Por Juan Andrés Quezada Mayo 23, 2013

"Me preocupa que cuando se produce el caso Cencosud, Allamand, con tal de hacerle daño a Golborne, divide al país entre consumidores y abusadores, pero no se da cuenta que con tal de ganar un punto político, está validando una lógica intelectual y política que es desastrosa para Chile"

"En muchas regiones nos sentimos solos, sin el candidato de RN. Sería bueno  que Jacqueline van Rysselberghe tuviera un compañero de lista. Tenemos a Víctor Pérez solo en la VIII interior. Ena von Baer se suponía que iba a ir con Carlos Larraín"

"Nos equivocamos en la apreciación de las primarias. Pensamos que serían una panacea para solucionar conflictos, pero éstos se agravaron. En eso hay responsabilidad de todos"

Tras el mensaje del 21 de mayo, Jovino Novoa partió a un cóctel que ofreció Sebastián Piñera a sus ministros, un grupo de parlamentarios y amigos, en la terraza del palacio de Cerro Castillo. Tras un breve brindis que hizo el presidente desde una escalinata, se le acercó el senador de la UDI a felicitarlo por su discurso. Para muchos, éste apretón de manos hubiese sido impensado hace algunos meses, cuando Novoa lanzó su libro Con la fuerza de la libertad, donde entrega una mirada crítica a la gestión del mandatario, al plantear que ha gobernado con banderas ajenas y que ha intentado “camuflarse con la Concertación”.

-¿Cambió su opinión del gobierno?

-Siempre he sostenido que este gobierno ha hecho mucho en un período corto. Que ha avanzado en educación, crecimiento, creación de empleos y no se le puede criticar la gestión. Mis cuestionamientos han ido por otro lado, pero esta vez hubo una defensa muy clara de las razones del éxito del gobierno, es decir, se reafirmó un modelo exitoso. Se señaló que los logros se deben a que hay libre competencia, a que hay capacidad creadora. Y, por cierto, también se señaló que si hay abusos, tenemos que combatirlos. Si uno mira la estructura del mensaje, no es sólo señalar que hicimos muchas cosas en educación, sino que las hicimos porque creemos en la libertad, para que los padres puedan escoger a qué colegios van  a estudiar sus niños.

-Sus cuestionamientos anteriores apuntaban a que la derecha no había logrado plasmar ni transmitir sus ideas en el gobierno de Piñera.

-Mantengo la visión que planteé en mi libro: que es, que por alguna razón, hemos sido incapaces de frenar una visión impuesta desde la izquierda, en cuanto a que hay un sistema que hizo crisis, un modelo que está cuestionado. Es una paradoja que, mostrando tantos éxitos como los que enumeró el presidente en su discurso, no podamos decir que el sistema de economía libre, de educación libre genera beneficios, por lo tanto, lucro, y que eso no es un pecado ni es el demonio personificado, sino al contrario, una consecuencia beneficiosa favorable al sistema. No hemos podido transmitir que cuando combatimos los abusos, lo que estamos haciendo es combatir los errores y defectos que hay siempre en todos los sistemas. En un sistema libre, en uno estatista siempre se producen este tipo de conductas que hay que combatir. Eso me preocupa, porque esto incide en el futuro en cómo va a ser Chile.

-¿Le preocupa la poca defensa de las ideas de su sector?

-En este microclima del Congreso lo que yo oigo todas las semanas como discurso de la izquierda son las mismas consignas de hace 30 ó 40 años, fracasadas en Chile y el mundo. Nos quieren dividir entre consumidores explotados y empresarios abusadores, y si se instala esa división de los chilenos será desastroso. Me preocupa que cuando se produce el caso Cencosud, Allamand, con tal de hacerle daño a Golborne, divide al país entre consumidores y abusadores, pero no se da cuenta que con tal de ganar un punto político está validando una lógica intelectual y política que es desastrosa para Chile y que es completamente contraria a nuestras ideas. Ahora el futuro también está en manos nuestras y depende mucho de lo que hagamos.

-¿Qué cosas debería cambiar un eventual segundo gobierno de derecha respecto al actual?

-Si el próximo gobierno es nuestro se va a profundizar lo hecho por la actual administración. Hay tareas como la calidad de la educación, que no se cambia en un gobierno. Creo que el sistema de educación privada ha sido tremendamente beneficioso para el país en cuanto a la ampliación de la cobertura, pero como toda cosa que es un boom que explota, hay que orientarlo. Yo lo regularía poco, ya que lo importante en la educación superior es que haya capacidad creadora y movilidad para enfrentar los desafíos de un mundo que cambia todos los días. Esa libertad no puede hacerse defraudando a los estudiantes. Se han producido problemas serios en que han fallado las universidades privadas y el ente regulador. Lo energético es otro punto pendiente donde es clave la productividad. Chile tiene que mejorar su productividad, no podemos estar dependiendo de mano de obra barata porque queremos que los sueldos suban. No podemos seguir dependiendo sólo de materias primas que son volátiles.  También hay que hacerse cargo de los cambios y los nuevos problemas que nuestra sociedad está experimentando.

