Por Juan Andrés Quezada Diciembre 15, 2011

Gonzalo Cordero (48) ha rechazado varios cargos en este gobierno. La última vez fue la Secretaría de Comunicaciones (Secom), tras el último cambio de gabinete realizado el 18 de julio, donde unos de sus amigos más cercanos -Andrés Chadwick- asumió la vocería. No obstante y pese a su lejanía con el presidente Sebastián Piñera, el abogado UDI se ha mantenido muy ligado a su administración como asesor "informal" de varios ministros, pero especialmente enfocado en Andrés Allamand.

Hablan casi todos los días y almuerzan una vez a la semana en el Ministerio de Defensa. Ahí, desde el piso 19 del edificio Diego Portales, con vista panorámica de Santiago, analizan los pasos del ex senador de Renovación Nacional para mantenerse arriba en las encuestas, con miras a unas futuras elecciones primarias de la Alianza. "Es perfectamente posible que alguno de los tres (él, Golborne y Longueira) sea proclamado por los partidos", dijo Allamand la semana pasada en La Tercera.

En Defensa señalan que Cordero ha sido clave en el repunte del ministro, quien en la última  encuesta Adimark se ubicó como el mejor evaluado por la población, con un  79% de apoyo, junto a su par del Sernam, Carolina Schmidt.

A pesar de que durante las campañas de Joaquín Lavín, Cordero se especializó en escoger la cuña del día del candidato para la televisión, esta vez su consejo al ministro fue mantener la prudencia, evitar asistir a programas de televisión y concentrarse sólo en los temas propios de su cartera, sin involucrarse en la contingencia política. Consejos que siguió al pie de la letra durante la tragedia de Juan Fernández. Incluso, en La Moneda hubo quienes cuestionaron que, tras el fin de la primera fase del rescate , el ex senador haya partido a Israel sin lucir más su buena actuación en la isla.

El plan 2012

Pero, aparte de la política, hay otro tema del cual los dos abogados conversan hoy mucho más y del que pocos conocen el expertise de Cordero: las relaciones con los países vecinos, tema con que el ministro busca posicionarse el 2012.  Fue Cordero quien estuvo detrás de la última entrevista de Allamand, donde éste señaló que "es previsible una eventual denuncia de Bolivia del Tratado de 1904 y el intento de aprovechar la Asamblea de la OEA en Cochabamba",  entre otras cosas.

No fue casualidad que Cordero haya acompañado al ex presidente de Renovación Nacional a una de sus principales pautas de los últimos meses: el Ejercicio Conjunto Huracán 2011, realizado en el sector de Pampa Perdiz, en las cercanías de Iquique, donde se enviaron algunas señales a los países vecinos.

En el amplio currículum del abogado de la UC figura una asesoría política al fallecido mandatario boliviano Hugo Banzer, a quien incluso le redactó el mensaje televisivo cuando renunció a la presidencia tras detectársele un cáncer terminal. También trabajó en la campaña presidencial del ex candidato argentino Ricardo López Murphy, y con  gobernantes de Centroamérica. Uno de sus hobbies es la lectura, y los libros sobre política regional copan sus repisas.

El Tironi de la derecha

"Gonzalo es un muy rápido para entregar soluciones prácticas e inteligentes ante problemas complejos. Ése es su valor. Es un apoyo clave planteando soluciones  y se adapta a la persona con quien trabaje", dice Ernesto Silva Méndez. Al igual que el diputado de la UDI, los cercanos a Cordero coinciden que su "lucidez" y "tranquilidad" a la hora de enfrentar crisis es su gran plus. "Es una persona aguda, con gran sentido común y criterio, muy apreciado por su acertada visión de los problemas. Es además muy sereno y tremendamente confiable, lo que le permite generar lazos profundos", señala su socio en Azerta, Felipe Edwards.

En la decisión de trabajar junto a Allamand pesó el apoyo brindado por el ex senador de RN a Joaquín Lavín en 2005, cuando postuló por segunda vez a la presidencia. Otro factor clave fue la larga amistad de Cordero con la pareja del ministro, Marcela Cubillos.

"Es un hombre muy equilibrado, por ejemplo va al gimnasio dos veces a la semana con su hijo, lo que es insustituible", señala otro de sus amigos.

