Por Juan Andrés Quezada Marzo 27, 2014

© Maglio Pérez

"Los acuerdos hay que buscarlos más allá de la Nueva Mayoría y estar muy atentos a los cambios que se están produciendo hoy en la centroderecha, donde hay sectores que están buscando una nueva legitimidad democrática y un discurso más abierto, que ojalá signifique cuestiones concretas como el fin del binominal"

"Para la DC el tema económico no es sólo la reforma tributaria, también la agenda procrecimiento y la agenda energética. Y para eso no basta con una simple mayoría, los cambios que necesita hoy el país, en una perspectiva de 20 a 30 años, requieren de un acuerdo más amplio que una simple mayoría"

"Nosotros vamos a incidir en las reformas, no vamos a ser meros espectadores; la DC es protagonista de este proceso y no tenemos roles secundarios. Nos hubiera gustado estar en los ministerios sociales -Educación, Vivienda, Desarrollo Social, Sernam-, pero quiero pensar que ahí hubo un descuido"

El lunes pasado, durante el comité político presidido por Michelle Bachelet en La Moneda, el cual estuvo marcado por la polémica decisión de retirar del Parlamento tres proyectos sobre educación enviados por el gobierno anterior, Ignacio Walker hizo un llamado a los presentes que no pasó inadvertido: “No basta con la simple mayoría que tenemos en el Parlamento para hacer frente a las tareas que tenemos como gobierno, aquí se requiere buscar acuerdos, se necesita un nuevo consenso social”.

Una vez terminada la reunión, el presidente de la DC repartió a todos una columna de Joseph Ramos en La Tercera donde se argumentaba su postura. En ella, el ex decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile hace una analogía entre el ambiente que se vivía en marzo de 1990, al asumir Patricio Aylwin, y el momento actual del país. “Pese a los desafíos de entonces, todo salió bien porque se logró una suerte de consenso social. La buena noticia es que los desafíos que enfrenta el gobierno de la Presidenta Bachelet son bastante menores a los que enfrentó Aylwin. La mala noticia es que se ha roto el anterior consenso social y no es claro cómo se logra generar uno nuevo”, advierte Ramos.

“Él dice que el éxito de la transición en Chile se basó no sólo en la sagacidad política de un gran presidente, como Patricio Aylwin, sino que en un consenso social que permitió hacer frente a los grandes desafíos, a los nudos gordianos que, de alguna manera, definían el proceso de transición, y eso nos permitió un horizonte de 20 años en que transformamos Chile. Todos, gobierno y oposición, empresarios y trabajadores, civiles y militares”, comenta el senador en relación a la misma columna. “Esa fue la clave para explicar por qué fuimos capaces de acometer las grandes reformas . Hoy estamos ante un nuevo ciclo, comparto ese diagnóstico, pero un nuevo ciclo que significa no renegar de lo que hicimos durante 20 años, sino que hacerse cargo de los nuevos desafíos, que van más allá de la Nueva Mayoría. No basta con la Nueva Mayoría para acometer las tareas del futuro, necesitamos un acuerdo más amplio que una simple mayoría. Y en ese sentido, yo comparto la tesis central de Ramos”.

Al día siguiente, rumbo a San Felipe, una de las 25 comunas de la Quinta Región Cordillera que representa, Walker seguía insistiendo en el punto, cuando a esa hora su teléfono no para de sonar. Las radios buscan reacciones a los dichos del presidente del PPD, Jaime Quintana, quien el día anterior expresó que “no vamos a pasar la aplanadora, vamos a poner una retroexcavadora”.

“Falta más estilo Boeninger en el gobierno, más estilo Boeninger en el país, quien entendía que los países no se construyen sobre la base de mayorías ocasionales. Frente a los desafíos del país, que hoy son de tal envergadura, se requiere de un acuerdo más amplio que una simple mayoría”, afirma.

Ignacio Walker arriba de su camioneta a 120 k/h por la carretera General San Martín responde las preguntas y al mismo tiempo mira la pantalla de su Blackberry. Desde La Moneda se están designando los últimos cargos públicos y hay que estar atento a las llamadas de Palacio.

-Quedó claro que el senador Quintana -actual vocero de la Nueva Mayoría- no comparte su llamado hecho en el comité político.
-Sus declaraciones son una bofetada a los 20 años de los gobiernos de la Concertación. Además, siembran una serie de dudas sobre la coherencia de la base del apoyo político de Bachelet en esta nueva etapa. Más que aplanadoras o retroexcavadoras, necesitamos tender puentes. No vamos a gobernar para nosotros mismos, eso es demasiado mezquino. No estamos construyendo el país de los próximos cuatro años, sino que el de los próximos 30 años.

