Por Juan Pablo Sallaberry Septiembre 12, 2013

© Agencia Uno

En el comando concuerdan en que fueron tres semanas negras para la campaña y las apuestas apuntan a que el interés de la ciudadanía  cambie con los festejos de Fiestas Patrias, que permitirán mover el eje de la discusión. 


Dirigentes de la Alianza llaman a la calma, ya que plantean que estas elecciones son inciertas al ser las primeras parlamentarias con voto voluntario. En los cálculos del oficialismo hay factores que las encuestas no registran, pero que perciben los candidatos en la calle, como el voto oculto de la derecha.


UN GOLPE INESPERADO

Como un misil que impactó en medio de la campaña. Así definen en la Alianza y el comando de Evelyn Matthei los efectos electorales del 40 aniversario del golpe de Estado. La fecha estaba en agenda y se calculaba que el tema sería levantado por la oposición -por ello se tomaron algunas precauciones, como que la propia candidata le pidió a su padre, el ex miembro de la Junta de Gobierno Fernando Matthei, mantenerse en un discreto segundo plano-. Pero lo que nadie previó fue la aguda crisis que generó la conmemoración al interior del propio oficialismo. Las declaraciones de perdón, pero sobre todo la entrevista que dio el presidente Sebastián Piñera en La Tercera hablando de “cómplices pasivos” de las violaciones a los derechos humanos, desestabilizaron la candidatura. En la UDI fue leído como un ataque personal por el comité de comunicaciones del partido-que integran, entre otros, Manfredo Mayol, Gonzalo Müller y Carlos y Gabriel Villarroel- ya que dejaba en superioridad moral a los partidos de izquierda. El enfrentamiento subió de tono en la reunión del comité político de La Moneda, donde el presidente de la UDI Patricio Melero interpeló al ministro del Interior, Andrés Chadwick. En RN y sectores independientes plantearon a la candidata aprovechar la fecha para dar una señal y desmarcarse del discurso de la derecha tradicional, pero finalmente ella se mostró zigzagueante en sus declaraciones para un tema en que se veía complicada. En el comando concuerdan que fueron tres semanas negras para la campaña y las apuestas apuntan a que el interés de la ciudadanía  cambie con los festejos de Fiestas Patrias, que permitirán mover el eje de la discusión. Por lo menos  hasta el 5 de octubre, cuando se cumple otro aniversario emblemático: los 25 años del plebiscito del Sí y el No. 

 

OPERACIÓN COMANDO

En los primeros días de la campaña de Matthei, una duda sobrevolaba en los partidos de la Alianza: cómo ella armaría su comando. Incluso sus cercanos reconocían que la ex ministra del Trabajo carecía de redes y equipos en los partidos de derecha, a diferencia de Pablo Longueira, cuyo grupo de cercanos fue clave para ganar las primarias.

Si bien la ex senadora trató de frenar la incertidumbre ratificando a Joaquín Lavín como su generalísimo, las tensiones comenzaron rápidamente. El entorno de Matthei empezó a ocupar posiciones clave en los equipos: su esposo Jorge Desormeaux asumió el liderazgo en el área programática y su hermano Fernando Matthei  como administrador electoral. 

El equipo liderado por Lavín perdió protagonismo e influencia en las decisiones, y varias figuras que fueron vitales en la campaña de Longueira se alejaron a roles de menor protagonismo.

En el comando comentan que se enfrentaron dos tesis: la de la “vía independiente” y la de la “vía partidaria”. Los primeros, del círculo cercano a Matthei, afirmaban que se debía convocar a figuras sin afiliación partidaria y ampliar la base electoral, considerando además el perfil liberal de la ex ministra. Ellos se anotaron un triunfo con el lanzamiento de los equipos programáticos, con independientes como Felipe Morandé, Ricardo Paredes y Silvia Leiva, y poca participación de los partidos. Lavín expresó sus reparos a la fórmula: sostuvo que era clave asegurar la base electoral de la Alianza, en torno al 35%, y que por eso era necesario acercarse a las colectividades y a la figura de Sebastián Piñera.

