Por Alejandro Alaluf Abril 29, 2016

Como ya es tradición desde 1947, en Hannover, Alemania, se realiza una nueva versión de la Hannover Messe, la feria industrial y de innovación más grande y relevante en el mundo. Con más de 6.500 exhibidores y una asistencia que supera las 250 mil personas, es ahí donde las grandes multinacionales se centran en trazar líneas en todo lo que se refiere a manufacturación, automatización e industria, y en donde EE.UU., en esta ocasión, juega un rol fundamental como socio estratégico. No por nada fue el mismísimo Barack Obama quien, junto a Angela Merkel, inauguró la feria este 24 de abril. Todo esto cobra un especial significado si se considera que estamos ad portas de lo que ya se denomina la cuarta revolución industrial o Industria 4.0, donde estamos siendo testigos de profundos cambios en los modelos de producción industrial y en los sistemas de generación de energía. Internet de las cosas, metadata, la nube, gadgets varios e impresión 3D son algunos de los ingredientes que han ayudado a acelerar este proceso.
Una nueva revolución industrial, vaya concepto. Porque estamos hablando de una nueva etapa en todo lo que se refiere a producción industrial. Si la primera revolución involucró la mecanización de procesos y la introducción de la energía a vapor, la segunda introdujo la producción masiva, líneas de armado y energía eléctrica y la tercera la computación y la automatización, este cuarto cambio se refiere a sistemas cibernéticos, internet de las cosas, virtualización, descentralización y producción a distancia, además de promover la idea de “fábricas inteligentes”. La idea es potente y tiene alcances vastos, aún imposibles de dimensionar. Pero ya existen algunas pistas de lo que se viene. Como es el caso de la impresión 3D.
Se ve como algo demasiado futurista, pero ya es una realidad: prácticamente todo puede ser impreso, y a distancia: desde comida hasta extremidades humanas. Y automóviles. Como es el caso de Local Motors, en EE.UU.
Local Motors es una startup —nacida el 2007 en Arizona— que se dedica a fabricar bicicletas eléctricas, drones comerciales (de la mano de Airbus), motocicletas y autos. Todo muy sofisticado. Pero lo impactante es que todo lo anterior es producido en microfábricas con impresoras 3D. Impresoras de tamaño industrial, por cierto, que en 48 horas (incluso menos) son capaces de producir, capa tras capa de una confección híbrida mezcla de fibras de carbono y plástico ABS, las distintas piezas, que pueden ser hasta un 90% de la totalidad del vehículo. El proceso —complejo técnicamente, pero tan sencillo como se lee— es posible apreciarlo a simple vista. Qué Pasa estuvo ahí. De hecho, a la entrada de su nueva microfábrica en Washington D.C. hay una impresora 3D, tamaño “normal”, que imprime autitos plásticos de juguete en minutos. Justin Fishkin, el jovial jefe estratégico de la compañía, explica que el proceso de confección de un vehículo real es absolutamente el mismo, “pero a mayor escala”. Ver los autos completos, horas después, es para quedar con la boca abierta. La idea, a largo plazo, es cambiar por completo la producción industrial de un automóvil. Autos a pedido, pero con otro fundamental detalle que los ha ayudado a ser la empresa hot que es hoy: crowdsourcing, donde es la misma comunidad, a través de internet, la que propone ideas, diseños y hasta prototipos de los vehículos. Hasta niños participan. Todo después se somete a votación popular entre ambas partes. Proyectar todo esto como un modelo de negocios y de producción llega a marear. Pero es la idea, que avanza vertiginosamente.
Debutaron el 2014 con el Strata, su primer auto impreso en 3D, y para este año ya planean tener vehículos listos para las calles norteamericanas. Actualmente, Local Motors posee 116 empleados, una activa comunidad de más de 52 mil personas. Los precios oscilan entre los doce mil y los 60 mil dólares, dependiendo de los requerimientos del cliente. Y sólo hace algunas semanas, cerraron un negocio con Domino’s Pizza para fabricar autos a la medida para sus despachos a domicilio.
Todo lo anterior es generado por un ciclo de energía controlado por Siemens que, en gran parte, es la responsable de la optimización energética del proceso. A propósito de eso y de que la compañía alemana fue una de las principales exponentes presentes en la feria de Hannover, el CEO de Siemens Chile, Juan Ignacio Díaz, comentó que “la Industria 4.0 está marcada por la integración del mundo real y el mundo virtual. La interacción entre software y hardware. En países como Chile, la industria 4.0 puede llegar a resolver grandes desafíos de productividad, eficiencia y costos”. Es el inicio de la nueva revolución industrial.

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