-¿Qué dudas siembra esta frase de Quintana en la Nueva Mayoría?
-Que hay quienes tenemos altos grados de convicción respecto a lo que hemos hecho en los últimos 25 años, entre los cuales me incluyo, y quienes tienen bajos grados de convicción y que están llenos de complejos, y que entienden este nuevo ciclo como una renegación de la obra transformadora de la Concertación. No es nuestro caso como DC, que fuimos partícipes de los gobiernos de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet.

-¿Para la DC existe un límite en el acuerdo con la Nueva Mayoría?
-La Nueva Mayoría no es una coalición política, es un acuerdo político y programático para apoyar al gobierno de Bachelet, porque una coalición política que trasciende a un gobierno requiere  grados de afinidad y convergencia que no tenemos entre los partidos de la Nueva Mayoría, especialmente en el caso del PC y el MAS. Hay que estar muy en guardia y muy atento a la tentación de introducir modelos fundacionales como si fuéramos a partir de cero. Bachelet ya fue presidenta, Eyzaguirre ya fue ministro, por lo tanto aquí hay un equipo muy similar al que hemos tenido los últimos 25 años, pero hay un nuevo ciclo y nuevos desafíos.

-¿Cree que este acuerdo político es viable en el largo plazo?
-Hay que ir paso a paso y no saltarse etapas. Tenemos que colocar toda nuestra fuerza en los próximos cuatro años entendiendo que estamos gobernando pensando en el Chile de los próximos 30 años y, en ese sentido hay que salir del área chica y pensar más en el país.

Walker alza la voz y continúa sin pregunta previa: “Quiero decirlo con mucha claridad: junto con las tres reformas emblemáticas -educacional, tributaria y constitucional- hay que hacerse cargo de las dos grandes agendas que nos ha planteado el equipo político y que yo comparto: la agenda de innovación, productividad y crecimiento, y la energética. Para la DC el tema económico no es sólo la reforma tributaria, también es el crecimiento y las propuestas energéticas que permita hacer frente al principal cuello de botella que tiene el país hacia el futuro. Y le reitero, para eso no basta con una simple mayoría, los cambios que necesita hoy el país, en una perspectiva de 20 o 30 años, requieren de un acuerdo más amplio que una simple mayoría. Ésa es la postura de la DC”.

-¿Comparte, entonces, la inquietud de Allamand, quien dijo que la posición del gobierno no demuestra un ambiente favorable para la conversación entre los bloques legislativos?
-No es ése el espíritu del gobierno, el espíritu del gobierno es de diálogo, de buscar acuerdos, pero nadie puede negarle al gobierno tomar la iniciativa en materias emblemáticas como la reforma educacional, tributaria y lo que llamamos una nueva Constitución. Esos proyectos no son un ultimátum, no son borrón y cuenta nueva, no son partir de cero, hay que tener una mirada acumulativa, por lo tanto, lo que vamos a hacer más que pasar aplanadoras y retroexcavadoras es tender puentes para buscar los acuerdos que el país necesita.

-¿Buscar acuerdos con la centroderecha?
-Obviamente que los acuerdos hay que buscarlos más allá de la Nueva Mayoría y estar muy atentos a los cambios que se están produciendo hoy  en la centroderecha, donde hay sectores que están buscando una nueva legitimidad democrática, un discurso más abierto que ojalá signifique cuestiones tan concretas como poner fin de una vez por todas al sistema binominal.

"EL SOSTENEDOR PRIVADO NO TIENE NADA QUE TEMER"

Walker habla con seguridad del contenido de la reforma educacional que Nicolás Eyzaguirre enviará al Congreso antes del 21 de mayo. “He tenido dos conversaciones en profundidad con el ministro, la última fue este lunes, por más de una hora y media, donde analizamos punto por punto, proyecto por proyecto, tema por tema, los contenidos principales de la reforma. Y creo que tenemos una sintonía muy grande en los principales aspectos”.

