Por Antonieta De la Fuente Abril 23, 2010

Aunque en el entorno de Sebastián Piñera se daba por sentado que José Cox ocuparía algún cargo en La Moneda, el nuevo presidente decidió dejar a su amigo fuera del gobierno. Incluso antes de su triunfo en las elecciones del 17 de enero, el mandatario optó por excluirlo y evitar así conflictos, dada la amistad y los lazos empresariales que los unen desde los años 80.

Piñera le tenía reservado el importante rol de representarlo en las negociaciones más difíciles de su criticada relación entre la política y los negocios: deshacerse de los activos que le generan conflictos de interés.

La misión, además, calzaba con la decisión de Cox de mantenerse al margen del gobierno. Durante las administraciones de la Concertación, coalición de la que se sintió muy cercano,  el socio de Piñera recibió varios ofrecimientos para hacerse cargo de algunas reparticiones públicas. Los rechazó todos porque dijo sentirse más cómodo en el mundo empresarial.

La primera misión de Cox tras la asunción de Piñera fue hacerse cargo de la venta de las acciones de LAN que estaban en manos del presidente y su familia. Fue él quien trabajó en el equipo que cerró la venta a Bethia, imprimiéndole al proceso ese sello de negociador meticuloso, conciliador y consistente en sus argumentos con que se ha hecho conocido en su carrera empresarial. Y con esas mismas características se abocó en la venta de Chilevisión. Desde fines de marzo, que el ex presidente de la Bolsa Electrónica buscó al mejor postor para el canal de televisión. Acostumbrado a estar en mil tareas a la vez, tomó contacto con empresarios chilenos y extranjeros.

Hombre de confianza

José Cox y Sebastián Piñera se conocieron en 1980. Pablo, el hermano del presidente, era compañero de curso de Cox e Ignacio Guerrero en Ingeniería Comercial en la Universidad Católica. Inmediatamente hicieron buenas migas.

Al año siguiente, Piñera lo invitó a trabajar con él a Citicorp, y desde entonces no se han separado. En 1986 resolvieron dejar la entidad estadounidense para crear junto a Guerrero el banco de inversiones CMB, donde aún son socios con Ricardo Bachelet.

En el entorno de Cox se dice que es la persona con la que Piñera más cuenta a la hora de enfrentar negociaciones complicadas. Uno de los acuerdos clave que cerró fue la venta de las acciones de Enersis en el caso Chispas. El ex presidente de la Bolsa Electrónica fue quien representó a Piñera en la negociación con Endesa.

"Es el hombre a quien Sebastián le hace encargos de confianza, es el hombre de las misiones complejas. Tiene un estilo de negociación duro, muy de cifras, rápido. Le gusta ir al grano y siempre anda con un llavero que mueve constantemente", cuenta un ejecutivo que ha estado al otro lado de la mesa de negociaciones.

Su impresión es compartida por Marcelo Guital, el creador de Aguas Benedictino. Cox junto a Iván Rodríguez, Rodrigo González y Andrés Fazio fueron socios en esa firma, que en 2007 compró The Coca Cola Company en más de US$ 5 millones.

Gonzalo Rojas, vicepresidente de Bethia, quien fue su contraparte en la reciente venta del paquete de Axxion, dice que "cuando se trancaban las negociaciones Cox buscaba la solución y generalmente la encontraba. Siempre tenía salidas alternativas".

"José es un gran negociador. Cuando vendimos Benedictino cerró el deal en los primeros diez minutos. Tiene siperclaros todos los puntos, es muy estudioso y aterriza los temas muy rápido", dice.

Guital recuerda que cuando fueron a cerrar el negocio le dijo que se fueran caminando desde su oficina en Apoquindo 3000 hasta Barros y Errázuriz. "Eran como cuatro cuadras y me fue interrogando todo el camino por cualquier cosa que nos pudieran preguntar. Me pidió una impresionante cantidad de números e información . Tenía todo en su cabeza, un mapa completo de la industria, desde cómo funcionaba el sector hasta los litros que se consumían por región, todo", detalla.

Otro ejecutivo que destaca sus habilidades y facilidad a la hora de lograr acuerdos es Gonzalo Rojas, vicepresidente de Bethia, quien fue su contraparte en la reciente venta del paquete de Axxion.

"Cuando se trancaban las negociaciones él buscaba la solución y generalmente la encontraba. Siempre tenía salidas alternativas", asegura Rojas.

Para muchos Cox es considerado de las pocas personas a quienes Piñera escucha y pide consejos. "Es de posiciones firmes, discute lo que cree que hay que hacer", comenta un colaborador del dueño de CHV. Sin embargo, quienes han trabajado con ambos dicen que de todas formas, el ex propietario de LAN muchas veces "le quita piso y entra él en terreno".

