Yo he luchado porque en Chile haya un centro liberal progresista. Es evidente que las ideas de centro en la Nueva Mayoría se han visto desdibujadas, qué duda cabe, y por eso la insistencia de la DC en plantear matices -y más que matices- a las reformas, porque son reformas que precisamente han dejado de lado los principios de una economía sana, del gradualismo, de la prudencia, de hacer las cosas bien. Y, por lo tanto, si hay algunos que han cambiado, allá ellos, yo tengo las mismas ideas que sostenía cuando trabajé por la campaña del No, cuando fui jefe de gabinete del Ministerio de Hacienda en el gobierno de Patricio Aylwin, cuando trabajé de negociador de los tratados de libre comercio de Chile, cuando fui ministro de Hacienda de Michelle Bachelet y cuando presenté mi precandidatura presidencial.

-Pero hoy, como están las cosas, ¿lo podemos visualizar en una primaria de la Nueva Mayoría?
-No estoy en este momento dedicado a especular sobre qué va a pasar en tres años más. Para nada. Estamos en medio de un cambio político de proporciones, partiendo por la modificación del sistema binominal. Digamos las cosas como son: la supervivencia de las dos grandes coaliciones en Chile tiene mucho que ver con la camisa de fuerza del sistema binominal inventado por la dictadura. Una vez que este sistema cambie, cuáles van a ser las reglas, cuáles van a ser los incentivos y cuáles van a ser las coaliciones, está por verse.  Hoy es muy difícil actuar frente al monopolio de grupos políticos. Yo interpreto los ataques a Fuerza Pública y a otros movimientos nuevos como la renuencia del mundo político tradicional a aceptar nuevos actores, a quienes se les cierran puertas, se les critica y se les descalifica.

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