-¿Qué es más importante en la elección de noviembre: ganar la presidencial o evitar que la Concertación y el PC logren una mayoría en el Congreso?

-Las dos cosas, si no tenemos una campaña presidencial potente, que aspire a ganar la elección, vamos a tener una lista parlamentaria débil. En la UDI estamos tratando de tener las dos ruedas caminando al mismo tiempo y ojalá a la misma velocidad. Cuando nos jugamos a que Pablo no fuera a primera vuelta y que entrara a una primaria a tres días de la inscripción en la UDI, a conciencia, sabemos que nos estamos jugando el todo por el todo. Al mismo tiempo, sabemos que necesitamos una buena plantilla parlamentaria.

-Ha habido cuestionamientos a Patricio Melero por la no realización de primarias.

-Soy miembro de la directiva y yo creo que nos equivocamos en la apreciación de la primaria. Pensamos que serían una panacea para solucionar conflictos, pero éstos se agravaron. En eso hay responsabilidad de todos. La directiva se dio cuenta que las primarias eran un problema y al final resolvió cómo se sacan. Si hay aciertos son de todos. Si hay errores son de todos. En la UDI yo creo que llegamos a una buena solución en la lista parlamentaria, pero en muchas regiones nos sentimos solos, sin el candidato de RN. Espero que no nos pase  lo de hace ocho años atrás, cuando Carlos Bombal sacó como el 27% de los votos en la VIII Costa y no le alcanzó porque su compañero de lista no hizo nada. Sería bueno que Jacqueline van Rysselberghe tuviera un compañero de lista. Tenemos a Víctor Pérez solo en la VIII interior. Ena von Baer se suponía que iba a ir con Carlos Larraín. Se suponía.

-¿Le gusta el eslogan de Longueira “Por un Chile más justo”? Es similar al que llevaron en la elección municipal pasada el PPD, los radicales y el PC...

-Es un buen eslogan porque refleja lo que nosotros queremos: que haya justicia en todo sentido, respecto a los consumidores, los trabajadores y también a los empresarios, sean chicos, medianos o grandes. Creo que vamos a ganar la primaria con Longueira. Pablo ha estado al margen de las discrepancias y los problemas que ha habido en la UDI. Está más limpio en ese sentido que Allamand, a quien yo sindico como el responsable de la caída de Golborne. Por otro lado, Michelle Bachelet está haciendo agua por varios lados.

-¿Pero las encuestas dicen lo contrario?

-Una cosa son las encuestas y otra la campaña. Yo no les creo mucho a los números, pero todo el mundo informado dice que, desde que llegó Bachelet, ha ido bajando. Yo lo veo en la percepción política. Están más preocupados. Va a ser bonita la carrera presidencial.

-¿En qué fundamenta su optimismo?

-El gobierno no ha sido muy exitoso en lo político, pero si uno oye desapasionadamente el mensaje presidencial,  uno podría pensar que en el secreto de la urna el chileno se va a preguntar ¿estoy mejor o peor que hace cuatro años? Y creo que la mayoría siente que está mejor. Pero vamos paso a paso. Ganemos la primaria.

"El cambio de candidato fue un traspié fuerte"

Hasta ahora Novoa no se había referido a la bajada de la candidatura de Laurence Golborne, donde tuvo un rol clave en las decisiones. Señala que las críticas de Allamand por el caso Cencosud gatillaron el retiro del ex ministro del MOP, pero agrega otro factor: la decisión del gobierno de sacar a los presidenciables del gabinete en noviembre. “En el caso Golborne, fue casi una proyección incluso hecha por el propio Pablo. Cuando se discutía cuál era el momento adecuado para que los ministros salieran del gabinete, nosotros teníamos dos opciones: que salieran antes de las municipales para que pudieran soltarse y recorrer el país, o en marzo. Nunca en noviembre. El timing de la campaña de Laurence no lo fijamos nosotros, ni Laurence, lo fijó el gobierno”, señala Novoa.

-¿Por qué no protestaron en esa oportunidad?

-Lo hicimos, porque nosotros sabíamos que Allamand iba a golpear a Golborne, que ésa iba a ser su estrategia y fue así. Durante noviembre, diciembre, enero, febrero marzo fue un cuestionamiento sistemático, donde más que mostrar virtudes, se refería una y otra vez a la inexperiencia política de nuestro candidato… y eso fue socavando.

-Pero vino el fallo de Cencosud y dio la impresión que el candidato no estaba preparado.

