Por Michelle Chapochnick Noviembre 14, 2009

© Juan Pablo Sierra

Fue un convulsionado miércoles en Valparaíso. Mientras los profesores y empleados públicos ocupaban la calle Pedro Montt y levantaban consignas en protesta por su situación salarial y el gobierno buscaba intensamente los votos para aprobar el presupuesto -rechazado el día anterior-, el Senado hizo un alto en su sesión a las 12:30: la esperada encuesta CEP se hizo pública.

Momentos después de conocer sus resultados, el senador Andrés Chadwick, hombre fuerte de la UDI en el comando de Sebastián Piñera, reflexionó con Qué Pasa sobre dichos números. Además, se refirió en profundidad al polémico documento valórico que le generó duras críticas por parte de sus correligionarios. E incluso amenazas de desembarcarse de la campaña del empresario.

-¿Qué le pareció el resultado de la encuesta CEP para Sebastián Piñera?

-Estamos contentos. Hemos señalado que lo importante en primera vuelta es la diferencia que logremos respecto a quien llegue segundo. En este caso, Frei. Y diez -como mostró la encuesta- es nuestro sueño, está en el tope de nuestras expectativas. Además, el hecho de que en una segunda vuelta aumentemos la diferencia con Frei -respecto de la CEP de agosto- genera una expectativa y una esperanza muy sólidas.

-Pero el sondeo muestra una baja en los atributos del candidato de la Alianza.

-Estamos en una etapa de la campaña en que el reconocimiento objetivo de las virtudes y valores del otro -diferente a mi candidato- va disminuyendo respecto al voto que se ha asumido. Pero se mantiene algo que es muy importante: el reconocimiento de que Piñera tiene más capacidades y es más eficaz en la solución de los grandes problemas específicos, como la educación y la seguridad ciudadana.

Andrés Chadwick

- Como indica la CEP, ¿es mejor para la candidatura del ex senador que Marco Enríquez-Ominami no pase a segunda vuelta?

-Para ser campeón mundial hay que ganarles a todos. No hay vuelta que darle. En este caso, Piñera, tanto en primera como en segunda, le gana a Frei y a Marco. A Frei con mayor distancia que a Marco, pero a los dos. Que pase Frei o Marco no depende de la campaña de Piñera: lo importante es pasar nosotros con la mayor diferencia posible.

-Si es Frei el contendor en segunda vuelta y no ME-O, ¿cuál será la estrategia de la campaña en ese escenario?

-Tomamos una decisión estratégica de no hacer una campaña marcada por la diferenciación hacia Frei o hacia Marco, sino que centrarnos en una campaña que represente el cambio de ideas y no de confrontación. En ese sentido, lo que corresponde es seguir acentuando esa línea. Me parecería un error entrar en una campaña más obsesiva respecto de Frei y buscar el voto de Marco con cosas más electoreras y no reales. Prueba de ello es que un porcentaje muy significativo del voto de Marco se va a Piñera -como lo muestra la encuesta-, porque representa un cambio, algo distinto y ha hecho una campaña con transparencia y sin descalificaciones.

"El documento implica una visión de cómo gobernará Piñera"

Asumir la diversidad

Uno de los temas electorales donde la Concertación siempre intenta sacar al pizarrón a la derecha son los llamados valóricos. Por eso, que Andrés Allamand y Andrés Chadwick hayan presentado hace cerca de un mes  una propuesta para regular las uniones de hecho -incluidas las que se dan entre homosexuales- sacó roncha. Algunos hablaron que sectores de la UDI podían perder entusiasmo -o desembarcarse derechamente- en la campaña de Piñera. El oficialismo aprovechó el impasse.

-Usted era conocido por sus posiciones conservadoras en los temas valóricos. Por ejemplo, se opuso fuertemente al divorcio. ¿Cómo se explica que junto con el senador Andrés Allamand haya sido el autor del polémico documento llamado "Acuerdo de vida en común"?

-Sí, he tenido posiciones y planteamientos claros en materias valóricas. Lo que pasa es que esta propuesta, más que apuntar a un tema valórico apunta a una solución social. Si uno aspira a gobernar el país debe tener siempre presente que aquello significa solucionar los problemas de todos y garantizar los derechos de todos. Ése es el concepto del bien común. Existe un porcentaje muy grande de personas que tienen vínculos de pareja pero que no se han casado. Me pregunto qué es mejor: ¿que ese mundo no tenga ninguna regulación? Creo que es más conveniente regular esas uniones de hecho, generar derechos y soluciones en temas de carácter patrimonial y que ellos tengan una cómo resolver sus problemas cotidianos como los de herencia, previsionales y de salud.

-¿Qué lo hizo tomar una posición diferente en ese tema?

-No tengo problema en reconocer que he cambiado de posición. Nunca me ha parecido muy inteligente esa frase que dice: "Yo nunca he cambiado de posición". Para mí, el matrimonio es fundamental. Pero, al mismo tiempo, los matrimonios han disminuido, las convivencias han aumentado, las parejas del mismo sexo son una realidad. Si no lo asumo y lo escondo, estoy haciendo mal mi trabajo. Lo que hemos querido hacer con Andrés Allamand, proyectando en parte las convicciones de Sebastián Piñera, es trabajar medidas para incentivar el matrimonio y la familia, pero, a la vez, también trabajar muy fuerte en reconocer esta realidad social y ver cómo la podemos regular y encauzar.

