Por José Luis Santa María, director. Julio 24, 2014

Las últimas dos semanas han sido duras para el ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre. Ha recibido reiteradas críticas desde políticos de su propio bloque. Le han pedido modificar conceptos claves de los primeros proyectos planteados en la reforma educacional.  Los mismos también han llamado a que se tome una pausa para revisar las prioridades para reimpulsar la agenda del sector. A eso  se le ha llamado el “fuego amigo”.

En este período también ha lidiado con las agrupaciones de apoderados y sostenedores -entre ellos las iglesias - que se han mostrado contrarias a algunas de sus propuestas. A esto se le suma la caída en la aprobación en las encuestas de una de los tres ejes principales del gobierno de Michelle Bachelet. Éste ha sido un “fuego inesperado”.

Por último, su propia personalidad no lo ha ayudado. Con polémicas intervenciones, metáforas cuestionadas y aclaraciones que confunden, el ministro de Educación se ha propinado disparos en el pie. 

En este escenario logró conseguir que  los estudiantes, el frente más beligerante y demandante del proceso, le prestaran refugio momentáneo. Así, en la que para muchos ha sido su peor semana en el gabinete, Eyzaguirre demostró que puede seguir sorprendiendo.

José Luis Santa María O.
Director
jsantamaria@quepasa.cl

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