Son los mismos pescados del Sur. Porcionados, sellados al vacío y congelados. Las mismas truchas y salmones de Puerto Montt que se van al extranjero, ahora en pleno Vitacura, con precioso showroom y al mismo precio que en la planta. AquaChile llega con una buena selección de truchas arcoíris ($8.000 el kilo, con piel, sin espinas), de un rojo eléctrico y sabor marcado, y salmones de dos tipos: coho ($7.000 con piel, sin espinas), intenso y de firme textura; y el atlántico, más magro, suave y pálido. Algunos vienen con recetas, como el gravlax ($3.900 el sachet) -sal, azúcar y eneldo, en una auténtica preparación  nórdica-, o ahumados, tanto en frío como en caliente. Ambos son elegantes, ahumados con maderas nobles y de una delicadeza que deja sentir la textura jugosa de los pescados. Como vienen congelados, resulta imperativo ir a favor de la corriente de la regla de oro: descongelar muy despacio, es decir, nunca bajo agua caliente o en la función del microondas. Si es una pieza pequeña o laminada, durante el día; una pieza grande, de un día para el otro. Vale la pena la programación.

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