Por José Luis Santa María, director. Junio 13, 2013

Para entender el poder no sólo hay que mirar la pieza principal del tablero. En un juego con tantas variables como una campaña presidencial, los movimientos de cada una de las partes deben estar coordinados con una lógica que no resista improvisación.

No sólo se trata de carisma y efectividad en la comunicación con los electores; hay que buscar recursos, coordinar voluntades políticas, aunar criterios para posiciones programáticas, escoger escenarios, afinar mensajes y evitar que las agendas particulares conspiren contra el objetivo central.

Muchas veces quienes se han dedicado a lo anterior adquieren protagonismo asumiendo vocerías. Otras veces, están ahí justamente por su alto perfil público. Pero hay casos que funcionan con otra lógica. Ésta es la historia de Rodrigo Peñailillo, el jefe de campaña de Michelle Bachelet.

José Luis Santa María O.
Director
jsantamaria@quepasa.cl

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