-¿Cuáles son esos aspectos?
-La DC tiene una postura común, adoptada en el congreso partidario del 2007, que estamos reflejando en la discusión al interior del gobierno: primero, la educación es un bien público y no de consumo; segundo, creemos en una educación mixta, pública y privada; tercero, hay que conciliar el derecho a la educación con la libertad de enseñanza; cuarto, no basta con la acción del Estado, necesitamos tomar en cuenta la vitalidad de la sociedad civil, el aporte de las familias y el derecho de los padres y apoderados de decidir dónde educar a sus hijos.

-Pero algunos militantes DC han manifestado cierta inquietud por algunos puntos de esta reforma.
-Como DC no miramos este tema desde la vereda del frente, nosotros estamos en el mismo barco, pero en esta discusión vamos a colocar nuestro matiz, nuestro punto de vista, nuestro sello y nuestra impronta, que gira en torno a los principios que acabo de mencionar.

-¿Es partidario de mantener los colegios particulares con subvención del Estado?
-Obviamente. Nunca hemos dudado de aquello. La primera ley que se aprobó en Chile para destinar fondos públicos a la educación particular fue dictada en 1951 por el ministro de Educación de ese entonces, Bernardo Leighton, y nuestros grandes próceres fundadores  de la falange: Eduardo Frei Montalva, Radomiro Tomic y el propio Leighton, todos vinieron de la UC creada en 1888, que fue el escándalo para los partidarios del monopolio del Estado en materia de educación. Le quiero decir que nosotros siempre hemos creído en la necesidad de conciliar derecho a la educación con libertad de enseñanza, educación pública con educación privada y este matiz lo vamos a hacer ver y sentir en el actual gobierno.

-Pero en la Nueva Mayoría muchos estiman que la educación privada no puede recibir aporte estatal.
-No veo una preocupación en esa materia, porque tanto la presidenta Bachelet como el ministro Eyzaguirre han sido claros en afirmar que terminar con el lucro o terminar con el financiamiento compartido en la medida que aumente la subvención no significa arremeter contra la educación particular subvencionada. El 55% de la matrícula de básica está en la educación particular subvencionada, el 8% en la particular pagada y el 37% en la educación pública. Lo que ocurre es que la educación pública se nos está quedando atrás y por lo tanto tenemos que hacer un particular esfuerzo en esa dirección.

-¿Pero sí se opone a que un colegio particular que recibe subvención del Estado pueda lucrar?
-Así es. No hay ningún país de la OCDE que permita lucrar con fondos públicos en educación; lo de Chile es una anomalía mundial.  En la medida que suba la subvención escolar -que hoy alcanza al 92% de los alumnos- debería ir disminuyendo el financiamiento compartido, que es base de la segregación, hasta su virtual extinción. El sostenedor privado no tiene nada que temer porque sus ingresos van a ser cubiertos por el Estado.

“VOY A DEFENDER EL MATRIMONIO ENTRE UN HOMBRE Y UNA MUJER"

El senador cuenta que el fin de semana antepasado, durante la fiesta del matrimonio de uno de los hijos de Gutenberg Martínez, recibió varias veces el mismo comentario: sus camaradas le transmitían cierta inquietud por el inicio del gobierno de Bachelet y lo felicitaban por haber puesto los puntos sobre la íes en varios temas.

-Hay una sensación en el ambiente de la coalición que la DC no está siendo bien considerada. ¿Es así?
-Cuando miras la película entera, y aún faltan cargos por nombrar, te das cuenta de que la DC tiene una muy buena participación en el gobierno. Nosotros vamos a incidir en las reformas, no vamos a ser meros espectadores; la DC es protagonista de este proceso y no tenemos roles secundarios. Nos hubiera gustado estar en los ministerios sociales -Educación, Vivienda, Desarrollo Social, Sernam-, pero quiero pensar que ahí hubo un descuido.

-¿Comparte la prioridad que le puso el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, al matrimonio igualitario?

-No podemos cerrarnos a ningún debate y en ese debate, algunos o muchos, yo por lo menos, vamos a defender el matrimonio entre un hombre y una mujer, es decir, el matrimonio heterosexual, porque considero que es de la naturaleza jurídica del matrimonio el ser un contrato entre un hombre y una mujer, y simultáneamente vamos a defender con fuerza el Acuerdo de Vida en Pareja.

Cruzamos el túnel de Chacabuco y Walker observa con preocupación el paisaje comentando los estragos de la sequía. Luego vuelve a la política: “La DC no es un partido conservador ni integrista, es un partido que procura conciliar ciertos principios fundamentales con la realidad social, con una mente abierta, sin que existan temas vedados, ni vetos de ningún tipo”, concluye.

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