El enfrentamiento entre ambos bloques se hizo más patente para la campaña publicitaria. Pese a que tres agencias colaboraron para la instancia -10/10, Tregua y Paraíso-, en el comando no hubo consenso en la apuesta gráfica ni en el eslogan. Lavín cuestionó el eslogan “Ganamos todos”, por ser vacío y no transmitir un concepto claro. Otras figuras, como Patricio Melero y Juan Antonio Coloma, hicieron ver el mismo punto en reuniones. Sin embargo, entre los cercanos a Matthei el mensaje propuesto era bien evaluado, y la candidata terminó inclinándose por esa tesis.

Fuentes de la Alianza cuestionan a Lavín por no lograr imponer su experiencia en campaña y ordenar al comando. Eso, afirman, se ha notado en que el rol de Matthei no ha sido sólo el de candidata: ella revisa todos los comunicados, hace gestiones directas, e incluso es quien llama para pedir explicaciones si algo sale mal. Sin embargo, el lunes Matthei incorporó formalmente a su equipo a los presidentes de partido, en la línea de lo sugerido por el ex ministro. Un gesto que fue visto como una pequeña victoria de Lavín.

 

PIÑERA MIRA EL 2017

Lo que era un secreto a voces en palacio, quedó en evidencia en las últimas semanas, a raíz de la conmemoración de los 40 años del golpe: Sebastián Piñera intentará volver a la presidencia el 2017, tratando de emular el modelo seguido por Michelle Bachelet. Así explican muchos dirigentes de la UDI y RN su fuerte protagonismo en torno al 11 de septiembre, que eclipsó a Evelyn Matthei y la dejó afuera de la agenda. Sus últimas intervenciones fueron interpretadas en la Alianza como un claro intento de liderar a futuro una “nueva derecha”, completamente desmarcada del gobierno militar. Los diarios hablaban de los actos de Bachelet y Piñera, dejando afuera a la candidata. Al acto del pasado lunes en La Moneda, Matthei no sólo llegó tarde a la ceremonia, sino que no tuvo espacio para leer su comunicado a la  prensa y debió improvisar una conferencia en el patio del palacio.

En el comando señalan que hasta ahora la cooperación de La Moneda con la campaña presidencial ha sido casi nula. No sólo no han existido gestos del mandatario, sino que ninguno de sus ministros, subsecretarios y jefes de servicio ha sido mandatado para apoyar a la candidata.

 

LA AUSENCIA DE RN

“Le he pedido a RN en numerosas oportunidades que nombren toda la gente que quieran en mi comando. El tema es que aparentemente se tiene que nombrar a personas con un poquito más de trayectoria, lo que es propio de RN (…) Si eso no está funcionando, no es culpa mía”, respondió el martes Matthei en Temuco, al ser consultada por la escasa participación de su ex partido en la campaña presidencial.

Lo cierto es que el día anterior la directiva de RN se reunió a almorzar en el restaurante A Pinch of Pancho, donde la campaña de Matthei no fue tema. En cambio, papeles y números sobre la mesa, durante la reunión se analizaron los distritos y circunscripciones donde los candidatos del partido están débiles. Ésa es la verdadera preocupación hoy de Carlos Larraín y sus colaboradores: mantener sus 17 diputados y ocho senadores y, ojalá, aumentarlos. Sólo un buen resultado parlamentario dará pie a los partidarios de Larraín a continuar liderando el partido tras la arremetida que prepara el sector más liberal. Ya es un hecho que el senador dejará la presidencia de Renovación Nacional en marzo, y a los 72 años se jubilará de la política. De ahí que el piñerismo ya esté pensando en recuperar el control del partido durante el próximo período presidencial, de cara a las elecciones del 2017.

La mañana del lunes no pasó desapercibida la actitud del presidente de RN durante la reunión de crisis en la casa de Matthei, en la que participó su par de la UDI, entre otros. “Larraín no abrió la boca y cada cierto rato miraba su reloj”, señala uno de los participantes.

