Por Jonás Preller // Director de Qué Pasa Abril 21, 2017

Fue a fines de julio de 2016 cuando la consigna No+AFP se tomó las calles. Miles de personas marcharon por las principales avenidas del país levantando una demanda social más que razonable: pensiones más dignas.

El gobierno reaccionó rápido, era una oportunidad ineludible. El sistema de pensiones chileno no sólo representaba uno de los últimos testimonios de la dictadura. También caracterizaba un reclamo contra una industria que nunca ha sido del fervor ciudadano.

Se crearon mesas técnicas, equipos de trabajo, el Ministerio de Hacienda (pasando por encima de Trabajo, que costó incluso la salida de la entonces ministra) tomó el liderazgo del tema. Salió a poner paños fríos. Llamó a informarse.

Hoy, casi un año después, existe una propuesta. El detalle se conocerá en tres meses, según ha comprometido la autoridad, pero ya da cuenta de una dudosa agenda.

A revisar: haga el ejercicio particular de leer lo conocido hasta ahora. Vea cuántas veces se ha mencionado la alternativa de retrasar la edad de jubilación —política cuestionable pero acorde a lo que el resto del mundo hace—. Intente pesquisar cuántas veces se habla de lagunas previsionales, el principal problema del actual sistema; cuánto se aborda el desafío de incrementar el ahorro voluntario; cuánto preocupa la brecha salarial de hombres y mujeres; de la tan ansiada y postergada cotización obligatoria de los trabajadores independientes.

Sí encontramos burocracias tales como pilares contributivos, aportes de empleador y de una nueva institucionalidad que administre los cinco puntos porcentuales adicionales que se van a recaudar con cargo a las empresas; de eliminar el fondo B para hacer más sencillo el sistema, como si su rendimiento estuviera anclado al destino de los ahorros. Una promesa del 20% de mejora que más se parece al sistema de reparto que a una política de concientización de la importancia del ahorro individual.

¿Sabe que el proyecto considera incluir a los trabajadores independientes a razón de 0,8% de cotización al año? ¿Sacó el cálculo que con esto tardarían cerca de 18 años los independientes en llegar al 15% de imposición del resto de la población?

Sí parece haber triunfado la promesa “ni un peso más para las AFP”, pero la tremenda oportunidad de educar financieramente, de cerrar las brechas de ahorro, de mejorar las pensiones de manera sustentable y sostenible en el tiempo, parece haberse perdido.

Las pensiones dignas deberán seguir esperando

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