"Dentro de la UDI y de RN hay personas que tienen una posición distinta. Es un tema que no tiene nada que ver con la fe. Obviamente hay un orden natural, pero hay que ir asumiendo también la diversidad que conlleva una sociedad moderna".

-¿Influyó la depresión que sufrió el año pasado en su cambio de postura?

-Tuve una depresión el año pasado. Son duras las depresiones, son difíciles. Obviamente que permiten al superarla -como tras toda enfermedad fuerte- una reflexión. Si la depresión me hubiera permitido mirar así las cosas, yo hubiera estado feliz de haberla tenido. Pero no, no se trata de eso. Esto se refiere a procesos de madurez, de reflexión, de vida... me veo enfrentado a este mundo más plural, más diverso.

-¿Pero en su partido, la UDI, no lo ven así?

-Sí. Para mí es un tema mucho más social que valórico. Todo lo que se vincula a un tema valórico es tremendamente complejo y cada cual tiene su propia opinión y su propia intensidad. Y es verdad que dentro de la UDI y de RN hay personas que tienen una posición distinta. Es un tema que no tiene nada que ver con la fe. Obviamente hay un orden natural, pero hay que ir asumiendo también la diversidad que conlleva una sociedad moderna. Existen esas diferencias, yo las asumo, las debato. No me cierro, al igual que Allamand, a que este documento tenga modificaciones, pero no le tengo miedo a la diferencia.

-¿Por qué la UDI no estaba informada del contenido del documento?

-Optamos por no hacer consultas previas -excepto técnicas- y presentar la propuesta teniendo en consideración que era un documento de trabajo. Hicimos la siguiente reflexión: "Si lo presentamos primero a un debate interno, es muy probable que en estas materias las discusiones tienden a producir inercias y statu quo". Así que concluimos: "Hagamos algo distinto: presentemos el tema e invirtamos". Esto porque Piñera tenía la convicción de que era un punto significativo, no sólo porque es la solución a un problema específico de la sociedad, sino también porque el documento implica una visión de cómo va a gobernar él.

"El documento implica una visión de cómo gobernará Piñera"

-Consideraron que el costo de hacerlo sin previa consulta era menor que el riesgo de no sacarlo.

-Sabíamos que produciría ruido, que era un tema muy complejo, que se crearían discrepancias dentro de los partidos. Pero estuvimos dispuestos a asumir ese costo y dar un paso, porque de lo contrario, si lo hubiéramos hecho de una manera convencional, seguramente hubiese costado mucho darlo.

-¿Ha sido mucho el costo?

-No. Independiente de las reacciones iniciales, que tienen que ver con temperamentos diferentes y de que ha habido posturas distintas, también ha existido comprensión de que estamos haciendo un trabajo serio. Nadie está planteando que caerá Occidente. De repente hay que producir algunos remezones. Si no, no se avanza.

- ¿Cómo se incluirá el tema de los homosexuales en la franja?

-Dentro de la franja habrá una mirada a favor del matrimonio, pero tolerancia hacia diferentes realidades. No vamos a gobernar en función de un interés propio, sino que vamos a gobernar en función del interés del país.

Rebelión contra Velasco

-¿A su juicio por qué fue tan convulsionada la discusión del presupuesto esta semana?

-Hemos tenido más ruido del esperado. El gobierno ha hecho un esfuerzo serio y responsable y eso lo valoro. Un gobierno que está terminando y que enfrenta un riesgo de que su conglomerado no gane las elecciones podría haber hecho un presupuesto demagógico para generar con ello adhesión. Y (Andrés) Velasco fue serio y responsable. ¿Por qué se ha producido ruido? Porque nos enfrentamos a dos tipos de situaciones: por una parte, había cierto compromiso que el gobierno había asumido de compensar deudas o la situacion de perjuicio en que se encuentra un sector del profesorado. Y hasta ahora el Ejecutivo ha sido muy cerrado para encontrar una solución a ese punto. Nadie pretende -sería una demagogia tremenda- darle una solución total, pero sí un camino que permita una compensación. El otro ruido se produjo en forma inesperada: es primera vez que la Cámara de Diputados rechaza dos partidas de la magnitud de Hacienda y de Educación.

Hay una reacción a la falta de manejo político de Hacienda. Uno escucha a los parlamentarios de la Concertación diciendo que Velasco no los considera. Es un poco soberbio en eso. También lo que hay es un grito a la calle: un voto en contra del presupuesto de Hacienda no tiene otra razón que decirle a Velasco "sabes, hasta cuándo". Es darle un portazo a Velasco.

-¿A qué lo adjudica?

-Noto desde la propia Concertación una rebelión contra Velasco. Ayer votaron en contra de esa partida el presidente de la DC y los presidentes de las bancadas oficialistas. Eso se debe a un grado de desesperación, de nerviosismo, de angustia por la situación electoral en que están. Son diputados que están en la calle, que están haciendo campaña, que se enfrentan a una realidad muy adversa  por el desapego hacia la Concertación. Ellos son los que buscan un chivo expiatorio, que es Velasco. Nunca me había tocado ver a los parlamentarios de la Concertación rebelados contra el ministro de Hacienda, como lo he visto en estos días.

-¿Hay una arremetida que busca mermar el liderazgo de Velasco?

-Hay una reacción a la falta de manejo político de Hacienda. Uno escucha a los parlamentarios de la Concertación diciendo que Velasco no los considera. Es un poco soberbio en eso. También lo que hay es un grito a la calle: un voto en contra del presupuesto de Hacienda no tiene otra razón que decirle a Velasco "sabes, hasta cuándo". Es darle un portazo a Velasco.

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