Por María José Tapia // Ilustración: Fabián Rivas Abril 8, 2016

Fue lo que los estadounidenses llaman un “power breakfast”. A las 9.30 horas del jueves 31 de marzo la presidenta Michelle Bachelet llegó a la embajada de Chile en Washington. En el lugar la esperaban 19 altos ejecutivos norteamericanos que tenían como denominador común tener inversiones en Chile. Prosser Stirling, senior director de Oracle Corporation; Richard McNeil, co-head de Goldman Sachs; Kevin Smith, director ejecutivo de SolarReserve; Daniel J. Houston, presidente de Principal Financial Group; Andrés Gluski, presidente de AES Corporation; Neal Shear, CEO de Cheniere Energy, y Óscar Schmidt, vicepresidente y director de Latinoamérica de MetLife, fueron parte del nutrido grupo de invitados. Conversaron por cerca de dos horas.

La reunión fue una muestra del cambio de tendencia en la estrategia chilena de captación de Inversión Extranjera Directa (IED): ya no había que quedarse esperando que los capitales aterrizaran, sino que había que ir por ellos. Era hora de dejar atrás una estructura pasiva y antigua que sedujo a los capitales en los 70, pero que hoy nos mantenía en desventaja frente a nuestros pares emergentes, que ya tenían una estrategia formal para buscar inversiones.

El 1 de enero se derogó el Estatuto de la Inversión Extranjera, Decreto Ley 600 —régimen voluntario mediante el cual el inversionista firmaba un contrato con el Estado que implicaba ciertas garantías extraordinarias e incorporaba la invariabilidad tributaria, la que se mantiene por cuatro años— que era administrado por el Comité de Inversiones Extranjera (CIE). En su reemplazo se creó una nueva institucionalidad radicada, ahora en la Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera. Se pasó de una entidad básicamente administrativa, que registraba y autorizaba la inversión, a una estructura de promoción y captación. El diagnóstico: la competencia por atraer capitales era mundial y creciente y, por ende, había que mover al país para diseñar una política de Estado a largo plazo que permitiera a Chile seguir siendo foco para los extranjeros. Había que salir a buscar. “Tenemos grandes desafíos, como diversificar nuestra matriz productiva y para ello se requiere mayor inversión extranjera”, explicó a Qué Pasa el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes.

La nueva institucionalidad, aprobada a mediados de 2015, está recién en marcha blanca. En mayo se lanzará una estrategia amplia que está diseñando un comité de ministros —compuesto por Economía, Hacienda, Relaciones Exteriores y las carteras de los sectores foco— para presentarla a la presidenta. Si bien faltan varias semanas para eso, ya existen definiciones: qué mercados atacar, en qué áreas y cómo. En la práctica, el trabajo viene desde el año pasado. “La nueva institucionalidad nos permitirá, por primera vez en la historia, enfocarnos en la IED con una visión estratégica como país”, dice Céspedes.

TORRE DE BABEL

Entrar a las oficinas de la Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera, en Ahumada con Alameda, es un verdadero choque de culturas. Los extranjeros hablando un complejo español son parte del panorama. Los abogados, que eran el núcleo central del CIE, han sido reemplazados por una división de Atracción de Inversiones. Se trata de un equipo de 13 personas provenientes, además de Chile, de Polonia, China, Sudáfrica, Francia, España e Italia. Entre ellos no hay ningún abogado.

Vicente Mira“En la práctica, pasamos de tener una institución donde el cuerpo legal era lo más importante, a una institución donde la promoción de inversión de manera proactiva es lo central”, explica Vicente Mira, director de la Agencia. El cargo se elige ahora por Alta Dirección Pública, al igual que todos los jefes de las cinco áreas que conformarán la entidad, concurso que ya empezó y en el cual Mira está participando.

El ejecutivo explica que el equipo de promoción se subdivide por especialistas sectoriales. Las áreas a focalizarse son energía, infraestructura, alimentos, servicios a la minería, turismo y servicios globales. La elección no es antojadiza: “Tiene que ver con la vocación productiva de Chile, las regiones y las brechas a cubrir”, dice el ejecutivo. Y ejemplifica: “Cuando empezó la búsqueda para el encargado del tema minería, llegaron más de 300 currículos y la persona que quedó es un sudafricano, que trabajó en Anglo American, conoce Chile. Son todos altamente calificados”. Operan como ejecutivos de cuenta para cada inversionista, explica. En 2015 hubo más de 720 atenciones directas en cerca de 60 países.

