Por María José López y Michelle Chapochnick Octubre 29, 2010

© Soledad Menchaca

El gobierno volvió a encender las turbinas de la agenda energética. En un escenario marcado por el crecimiento económico y la necesidad de devolver la confianza a los inversionistas, tanto el presidente Sebastián Piñera como su ministro de Energía, Ricardo Rainieri, enfatizaron públicamente que "se necesitan y se deben construir" grandes proyectos para abastecer la demanda.

A todas luces estas palabras, y la presencia del primer mandatario en la inauguración de las centrales La Higuera y La Confluencia, en la VI Región,  fueron interpretadas en círculos políticos y empresariales como una señal de que el Ejecutivo comenzó a preparar el escenario para la discusión de los grandes proyectos energéticos que deberán construirse en Chile.

Sobre todo, luego de la desazón que en el mundo empresarial provocó la decisión del gobierno de pedir en agosto a la empresa francesa Suez Energy la relocalización del proyecto termoeléctrico Barrancones en la IV Región debido al rechazo ciudadano y a que durante la campaña presidencial el mandatario hizo pública su oposición a la construcción de la central.

Según el ministro Rainieri, el protagonismo del tema energético se debe a que "necesitamos que entren proyectos, y así llegar hasta 2014 con el suministro que requerimos. Hoy, la matriz energética chilena es de 15.308 MW de potencia instalada. Pero para después de 2014, y para llegar a 2020, necesitamos 8 mil MW más. Proyectos con las características de Castilla e HidroAysén son esenciales para lograrlo", indica.

Su apoyo tan explícito a ambos proyectos, que han estado marcados por la polémica, disgustó a sus accionistas por considerarlo inoportuno.

Pero según el ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía Sebastián Bernstein, más que "un cariño" a los empresarios, los últimos gestos de La Moneda responden a una preocupación latente tanto en la industria como en el gobierno por el aumento sostenido del costo de la energía y las mayores emisiones de gases con efecto invernadero que se están produciendo debido al uso de combustibles fósiles como petróleo y carbón para alimentar a las centrales.

"Además, hay varios proyectos en carpeta con futuro incierto", dice Bernstein. Entre los más emblemáticos están la termoeléctrica Punta Alcalde de Endesa; la Central Castilla; (Región de Atacama) y las hidroeléctricas Neltume de Endesa (Región de Los Ríos); Maqueo de SN Power (Región de Los Ríos), Río Cuervo de Xstrata (Región de Aysén), e HidroAysén (Región de Aysén).

Actualmente el consumo de Chile es de 6.000 MW por día, y para crecer al 6%, el país necesita incorporar otros 1.200 MW al año.

En esta línea, y para acelerar la agenda energética, hace poco más de un mes el mandatario le encargó a José Cox, uno de sus hombres de máxima confianza, que asesore a La Moneda en esta materia. De hecho, fue el mismo Cox quien le recomendó a Piñera reclutar a Vivianne Blanlot. La experta, quien fue directora ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía y de la Conama durante los gobiernos de la Concertación, hoy trabaja para el gobierno en esta materia.

Reactivación nuclear

Dentro del plan para potenciar la agenda energética, el gobierno ha impulsado reuniones con actores de nivel mundial. Esto quedó demostrado la semana pasada, cuando Piñera selló una alianza con Nicolás Sarkozy para cooperación energética. Suez Energy liderará el pacto por el país galo, y el grupo Luksic sería representante de los chilenos.

De inmediato esto se interpretó como una compensación a Suez Energy por la negativa de Barrancones. Rainieri asegura que el acuerdo se gestó en julio, antes de aquel episodio y surgió de una reunión en que participó Gérard Mestrallet, presidente de Suez. El directivo francés vino a Chile a inaugurar la planta de GNL Mejillones. "En esa oportunidad tuvimos una cena en la embajada de Francia, a la que asistieron empresarios chilenos, entre ellos dos de los hermanos Luksic. Ahí nació la idea de crear este comité, integrado por los Luksic y Suez", dice Rainieri.

Según uno de los presentes, fue la misma embajadora de Francia en Chile, Maryse Bossière, la que incentivó esta alianza. "Se venía en pocos meses la gira del presidente a Europa, y empezaron a evaluar qué convenios o acuerdos se podrían anunciar ahí", sostiene el ministro.

El convenio considera implementar un programa de formación de capital humano para que técnicos y profesionales chilenos se capaciten en energía nuclear, y el apoyo francés para el diseño de la institucionalidad respectiva.

¿Por qué Francia? El país europeo es considerado uno de los más avanzados en la materia. Casi el 80% de su electricidad es producida con energía nuclear, e incluso la exporta. Es el mayor vendedor neto de electricidad en el mundo, lo que le reporta utilidades anuales de unos 3 mil millones de euros.

