Por Daniel Greve, crítico de gastronomía y vinos Noviembre 12, 2014

La versión reloaded del Sarita Colonia se hace llamar cocina peruana travesti. Y eso es. La relectura que hacen Gino Falcone y sus socios es desnudar la cocina peruana para vestirla con otras cosas. Dos pisos más terraza conforman este templo a la virgen apócrifa, que cuenta con un patio lleno de nichos, una barra como altar pagano y sofás hechos con retazos de pantalones. Ningún detalle al azar. Igual que su joven cocina. Desde ahí nace una carta con carácter. Buena e imaginativa coctelería, maravillosos fondos y postres lujuriosos. El Pulpo al olivo ($7.800) tiene una fuerza insólita, gracias a una salsa exquisita; el Rocoto relleno con pastel de papas ($9.400), con toda la sazón de la receta arequipeña pero sin el peligroso picor; el Min-Pao ($8.100), relleno con lomo saltado, delicado por fuera y consistente por dentro; y el Gnocchi de papa y betarraga con salmón ahumado ($9.400), un festín poderoso. De los postres, el Blondie de harina y helado de coca ($4.900) es delicioso y extravagante. Como esta virgen que despierta de noche.

Loreto 40. F: 28813937.

Relacionados