Por María José López Noviembre 17, 2011

© La nube 360

A las 6:00 de la tarde del martes pasado Sebastián Piñera tuvo una reunión importante a pasos de su oficina: en uno de los salones del Segundo Piso de La Moneda el presidente analizó junto a parte de su equipo cómo debe ser el proyecto que le cambiará la cara al centro cívico de Santiago. Se trata de una de las iniciativas urbanas más emblemáticas del mandatario. Tanto, que encargó a dos de sus asesores de máxima confianza que se hicieran cargo: a su hija Magdalena y al hijo de Fabio Valdés, uno de sus mejores amigos. Así, Santiago Valdés -quien además es ex gerente de administración y finanzas de Bancard- aterrizó en el gobierno a principios de octubre, tras finalizar un MBA en la Universidad de Kellogg, en EE.UU.

Por su parte, Piñera encomendó esta obra a otro de sus amigos: Gonzalo Mardones. Hace dos años le pidió que diseñara un "nuevo centro cívico" para Santiago, y en julio el arquitecto entregó su propuesta al presidente. Sin embargo, desde la presidencia aseguran que Mardones ya no es parte del proyecto. Ésta es la historia.

Cambio de ánimo

Durante la campaña presidencial y desde principios de la administración de Piñera, el arquitecto conversó con el mandatario sobre los proyectos Bicentenario y le encargó que realizara propuestas de estadios, viviendas sociales, parques, entre otros. Fue ahí cuando surgió la idea de remodelar algunos lugares de la capital, como el centro cívico. Entonces Mardones se comprometió a rediseñar esa zona, que incluye La Moneda y los ministerios: exactamente 40 mil metros cuadrados comprendidos entre el Paseo Bulnes y la Plaza de la Constitución.

Según cuenta el arquitecto, conversó en reiteradas oportunidades con el mandatario y con el ministro de Defensa, Andrés Allamand. "Él recomendó que las reparticiones públicas se modernizaran y que se abrieran a la ciudadanía. Tomé esa idea y la apliqué", explica.

A fines de agosto, y durante la última reunión que Gonzalo Mardones tuvo con Magdalena Piñera y con Juan Carlos Jobet, les dijo que las autorías intelectuales había que respetarlas y que no estaba de acuerdo con que desarrollaran su propuesta mediante un concurso.

Así, a principios de julio entregó el anteproyecto al mandatario, quien de inmediato le dio su visto bueno. Después de eso lo analizó con el equipo que entonces estaba a cargo del tema: Magdalena Piñera y Juan Carlos Jobet, subsecretario de Vivienda.

El nuevo centro cívico iba por buen camino. Al menos eso creía Mardones. Tanto, que el presidente organizó una reunión "a puertas cerradas" en Cerro Castillo para que el arquitecto explicara a un grupo de asesores cómo era su maqueta. Al encuentro asistieron miembros del "tercer piso" del gobierno, además de Allamand y Cecilia Morel. También realizaron una presentación al alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett quien, según Mardones,  aprobó la iniciativa.

Sin embargo, a poco andar, el arquitecto percibió un cambio de ánimo en miembros  de La Moneda. Le preguntaron cómo lo habían hecho los ex presidentes Eduardo Frei y Ricardo Lagos para encargarle "a dedo" la construcción del MIM y de la embajada de Chile en Berlín, respectivamente. Desde el entorno de Piñera cuentan que había asesores que tenían ciertas aprensiones con que Mardones, un amigo del mandatario, estuviera a cargo de esta obra. A juicio de varios, era impresentable que no se licitara. "Por lo tanto, me plantearon la idea de un concurso abierto", agrega el arquitecto.

Pero él no estaba de acuerdo. Y no tardó en mostrar su disconformidad. A fines de agosto, y durante la última reunión que tuvo con Magdalena Piñera y con Jobet, les dijo que las autorías intelectuales había que respetarlas y que no estaba de acuerdo con que desarrollaran su propuesta mediante un concurso. "Me parece el colmo. Soy pro licitaciones, pero también respeto las experiencias. No tiene nada de malo que los presidentes elijan a arquitectos para determinadas obras", asegura.

