Por Juan Pablo Sallaberry Marzo 20, 2014

La estrategia de Solari será dar “una salida digna” al director ejecutivo,  proponiendo un nombre de reemplazo  que sea difícil de rechazar por el directorio. En los pasillos de TVN se menciona la alternativa de Jaime de Aguirre, actual director ejecutivo de CHV, y amigo de Solari.

“¿Y tú, vas a ser ministro del Interior o presidente de TVN?”. En diciembre y enero, Ricardo Solari tuvo que escuchar varias veces esa pregunta. Pero el histórico dirigente del PS se lo tomaba con calma, al punto que para el nombramiento del gabinete -cuando muchos se sorprendieron de su ausencia en la nómina-, él figuraba navegando por los canales del sur y sin señal de celular.

Ahora, a partir del 11 de abril, deberá tomar el timón en aguas igual de turbulentas: Michelle Bachelet lo designó como nuevo presidente del directorio de Televisión Nacional de Chile. Por primera vez en varios años un político de trayectoria asumirá el mando de la señal estatal. Mientras que en el saliente gobierno ocuparon ese cargo el académico Leonidas Montes, el abogado Carlos Zepeda y el gestor de empresas Mikel Uriarte, la mandataria optó por un hombre de su mayor confianza, reconocido por sus redes transversales y habilidad negociadora.  Su misión: que el gobierno vuelva a tomar un control más eficaz sobre el canal.

TVN está en un momento incierto. El rating no acompañó a la estación el 2013, cayendo por primera vez al tercer lugar de sintonía, detrás de Canal 13 y CHV, perdiendo el liderazgo del matinal Buenos Días a Todos, y golpeado por la fuga de rostros y ejecutivos emblemáticos, como la actriz Sigrid Alegría, el actor Álvaro Rudolphy  y la jefa del área dramática, María Eugenia Rencoret.  Y aunque las cifras son volátiles y las autoridades de TVN muestran con orgullo cómo el primer trimestre de 2014 lograron repuntar y ocupar el primer lugar en las audiencias del verano, existe conciencia de que el nivel de competencia en la industria se ha vuelto cuesta arriba.

Hay un nuevo escenario. Según explica un miembro del directorio, si hace 20 años competían sólo contra Canal 13 y conseguían millonarios  ingresos sin transar en su programación cultural y pluralista, hoy los grandes grupos económicos irrumpieron en el sector: los Luksic adquirieron Canal 13, Bethia compró Mega y Turner  CHV, lo que derivó en una reñida batalla por el avisaje, el implacable movimiento de “la grúa” que disparó a varios ceros el sueldo de los rostros y una competencia más dura.

Por eso, el debate que se ha instalado entre los miembros de la Nueva Mayoría es qué hacer con el canal público. Miembros del directorio como Antonio Leal (PPD) o Marcia Scantlebury (PS) han planteado la pregunta de si corresponde que la empresa siga operando bajo las reglas del juego del mercado o si deben explorar fórmulas para conseguir financiamiento estatal que les permita perfilarse como un canal público que entregue contenidos de calidad y con un sello enfocado -además de la información y la entretención- en promover la diversidad, el desarrollo cultural, la  integración de las regiones y la educación cívica. O, como dijo la propia Bachelet el 7 de octubre de 2013, durante su campaña: “TVN debe incorporar financiamiento público de manera sistemática, para que así esté en condiciones de producir los bienes públicos que los privados no tienen obligación o simplemente el interés de generar”.

Durante su campaña, Bachelet encomendó al actual ministro de Hacienda, Alberto Arenas, elaborar un documento con proyectos para TVN. En el texto final participaron, entre otros, el propio Solari, el gerente de programación de CHV, Pablo Morales, y el periodista y dirigente comunista Juan Andrés Lagos. Aunque el informe plantea en términos generales la necesidad de inyectar más recursos al canal estatal, no plantea una reforma sustantiva en la línea de convertir a TVN al modelo de otras televisiones públicas de éxito en el mundo, como la BBC.

EL ZAPPING EJECUTIVO

Por lo pronto, la primera misión que tendrá Solari al llegar a Bellavista 0990, es mucho más acotada. Tendrá que “ordenar la casa”, según definen sus cercanos. El economista ha establecido como prioridad restablecer la normalidad corporativa de la compañía. Es decir, recomponer el crispado ambiente interno del canal que se generó por las disputas entre el director ejecutivo, Mauro Valdés, y los tres anteriores presidentes del directorio.

