Por Jonás Preller Roldán, Director Marzo 16, 2018

El debate sobre el feminismo puede caer sobre tierra estéril si continuamos reduciéndolo a un choque de fuerzas. Si seguimos tensionando posturas radicales, y hablando de solidaridad de género, equivalencia de roles y violencia sexual como una discusión única, el resultado es poco esperanzador.

La tentación obvia es a reducir el debate a estereotipos culturales. Del rol del hombre sublimando a la mujer, de la equivalencia de funciones a ciertas condiciones sociales o habilidades propias del género. De atribuir la brecha salarial a la caricatura del tirano empleador, que prefiere castigar a una mujer por ser madre y optar por su familia.

La construcción cultural es mucho más compleja: es la nula capacidad de empatizar con el otro y el rol de hombres y mujeres en el trabajo, la sociedad, la educación y la propia familia.

A la causa feminista se ha respondido con hashtags, campañas sociales, portadas de revistas, marchas y un mea culpa generalizado, pero con un relato que no ha logrado trascender del todo.

Si queremos avanzar, debemos salir de los propios arquetipos culturales que hoy se han formado respecto de este debate.

#MeToo, #TimesUp o #AskHerMore deben salir del cómodo mundo de las redes sociales para transformarse en una discusión que todos debemos tener.

jonas.preller@quepasa.cl
@jonaspreller

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