Por Diciembre 20, 2012

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Recientemente, un titular resumió el dato: “Tasa de fecundidad vuelve a caer y acumula descenso de 28% en 20 años”. Otros anteriores informaban: “Censo 2012 revela que la población en Chile es menor a la proyectada”, y “Casen revela que adultos mayores son el doble que en 1990”. Resumen: la situación es muy preocupante.

La demografía también es un tema candente en varios países asiáticos. China está repensando su política del hijo único por el futuro envejecimiento de la población. Corea del Sur también está muy preocupada: hace poco un diario de Hong Kong informaba que si no hay cambios, ese país va a desaparecer como nación.

Chile va por el mismo camino de esos países. Se calcula que se requiere de una tasa de fertilidad de un  mínimo de 2,08 hijos por familia para que la población no disminuya. En Japón, que nos lleva la delantera, ya se están produciendo gravísimos problemas. El diario The Japan Times, comentando un informe del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, tituló una editorial afirmando que el problema era “una bomba de tiempo”. Detalles de la bomba: la tasa de fertilidad, de 1,39 en 2010,  será de 1,35 en 2060. La población de ese país descenderá en un 30%, a 86,74 millones para ese mismo año, y el porcentaje de personas de 65 o más años subirá del 23% (2010) a casi el 40% (2060). Mientras que en 1960 alrededor de 11,2 trabajadores sostenían a un jubilado, ¡en 2060 se espera que sólo 1,3 trabajadores lo sostengan! Los mercados mundiales están siguiendo atentamente lo que pasa en el país nipón y hace poco un banco francés advirtió  que, en términos de crecimiento nominal del PIB, las circunstancias en Europa se están dando de una manera similar.

En el caso de Chile, dentro de las transformaciones sociales más importantes de los últimos 100 años, el cambio de la pirámide demográfica es perturbador, especialmente por el acelerado descenso de la tasa de fertilidad en los últimos 50 años. Mientras en la década de 1960 la tasa de fertilidad era de 5,4, hoy es de sólo 1,9. Según la encuesta Casen 2011, la tasa de envejecimiento de Chile sigue en alza, previéndose que para 2025 la población de adultos mayores será igual a la menor de 15 años.

El patrón demográfico de Chile va camino a ser como el japonés, aunque todavía no alarme a la población, porque se trata de una muerte en cámara lenta. ¿Cómo vamos a mantener la soberanía sobre tantos territorios que quedarán aún más despoblados?, ¿cómo vamos a tener un crecimiento económico sostenido? ¿Sólo con inmigrantes?

 Teniendo en consideración las proyecciones mundiales de la fuerza de trabajo, un economista de un banco inglés advertía hace poco que “la sola demografía podría explicar en gran medida lo que serán las inmensas diferencias de desempeño económico en los años que vienen”.

Despertemos. Pongamos en práctica una gran política nacional de incremento de la tasa de fertilidad, con muchas más acciones concretas (económicas y sociales, tales como casas y departamentos más amplios al alcance de una familia modesta) para fomentar las familias numerosas. 

Si así lo hacemos, tendremos un futuro esplendor. Y con chilenos que lo puedan disfrutar.

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