El trabajo consiste en acompañar al inversor en cada momento, desde captarlo, facilitar su ingreso y luego trabajar con él para que reinvierta en el país. Hoy, entre un 35%-40% del flujo de inversión extranjera son reinversiones. En Irlanda y Corea del Sur, por ejemplo, es entre un 75% y 80%. La intención es avanzar hacia allá.

“Esto es un cambio de paradigma, de salir a la búsqueda de la inversión extranjera no al voleo, sino focalizada en actividades económicas específicas. Esa es una política de Estado y ese es el gran cambio, lo que es bastante urgente si uno lo compara con el resto de Latinoamérica, que están haciendo activamente una tarea de promoción”, señala el socio del estudio Guerrero Olivos, Roberto Guerrero, experto en la materia y que ha asesorado a varios inversionistas extranjeros. Hoy existen más de 170 agencias en el mundo intentando atraer capitales y no hay país que se reste. El gerente general de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham), Roberto Matus, dice que por primera vez EE.UU. diseñó un programa para captar inversiones, llamado SelectUSA. “Si el propio EE.UU. lo hace, nosotros tenemos que salir al ruedo y hacer lo mismo”, plantea.

Para el gobierno no hay dudas del potencial de Chile, y menos aún ven el escenario económico y las reformas como un tope. “Tenemos un escenario económico desafiante, pero con una institucionalidad de larguísimo plazo. Chile sigue siendo por lejos el país más competitivo, más atractivo de la región para hacer negocios”, dice Mira. Y el ministro Céspedes refuerza: “Somos un país confiable para invertir porque tenemos una economía sólida y, por lo tanto, existe un interés de los inversionistas extranjeros”. Las cifras, sin embargo, llaman a actuar.

MERCADOS EN LA MIRA

En 2015, la Inversión Extranjera Directa en Chile sumó US$ 20.457 millones, un 8,4% menos que en 2014, una merma menor si se compara con el 21% que cayó la región, aunque una señal más de alerta. En ese marco, no sólo se definieron sectores, sino también mercados. Incluso una consultora británica está trabajando en un catastro de las principales empresas del mundo en las áreas foco para contactar.

En el radar están EE.UU. —principal inversionista en Chile—, la Unión Europea, Australia y países asiáticos,como Japón, China y Corea del Sur. Además, naciones con empresas relevantes en sectores prioritarios, como Alemania en energías renovables, también se incorporaron a los mercados foco. Así este año se instalarán, por primera vez, cuatro oficinas internacionales: dos el segundo semestre de 2016 y el resto en 2017. Si bien el Comité de Ministros propondrá las ubicaciones específicas a la presidenta, será una en EE.UU., dos en la Unión Europea y una en Asia.

“En la práctica, pasamos de tener una institución donde el cuerpo legal era lo más importante, a una institución donde la promoción de inversión de manera proactiva es lo central”, dice Vicente Mira, director de la Agencia. En 2015, la Inversión Extranjera Directa en el país cayó 8,4%.

Roberto Guerrero recomienda ampliar la mirada: “El sudeste asiático tiene muy poca presencia o cero, por lo que creo que también hay un desafío ahí. Hay también otra área cero explotada que es el Medio Oriente. Los países del Golfo también están buscando oportunidades”. “Nosotros competimos por los recursos, por ende, se va a tener al lado la agenda de los otros países y al inversionista no le interesa mucho dónde instalarse si es que tiene acceso a infraestructura necesaria para poder exportar, a la tecnología que le permita prestar bien los servicios, etc. El track record nuestro ayuda, pero no es suficiente, tenemos que ser activos, focalizarnos, viajar y hacer patente esto, porque hay varios que lo están haciendo”, dice Guerrero. Llama así a avanzar también en la eliminación de ciertos nudos, como la agilidad en la entrega de permisos. Las reformas en ejecución que ha impulsado el gobierno no han sido tema, precisa.

En el caso de los inversionistas en Estados Unidos, la principal traba está en ellos. Aún no se aprueba en el Senado norteamericano el Tratado de Doble Tributación, lo que implica que las empresas podrían empezar a pagar en 2017 una tasa casi 10 puntos superior al 35% que pagarán aquellas compañías de países con doble tributación. En su reunión del 31 de marzo pasado, la presidenta Bachelet instó a los empresarios a que ayuden en su aprobación. El principal tope es el senador Rand Paul, quien se opone a firmar por la posibilidad de que se libere información personal de ciudadanos entre gobiernos.