Para nadie es un secreto en TVN que Valdés, nombrado el 2010, no era del agrado del gobierno de Sebastián Piñera. Criticaban su manejo frente a asuntos como la queja del gobierno por la cobertura que dio el canal a episodios como las movilizaciones estudiantiles o el regreso de Bachelet a Chile. En al menos una ocasión  intentaron removerlo del cargo, pero no fue posible debido a que el ejecutivo se ganó el apoyo de los miembros de izquierda del directorio. Por eso, el nombramiento de Uriarte a la cabeza del directorio fue visto como un intento de intervenir la gestión de Valdés. De hecho, el nuevo director no tardó en crear comités de auditorías independientes y comités de remuneraciones para supervisar al ejecutivo.

Si Solari quiere reemplazar a Valdés por un nombre afín a la Nueva Mayoría, deberá también moverse en un terreno pantanoso. Para sacarlo necesita 5 de los 7 miembros con derecho a voto del directorio. Aunque cuente con los cuatro de la izquierda (Leal, Scantlebury, el DC Francisco Frei y él mismo), necesita convencer a al menos uno de los directores de derecha (Cristián Leay, Arturo Bulnes y Pilar Molina), quienes podrían estirar la cuerda y mantener a Valdés.

La estrategia del nuevo presidente del directorio será “despolitizar el tema” y dar “una salida digna” al director ejecutivo, comenta un cercano a Solari, con una etapa de transición y, sobre todo, proponiendo un nombre de reemplazo que sea difícil de rechazar por  los miembros  del directorio.  En los pasillos de TVN se menciona la alternativa de Jaime de Aguirre, actual director ejecutivo de CHV, y quien además es amigo de Solari. Otro nombre que sonó para el cargo fue el de Pablo Morales, también cercano a Solari, pero generar el apoyo necesario parecía inviable.


LAS BATALLAS DEL CANAL

Uriarte y otros miembros del directorio levantaron internamente el debate sobre los altos sueldos de algunas figuras de la televisión, y plantearon la idea de que TVN deje de pagar remuneraciones millonarias para retener a sus rostros y en cambio se convierta en un semillero de nuevos talentos. Sin embargo, la idea de Solari sería que el directorio no se entrometa en el tema de los sueldos y ese aspecto quede como atribución exclusiva del director ejecutivo.

Solari tiene experiencia en el gobierno corporativo. Entre 1994 y 2000 fue director de BancoEstado, un sector tanto o más competitivo que la industria de la televisión, y en donde sería impensable que el directorio fije los sueldos de los ejecutivos.

Otro debate en ciernes es el anuncio que hizo el fin de semana pasado la ministra de Cultura, Claudia Barattini, de instaurar un canal cultural de Estado en señal abierta. El programa de gobierno de Bachelet plantea la creación al alero de la nueva ley de TV digital de al menos dos nuevas frecuencias abiertas para TVN, una del canal de noticias 24 horas y otra señal educativa-cultural. La nueva ley señala que todos los canales pueden tener un  espectro de 6 megahertz (MHz) para transmitir en alta definición (el cual pueden subdividir en varias señales de menor calidad) y que TVN será el único con dos señales de 6 MHz. 

Solari apoya la medida de una señal cultural, pero en el canal hay cautela: necesitarán de una nueva ley para establecer a qué se dedicará su segunda señal -noticias, cultura, producción regional o programas independientes- y cómo se financiará.  En la industriaafirman que la única forma de sostener un canal de este tipo es con recursos fiscales directos. Tras la Ley corta sobre TVN que promulgó Piñera -para ampliar el área de interés del canal a las radioemisoras- hay una ley larga próxima a quedar en tabla en el Congreso, y que fue enviada por Bachelet el 2008, centrada en las señales regionales. Según los expertos, el gobierno deberá reformular este proyecto para imprimir su sello en TVN.

Se da por descontado que Solari en TVN tiene otra función estratégica: el ex asesor de la campaña de Bachelet deberá mantener abiertos los teléfonos entre el canal y La Moneda y velar por defender la imagen de la presidenta y su gobierno en los cuatro años de mandato.

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