No obstante, quienes han trabajado con él reconocen que es firme a la hora de lograr acuerdos y que es difícil hacerle cambiar de opinión.

"Le gusta hablar con la verdad y plantear las cosas de frente. Por eso es un negociador superduro. Cuando dice no es no, y como tiene un manejo al dedillo de varias industrias, sus argumentos son tan contundentes, que es difícil llevarle la contra. Ahora, cuando se equivoca o está mal, posee la capacidad de reconocerlo", afirma un ex colaborador.

El negociador de Piñera

La misión CHV

Pese a sus múltiples contactos en el mundo empresarial y a su amistad y cercanía con varios ejecutivos, a Cox le gusta trabajar en equipos pequeños y realizar las conversaciones sigilosamente. Sus más cercanos son Ignacio Guerrero -con quien comparte oficina en CMB en el piso 16 de Apoquindo 3000- y Ricardo Bachelet, su otro socio.

Las negociaciones de CHV no han sido la excepción. Para llevar a cabo el deal , ha trabajado con un reducido grupo, compuesto por Santiago Valdés de Bancard, y con los abogados del estudio Barros y Errázuriz. No han contratado la asesoría de ningún banco de inversión.

El bajo perfil ha sido tal, que incluso desde Chilevisión comentan que el empresario no se ha aparecido en las oficinas y no ha pedido ningún tipo de información adicional a los balances públicos ni sobre la manera de manejar el canal.

Según su entorno, él sabe que la venta de Chilevisión no será el fin de la discusión sobre los conflictos de interés del presidente. Está consciente que lo que ahora se avecina es la forma de manejar la enorme liquidez con la que quedará el presidente.

Mimetizados

Más allá de los negocios, a Sebastián Piñera y José Cox los une una estrecha amistad. A esto ha contribuido el hecho de que tienen personalidades parecidas y a que sus respectivas señoras, Cecilia Morel y Loreto Alcaíno, también son muy amigas.

Son vecinos en Cachagua, y este verano Cox construyó una casa en lago Ranco,  en la orilla opuesta de la casa del presidente. Además, los dos comparten también su afición por el tenis y por los helicópteros. Ambos poseen licencia de pilotos.

"José tiene varios rasgos de la personalidad de Sebastiá. Se han ido mimetizando", dice un amigo. Son incansables y con una gran energía a la hora de emprender nuevos proyectos. La rapidez mental es otro de los atributos que comparten. "A José Cox le gusta tener todas las cifras sobre la mesa, pregunta todo, no deja nada al azar y le gusta tomar decisiones rápidas. Sebastián Piñera tiene un estilo parecido", comentan sus cercanos.

Una de las negociaciones más complicadas en que Cox representó a Piñera fue durante la venta de las acciones de Enersis en el caso Chispas. El ex presidente de la Bolsa Electrónica fue quien representó a Piñera en la negociación co Endesa.

Otra de sus actividades en conjunto son los viajes. El año pasado fueron, junto a Ignacio Guerrero, Pablo Piñera y otros amigos, a la Copa Davis en Buenos Aires. También viajaron juntos a las Olimpiadas de Barcelona y al Mundial de Atletismo en Finlandia en 2005.

José Cox es muy aficionado a los deportes. Le gusta esquiar y trota mucho. De hecho, de vez en cuando sube trotando el cerro Manquehue, actividad que él llama el "manquehuazo".

También le gusta la velocidad. Prefiere movilizarse en moto que en auto, aunque hace algunos años tuvo un Porsche. "Siempre llega a las reuniones con un casco en la mano. Tuvo un accidente hace algunos años en la moto, pero hasta ahora sigue andando. Primero tuvo una Ducati y ahora tiene una BMW", cuenta un amigo.

En lo que sí se diferencian es en su relación con la política. Mientras Piñera siempre quiso ser presidente, Cox ha preferido mantenerse al margen, aunque ha tenido sus pequeñas incursiones. Cercano a la Democracia Cristiana, se ha definido en más una oportunidad como un "concertacionista liberal". Participó en el think tank Expansiva de Andrés Velasco como parte del Consejo Ampliado. Y, además, a principios de los 90 fue asesor de Alejandro Foxley en Hacienda y de Carlos Hurtado en Obras Públicas. Este último lo recuerda como "una persona muy correcta, muy habilosa, inteligente y con buen sentido del humor". Sin embargo, sus cercanos dicen que desde que fue asesor de Piñera en la campaña de 2005, ha tenido un mayor acercamiento a RN, aunque sigue sintiéndose más cómodo en el mundo empresarial.

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