Roberto Matus cuenta que la primera semana de febrero estuvo con la presidenta de AmCham, Kathleen Barclay, por dos días en el Capitolio, reuniéndose con 14 oficinas de senadores para abordar este tema. “Esperamos superar esto. La esperanza está en que todo el Senado —salvo Paul— lo apoya y que hay siete acuerdos de esta índole pendientes de aprobación, y uno de ellos es con Chile”, dice.

Más allá de este tope, Matus asegura que para EE.UU. no se pueden definir sectores prioritarios. Su desarrollo está en todas las áreas. “Más aún, yo me iría a buscar las nuevas áreas: tecnología, turismo, industria alimenticia, etc.”. Y justamente ya hay industrias novedosas mirando el país.

PINEWOOD A CHILE

Chile podría contar en el corto plazo con su primer estudio de cine internacional. La británica Pinewood Studios, sello de la saga de películas de OO7, puso en su radar al país, y acaba de firmar un memorándum de entendimiento con la Agencia de Promoción, Corfo y Cultura para realizar un estudio de preinversión, que se entregaría en un par de meses. Esto apoyado en una herramienta de Corfo llamada Programa de Apoyo a Proyectos Estratégicos en Etapa de Pre Inversión (PRAP) que se traduce en un subsidio para financiar estudios de preinversión. Sus resultados están a la vista.

Vicente Mira explica que en los más de 60 viajes que realizaron el año pasado, se reunieron en varias ocasiones con los ejecutivos de Pinewood. “Yo personalmente estuve con ellos en más de tres ocasiones”, cuenta. Llevaban más de 10 años mirando el país, y ahora están ad portas de concretar su llegada. “Tienen mucho interés en Chile por la localización y la calidad de los cineastas. Esto ayudaría al turismo, es cosa de ver cómo explotó el turismo en Nueva Zelandia con El Señor de los Anillos”, dice Mira.

La Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera ya definió los sectores prioritarios donde se quiere sumar más inversión. Se trata de energía, infraestructura, alimentos, servicios a la minería, turismo y servicios globales. Además, se delimitaron los mercados foco a abordar.

La Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera no está trabajando sola. Además del PRAP, existe el Fondo de Inversión Estratégica, consistente en US$ 1.000 millones para financiar proyectos, dependiente del Ministerio de Economía, y el programa de Iniciativas de Fomento Integradas (IFI), de Corfo, para impulsar proyectos de carácter tecnológico.

Pinewood es un ejemplo entre varios otros que muestran que la estrategia ya está dando frutos. Luego de viajes y conversaciones, la empresa Cummins —que ya estaba presente en Chile— decidió levantar en Antofagasta el centro de reparación de motores de alta potencia para camiones de la minería más grande de Latinoamérica. Igualmente, la consultora multinacional Everis está creando un centro de desarrollo de software en Temuco para exportar al mundo, lo que se traduce en 900 puestos de trabajo. “Todos estos proyectos tienen un correlato con los drivers que queremos y que dice relación con la sofisticación y diversificación de la matriz productiva y la creación de empleos de calidad”, dice Mira.

Y tienen un componente adicional: estar ubicados en regiones, una de las variables que esperan fomentar vía esta nueva institucionalidad. De hecho, la Agencia creará una unidad regional para que trabaje con los gobiernos regionales con miras a coordinar esfuerzos en tres frentes: levantar las oportunidades de inversión que pueden ofrecer, facilitar su llegada e identificar las empresas que ya están ubicadas y tienen posibilidad de reinvertir. A fines de 2016 esperan tener un 65% de las oportunidades de inversión regionales analizadas. En ese sentido, acaban de firmar un acuerdo con Sofofa que busca mejorar la atracción de inversión extranjera hacia las distintas regiones, al sumar al gremio y sus socios a las labores de promoción. El acuerdo incluye la organización de talleres y seminarios, así como el compromiso de la Agencia de poner en contacto a potenciales inversionistas con Sofofa, en caso de que éstos busquen conocer contrapartes locales, señalaron en el gremio.

De esta manera, la Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera espera tener su hoja de ruta definida este semestre. En el intertanto, ya agendó más de 30 viajes, entre los que están APEC, OCDE y un foro de inversión en Suecia, y determinó su gran meta: estar entre las 25 agencias más importantes del mundo en los próximos tres años.

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