 

PROBLEMAS DE CAJA

A fines de julio, cuando el ex ministro Laurence Golborne llamó a Matthei para ponerse a su disposición en la campaña, los asesores de la candidata le dieron un consejo: “Pídele plata”. La estrechez de las arcas del comando oficialista es un tema recurrente en el equipo y se nota: mientras Bachelet arrienda un comando de 700 metros cuadrados y 80 personas en pleno barrio Italia, a la candidata UDI le prestaron un recinto en calle Suecia a medio amoblar, con un acotado personal y al que no van los dirigentes políticos: ella prefiere realizar las reuniones en su casa o en el partido.   Un dirigente de la Alianza explica que los mismos empresarios que gastaron sus fondos en el despliegue publicitario de Golborne y Pablo Longueira hoy prefieren invertir directamente en los candidatos al Congreso. Así, por primera vez en una campaña presidencial, las gigantografías y afiches de la centroderecha se ven disminuidos en relación a los de la Concertación. El problema llega a las regiones, donde los candidatos a parlamentario se quejan de no recibir apoyo del comando para levantar carteles con la candidata. En el comando explican que esta situación quedará resuelta a partir de fines de septiembre. 

 

PRONÓSTICOS ROJOS

En sectores de la Alianza hay sensación de derrotismo. Se evalúa que el resultado de noviembre puede ser desastroso a nivel parlamentario, con la amenaza de doblaje de senadores de la Nueva Mayoría en la II, la IV y la XII Región, además de entre ocho y diez doblajes en diputados. Incluso, un candidato a senador de la Alianza advirtió esta semana en privado que para el sector sería mejor perder dignamente en primera vuelta para no tener una diferencia abrumadora a favor de Bachelet en el balotaje.

No obstante, los dirigentes llaman a la calma, ya que plantean que estas elecciones son especialmente inciertas al ser las primeras parlamentarias con voto voluntario. En los cálculos del oficialismo hay factores que las encuestas no registran, pero que perciben los candidatos en la calle, como el voto oculto de la derecha. Un candidato a diputado relata que, como nunca, en las ferias y actividades la gente dice que votará por la Alianza en estas parlamentarias.  Otro factor que se escapa de las manos es el voto cruzado de gente que, votando por Bachelet, pueda apoyar a un parlamentario de derecha, o que puede apoyar a Franco Parisi en primera vuelta. Y a eso se suma la gran cantidad de candidatos, lo que, en teoría, dispersa la votación y evita que algún candidato se despegue demasiado. En el oficialismo explican que se aprendieron las lecciones de las municipales y en esta ocasión lo importante es movilizar: se irá a buscar al votante haciendo llegar el mensaje directamente a sus casas. 

 

EL PLAN DE LOS 60 DÍAS

Sólo quedan dos meses de campaña y en el comando se encuentran analizando el plan para intentar remontar en la recta final. La estrategia apunta a lanzar una nueva fase de la candidatura a partir del lunes 23 de septiembre. Entonces se presentará el nuevo despliegue publicitario que se sumará a la campaña radial. La idea será darle contenido a la frase “Ganemos juntos” asociándola a propuestas concretas. Se buscará imitar la estrategia de medios que tuvo Bachelet en abril tomándose la agenda noticiosa con temas propios. Se definió una nueva puesta en escena en las actividades, mostrando a Matthei rodeada de gente y no sola frente a un podio, como hasta ahora. La candidata UDI se enfocará en temáticas de salud, delincuencia, vivienda y asuntos sociales que consideran que la Nueva Mayoría ha dejado a un lado para centrarse en los debates políticos. Asimismo, se desechó profundizar en los temas “valóricos” que generan divisiones en el sector y que a la larga no aumentan la votación. Matthei exhibirá un discurso “duro”, donde podría mostrar su carácter, desmarcándose de proyectos del gobierno de Piñera y enfrentando directamente a la ex mandataria. Por ello se confía en el desempeño que pueda tener en los debates presidenciales, aunque los analistas coinciden en que estas instancias no son decisivas en el resultado electoral. 

A partir de octubre ya estarán operativos todos los comandos regionales, ya que el principal foco de atención será el despliegue territorial, vinculando la elección presidencial a la parlamentaria y de consejeros regionales, lo que permite garantizar más votación. En el comando coinciden en que el fuerte de la candidata son sus visitas a regiones, donde se muestra a sus anchas, y que pese a estar en una contienda cuesta arriba no pierde el ánimo ni la energía. 

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