Semana eléctrica

De todas maneras, el ministro enfatiza en que esto no quiere decir que sea Francia el país con que Chile se asocie para iniciar su eventual plan nuclear. Entre los otros "candidatos" para proveer la tecnología con la que se construirán los reactores figuran Rusia, Estados Unidos, Corea y Canadá. Tal es el interés de estos países, que sus embajadores y ejecutivos suelen contactarse con Rainieri. "Lo invitan a conocer sus plantas y saber en qué va el tema", sostiene una fuente del sector. Se estima que el desembolso para una central nuclear es de alrededor de US$ 4 mil por KW, es decir, US$ 6 mil millones en total para una central atómica de 1.000 MW. En caso de que se concrete, recién alrededor del 2014 el gobierno de turno podría estar iniciando las licitaciones internacionales.

El doctor en Física Jorge Zanelli, que en 2007 fue encomendado por el gobierno de Michelle Bachelet para analizar la factibilidad de construir en Chile plantas nucleares, aplaude la alianza con Francia. "Con este anuncio uno debe esperar el término de un período un poco contradictorio, en que, por una parte, se anuncian acciones como profundizar estudios, crear un órgano regulador y, por otra, se enfatiza en que la decisión no se tomaría en la actual administración".

Empresarios a la espera

Otra señal de la reactivación nuclear en La Moneda ocurrió esta semana. Durante la inauguración de dos nuevas centrales hidroeléctricas en la VI Región, Piñera insistió en la importancia de desarrollar energías alternativas, entre éstas la nuclear. En la oportunidad señaló que no se puede descartar su potencial: "Es importante que se avance significativamente, más allá de lo que fue el informe de la comisión Zanelli, para crear la institucionalidad necesaria", dijo. El sector empresarial aplaudió la arremetida nuclear. De hecho, trascendió que los empresarios, entre ellos el mismo grupo Luksic, están expectantes ante una señal potente del gobierno como para aventurarse a invertir.

Su preocupación se la habían manifestado el jueves 2 de septiembre. Durante una reunión con los miembros de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), el presidente selló el compromiso de ampliar la matriz energética y les aseguró que enviaría al Congreso una serie de proyectos para regular el uso de energía nuclear en la legislación chilena. En esto trabajan actualmente la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), los presidentes de las comisiones de Energía del Senado, Jaime Orpis, y de la Cámara de Diputados, Alejandro García-Huidobro.

Durante la inauguración de dos centrales hidroeléctricas en la VI Región, Piñera insistió en la importancia de desarrollar energías alternativas, entre éstas la nuclear. "Es importante que se avance significativamente, más allá del informe Zanelli, para crear la institucionalidad necesaria".

Orpis asegura que, pese a las señales, La Moneda "determinó no tomar una decisión en este período". Esto, porque nadie quiere pagar el costo político de una determinación de este tipo, asegura el senador por la I Región.

En todo caso, Rainieri dice que pretenden tener listos los borradores legislativos y enviarlos al Congreso dentro del primer trimestre del 2011. Qué Pasa tuvo acceso a este documento, que en líneas simples establece una serie de "brechas" que hay que superar.

La primera iniciativa pasa por crear un órgano regulador o superintendencia, que sería la responsable de supervisar que las plantas cumplan con las normativas de seguridad y sustentabilidad. Un segundo aspecto consiste en establecer un centro de investigación para formar profesionales que estén capacitados para operar los reactores nucleares.

Otros puntos importantes tienen que ver con estudios sobre qué hacer con los desechos nucleares y zanjar en qué sitio se debieran emplazar las plantas. Según un ex colaborador del ministerio, éstas deben estar cerca del mar y tener fundación de roca para que tengan firmeza, ante un eventual terremoto y tsunami.

Además de esto, una ley abordaría el modelo de propiedad de las plantas. Entre los expertos se ha instalado la idea de que lo mejor es que exista un sistema mixto y que se cree una sociedad entre el Estado y los privados. "Aquí Codelco y ENAP tendrán un rol clave, porque probablemente una de las dos entidades representará al gobierno, dice un empresario del sector.

Visita desde Viena

De todas formas, según Ricardo Rainieri, este gobierno no decidirá qué hacer con respecto a la energía nuclear. Sin embargo, señala que su objetivo es dejar el camino avanzado para que sea la próxima administración la que tome la decisión. Cálculos iniciales indican que si entre 2024 y 2035 se levantan cinco módulos nucleares de 1.100 MW cada uno, la energía nuclear equivaldría al 22% de la matriz energética chilena actual; la hidroeléctrica sería de 35%, y la energía en base a carbón representaría el 23%. Sin la opción nuclear, la matriz sería de un 42% en base a carbón y de un 35% en hidroelectricidad.

Para chequear en terreno los avances del programa nuclear, el miércoles pasado el ministro tuvo una visita muy particular. Se trata de Anne Starz, miembro de la Organización Internacional de Energía Atómica, entidad que desde Viena vela por la puesta en marcha del sistema nuclear a nivel mundial. Con ella se reunió en su oficina y analizó punto por punto los avances de su cartera. Quienes supieron de la conversación aseguran que la agenda nuclear del gobierno está aún en pañales y que no se han dado pasos realmente importantes.

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