Hijo único del segundo matrimonio de su padre tras enviudar, Gonzalo Cordero estudió en el Colegio Seminario de La Serena. Viajó a Santiago a estudiar Medicina en la Universidad de Chile, pero luego de tres años, en 1986 optó por volver a dar la PAA e ingresó a estudiar Derecho en la Universidad Católica. Pese a que en aquellos tiempos siempre se mostró interesado en política, no ingresó al gremialismo. Apoyó la campaña del Sí en el plebiscito del 88. Ahí conoció a su principal amigo en la UDI, el actual embajador en la OEA, Darío Paya, y a su mejor amiga, la ex diputada Marcela Cubillos.

También fue alumno de Jaime Guzmán, quien rápidamente captó su agudeza y rapidez política. Fue así como ingresó a militar a la UDI, días después del quiebre con RN, en 1988.

En la UC perteneció a una generación muy unida, que hasta el día de hoy se reúne a comer periódicamente en distintos restaurantes. En la última reunión, hace unos meses,  llenaron un sector del restaurante Kilómetro 0 en Isidora Goyenechea 3000. Al grupo pertenecen Juan Carlos Eichholz, el ministro Felipe Bulnes, Rafael Blanco (primer coordinador de la Reforma Procesal Penal), Carlos Frontaura (Fundación Jaime Guzmán), Germán Concha (comisión política de la UDI), Mauricio Zelada (DC, que estuvo en Justicia y Aduanas)  y Gonzalo Fernández (Carey), entre otros. "Hablamos mucho de actualidad y política, pero siempre con mucho  humor", cuenta uno de los asistentes.

"Gonzalo se ha hecho a sí mismo. Él no tenía ni el poder económico ni social del resto de los llamados samuráis de Lavín. Sin embargo, se ganó un espacio con su inteligencia y habilidad estratégica", cuenta otra persona que lo conoce bien. "Tiene una mirada distinta, sentido común, se da cuenta de otros enfoques, en términos de talento, es el Tironi de la derecha", dice otro de sus amigos, que tampoco quiere aparecer nombrado.

El sí a Allamand

Tras varios años como profesor y director de la Escuela de Derecho de la Universidad Nacional Andrés Bello, el segundo semestre del 2009 Gonzalo Cordero recibió una oferta que no podía rechazar: ser el decano de la carrera. Ello le comprometía a estar una mayor cantidad de horas en la universidad. A esa altura, además, su agencia de comunicaciones, Azerta -de la cual es socio junto a Felipe Edwards y Cristina Bitar-, comenzaba a consolidarse como una de las principales del mercado. Por lo anterior, Cordero tuvo muy poca participación en la campaña y posterior triunfo de Piñera.

Un momento que varios recuerdan fue cuando el 28 de abril del 2009, en un período complejo de la campaña, la prensa publicó una reunión en el comando de Piñera a la que asistieron Cordero y Cristina Bitar, además de Cristián Larroulet. "Lavinismo desembarca en comando de Piñera a ocho meses de la elección", fue uno de los titulares que causaron molestia en los asesores históricos de Piñera que protestaron por la intromisión.

Ésta fue una de las pocas participaciones de Cordero en aquella campaña. Un cercano al abogado recuerda: "Al comienzo de la campaña de Piñera, Gonzalo insistía en abordar  el tema del endeudamiento de la clase media. Su idea era enviar un mensaje de perspectiva económica de una manera más cercana a la gente. No lo escucharon. Y luego, mira todo lo que ha pasado".

Una integrante del piñerismo entrega las razones del portazo: "Él nunca apoyó la idea de que Sebastián fuese presidente, además creo que tiene una mirada un poco tradicional, que dice que hay que pegarle a éste, enfrentar a este otro y muchos de nosotros no estábamos por la confrontación".

Cordero se abocó a la UNAB y Azerta y, de común acuerdo con sus socios decidieron  no trabajar ni con políticos ni con el Estado para evitar ser acusados de "conflicto de intereses".

Cordero continuó dando consejos informalmente a sus más amigos, hasta que llegó la petición de Allamand. El abogado pidió la venia de sus socios y les dijo que sería una asesoría ad honórem.

En su decisión pesó elapoyo brindado por Allamand  a Lavín el 2005, donde se la jugó con fuerza por la segunda candidatura del actual ministro de Desarrollo Social, tras las gestiones de Cordero. Otro factor clave fue la amistad de Cordero con la pareja del ministro, Marcela Cubillos.

Sólo una cosa dejó en claro el asesor: en el momento que Allamand sea el candidato presidencial de RN él dará un paso al costado.

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