 -Ahí vino un ataque feroz, no de la Concertación, sino de nuestro propio aliado, y eso nos obligó a tomar decisiones conversadas con Laurence y con la directiva en 48 horas, antes del plazo de inscripción de las primarias. Porque el ataque fue muy duro. Eso no se hace en política. Quiero recordar que en plena campaña presidencial de Sebastián Piñera la SVS lo multó por un tema X y nosotros no dijimos ni una palabra, apechugamos y seguimos adelante.

-¿Sintió como una derrota personal la bajada de Golborne? Usted fue uno de sus principales defensores.

-Para nada. Existen siempre las ganas de hacer estereotipos conmigo, de decir, este señor pone y saca candidatos, él veta, él hace esto, él fue derrotado. Perdón, el retiro de Laurence fue una decisión que tomamos todos.

-¿En qué minuto usted se convenció de que no había vuelta atrás con su candidatura?

-Tuvimos que hacer un análisis entre sábado y domingo: dijimos “aquí se produjo un hecho, hay disparos que vienen de nuestro aliado, que son bajo la línea de flotación, ¿los podemos enfrentar? No los podemos enfrentar…”. La conclusión inicial fue que si íbamos a la primaria seguiríamos con Laurence, y si la primaria era inviable Laurence no estaba disponible y Pablo sí. Incluso ése fue el entendimiento que se tomó el lunes.

-Pero finalmente Longueira dice estar disponible para las primarias.

-Fue al día siguiente, donde influyó la posición del gobierno, una lectura de mucha gente dentro de la UDI que dijo que no ir a primarias era como decir “los rupturistas somos nosotros y no nuestro compañero”. Ahora sí es evidente que cuando un partido tiene que cambiar a un candidato por las razones que sea, 48 horas antes de la inscripción, es un traspié fuerte. Que lo superamos porque contábamos con una persona como Pablo, que estuvo dispuesto a asumir esto en condiciones adversas.

-También se dijo que las relaciones entre usted y Pablo no pasaban por un buen momento.

-Esos son cuentos.

-Pero desde el entorno de Golborne señalan que la UDI nunca lo apoyó al 100%, como sí lo están haciendo ahora con Longueira.

-Puede ser y en eso uno tiene que ser lo suficientemente autocrítico: a lo mejor no se vio la misma energía en la UDI que se ve ahora, pero hay tiempos distintos. Nosotros teníamos un plan definido con los diputados en todo el país que se echaba a andar ahora, que es el mismo que estamos echando a andar con Pablo. Ahora obviamente Longueira tienen ciertas cualidades de liderazgo y fuerza, él mueve a la UDI y no cabe la menor duda que eso se nota.

-Hay dos tesis frente al comportamiento de Allamand: una es que el electorado de derecha que apoyaba a Golborne no olvidará este episodio y la otra es que este impasse ya es parte del pasado.

-Creo que a Allamand le van a pesar sus críticas, porque fueron muy brutales y porque él tiene una historia de conflictos. Yo sé que él se va a enojar, pero eso es así. Ahora aparece con que los conflictos no eran con Pablo, que Pablo es maravilloso, y nosotros sabemos que eso no es así. Lo que pasa es que tampoco puede empezar a atacar a Pablo ahora, porque sería el súmmum, el récord.

-Allamand lo catalogó como “el emblema de lo que más perjudica a la centroderecha”. ¿Le dolieron esas críticas?

-Estoy muy tranquilo con mis ideas y con mi manera de actuar en política, y más que mirar para el lado, lo que nosotros tenemos que hacer es armar una campaña de primarias en 60 días, que no es fácil, ya que Allamand lleva cinco o seis meses con frases de radio y con un fuerte despliegue de su propaganda.

El senador en retiro

“Siempre he trabajado con los jóvenes en la UDI y he dicho que hay que renovar la política y abrir espacios. No puedo seguir ocho años con ese mismo discurso, porque al final quién me va a creer esa cuestión. No es que esté en contra de que un senador sea elegido 10 veces, porque si lo eligen es por la voluntad popular. Pero va en contra de lo que yo he planteado en mi caso”, cuenta Novoa desde su oficina en el piso 8 del Senado, la que ha ocupado durante 16 años (dos periodos senatoriales) representando a las comunas de Santiago Poniente.

-¿Cuáles son sus planes fuera del Senado?

-Voy a trabajar en la UDI, de abogado, en la Fundación Jaime Guzmán, y en la creación del Observatorio de la Libertad. Como ve, tengo harta pega.

-¿En qué consistirá el Observatorio de la Libertad?

-Esto no va a ser un think tank. No va a ser una estructura. Va a ser una iniciativa. Va a ser un do tank. La idea es tener un grupo de personas que esté en permanentemente viendo qué proyectos de ley, qué iniciativas, qué cosas ayudan a que tengamos una sociedad más libre para que nos podamos desarrollar mejor como personas, y qué iniciativas atentan contra ello.

-Su nombre ha sonado como carta para ocupar la presidencia de la UDI.

-No, nadie ha hablado de la salida de Pato Melero.

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