Por Horacio Schmidt R.* Septiembre 12, 2009

La última exposición de Norman Foster se llama "200 dibujos y 6 maquetas" está enclavada en la Ivory Press de Madrid, edificio recientemente remodelado por él mismo.

Se trata de una colección de croquis, esquemas y anotaciones extraídas de sus propios cuadernos, además de maquetas de trabajo elaboradas en su estudio y llenas de correcciones y notas.

A diferencia de otras muestras sobre su obra, ésta se adentra en el mater ial más personal del arquitecto, en su método de trabajo y  en las ideas que fundan su arquitectura.

Su estudio, en el que trabajé entre 1999 y 2001, es una nave de 70 metros de largo frente al río Thames, sin oficinas privadas, sólo hileras de escritorios iguales, uno de los cuales es el suyo. Este espacio "democrático" simboliza la idea de que la arquitectura condiciona la manera de vivir y trabajar, en este caso favorece el trabajo en equipo, en que Foster quiere ser un integrante más. Participa en discusiones sobre cada proyecto en las que todos, desde sus socios al último estudiante en práctica, pueden opinar.

Foster dibuja y anota constantemente en unos cuadernos negros, que son en realidad su instrumento de trabajo, su medio de comunicación con sus colaboradores en un estudio que ha crecido en consonancia con la magnitud de los proyectos en que se ha embarcado. Es común encontrar correcciones y dibujos sobre tu escritorio al llegar en la mañana (Foster vive en un departamento sobre su estudio y les deja notas a los arquitectos antes de que lleguen). Algunos de estos esquemas se han transformado en íconos de un lenguaje interno de su oficina; como el clásico dibujo del hombre en la cuerda floja que simboliza el equilibrio, uno de los conceptos centrales de su arquitectura.

De ese trabajo han salido desde el edificio Willis Faber & Dumas en Ipswich (Inglaterra, 1973) -pionero en aspectos sociales y energéticos en edificios de oficinas-, el aeropuerto de Stansted en Londres (1991) o su famoso edificio del banco Hong Kong & Shanghai (1983).

El rol del arquitecto en la sociedad y su idea de que la arquitectura debe mejorar la calidad de vida son temas que impregnan lo que hace. Todos sus diseños, desde el aeropuerto de Beijing -el más grande del mundo- hasta una escuela pública en Sierra Leona, tienen eso en común.

Razones sobran para ver su nueva exposición. Sobre todo si se trata de entender al arquitecto detrás de algunas de las obras más notables del mundo. Ésas que se construyen tanto de ideas profundas como de acero, cristal y concreto.

* Socio Schmidt Arquitectos Asociados

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