Esa reunión se extendió por más de dos horas. Al finalizar, el arquitecto dio su veredicto: les dijo que si llamaban a concurso, él prefería donar su obra a Chile. Después de eso no supo más. Hasta que hace un mes se enteró por la prensa que Santiago Valdés había  llegado a La Moneda para trabajar en el proyecto. Mardones esperó las noticias del gobierno. Pero estas no llegaron. "No tuve más novedades ni feedback de ellos", aclara.

La batalla por el centro cívico

Encuentro en el Saint George

Eso, hasta el viernes pasado. Durante la comida de ex alumnos del colegio Saint George varios de los comensales vieron conversar por varios minutos a Mardones con Magdalena Piñera. Trascendió que ahí el arquitecto le había preguntado por qué nunca más lo llamaron y qué iba a pasar con él.

Desde la presidencia aclaran este punto. Aseguran que si bien Mardones diseñó el primer bosquejo, ahora él "no tiene nada que ver" con el proyecto del centro cívico. Dicen, además, que el trabajo se está  llevando a cabo interna y externamente con profesionales de distinta índole, entre los cuales no está él.

Frente a esto, Mardones no esconde su decepción. Insiste en que el presidente tuvo el máximo interés en su trabajo, pero que por "el mal consejo" de sus asesores, es probable que esta iniciativa no se lleve a cabo. Y asegura: "se está repitiendo  lo que pasó con el Estadio Nacional, obra que yo encabecé, lideré, y de la cual injustamente quedé fuera".

Además, plantea críticas a la forma como este gobierno maneja los asuntos de urbanismo. Dice que las obras que planean no se concretan, que no están dejando herencia  y que no operan con la urgencia que requiere un país en desarrollo. "Las iniciativas llegan hasta el escritorio del presidente, se aprueban, y después vuelven a foja cero. Al parecer el mandatario no tiene la verticalidad política suficiente, o sus asesores no tienen la prisa ni el conocimiento necesario. Las prisas son necesarias, si no las embarradas quedan", indica.

Por su parte, desde el gobierno aseguran que esta obra sí se realizará. Que de hecho están trabajando sobre la base de un proyecto -que al parecer no es el de Mardones-  y que se lo presentaron al presidente durante la reunión del martes pasado. "El presidente solicitó modificaciones. Éstas nos tomarán del orden de tres semanas, por lo que de salir algo a la luz pública no será antes de la primera semana de diciembre", comentan.

Lo que quería Mardones

Entre abril y junio, Gonzalo Mardones visitó periódicamente el centro cívico de Santiago para inspirarse en su proyecto. Así, concluyó que su propuesta debía tener dos focos centrales: el cielo y el suelo. Lo primero que se propuso es eliminar las construcciones y ampliaciones que no cumplen con la reglamentación y que fueron hechas de forma improvisada. "Hay una serie de obras precarias en los pisos superiores de los ministerios que hay que eliminar", cuenta. A cambio, propone crear algo que él define como Pabellón de Chile: un verdadero puente flotante, transparente, que una los ministerios desde su undécimo piso. Sería un cubo de 9 por 9 metros y estaría fabricado de cristal y acero. "Sería el nuevo arco del siglo XXI, que enmarcaría la cordillera, el centro cívico, y que podría ser recorrido por los peatones. El pabellón pasa por arriba de la Alameda, desde el Ministerio de Defensa hasta el BancoEstado", explica. La idea, además, es hacer ahí exposiciones itinerantes y abrir restaurantes.

Para diseñar la segunda parte de su proyecto, Mardones sacó ideas de centros cívicos europeos y norteamericanos. Esta fase consiste en abrir el primer piso de las reparticiones públicas. La idea, explica, es crear un paseo peatonal de adoquines que una los ministerios, como si éstos fueran parte de una gran plaza. Para ello, también propone cambiar las paredes de los primeros pisos por ventanales e instalar ahí pequeños cafés. De noche, la iluminación sería con colores rojo, azul y blanco.

También Mardones propuso pintar de color blanco todas las fachadas de las dependencias públicas que están en esta zona, tal como se hizo con La Moneda hace una década atrás. "El enfoque de este proyecto es limpiar y blanquear. Reconocer la importancia de este sector del país e incorporarle luz.  Sería bueno para Chile poder concretarlo. Confío en que podré desarrollarlo.  Pero eso aún está por verse", dice.

Relacionados