Por María José Tapia // Fotos:Rodrigo Lopez Diciembre 24, 2015

El martes pasado, Claudio Agostini se bajó del avión tras estar una semana en EE.UU.. El economista y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez participó en la conferencia de la National Tax Association en Boston. En la oportunidad expuso sobre la renta presunta en Chile, uno de los temas que ha estado en la discusión en el país.

El experto, a quien inicialmente se le colgó el cartel de ‘padre de la reforma tributaria’, apelativo que él se encargó rápidamente de anular, es hoy uno de los críticos del proyecto impositivo de la administración Bachelet. Incluso las reformas introducidas recientemente lo dejan con un sabor amargo.

El gobierno ingresó el 15 de diciembre a la Cámara de Diputados especificaciones para simplificar la normativa tributaria aprobada el año pasado. En ella se planteó mantener los dos regímenes tributarios, pero con ciertas precisiones para evitar su interacción. El de renta atribuida (cuyo impuesto de primera categoría será 25% al 2017 y crédito del 100%) será sólo para empresas simples, es decir, cuyos socios sean personas naturales; el semi integrado (donde el tributo será 27% en dos años y un 65% de crédito para los impuestos finales) será optativo para todas las firmas, con excepción de las sociedades anónimas que estarán obligadas a tributar vía ese régimen. Más allá de ello, Agostini es crítico. “Me parece más una clarificación que una simplificación”, señala. Además, ve con preocupación la extensión en la denominación de pyme (de vender 25.000 UF a 50.000 UF) y el poder de los grupos de interés en la discusión.

"En Chile se cruzó hace rato una línea, y esta reforma la profundizó, que es la visión de que si eres pyme ganas poco y eres pobrecito, entonces hay que ayudarte y tienes que pagar menos impuestos y eso no es verdad. Si Bill Gates tiene 58.000 pymes, ¿debería pagar menos impuestos? La respuesta es no"

—¿Las especificaciones ingresadas por el gobierno no simplifican, considerando que ahora las empresas sabrán en qué sistema van a estar?
—Pero sólo el 10% de las empresas (sociedades anónimas) van a saber dónde están. Están mandando un proyecto de ley que le clarifica su sistema tributario al 10% de las empresas y el otro 90% está igual que antes, pueden elegir el que quieran. Se les clarifica a los que tienen socios empresas, lo cual no es que esté mal, está bien y ayuda, pero no es la gran simplificación tributaria.

—¿A qué se tendría que haber avanzado?
—El mundo ideal sería tener un régimen general y un régimen simplificado para las empresas chicas, el que tiene como objetivo hacerles más fácil que cumplan con la ley tributaria y no que paguen menos impuestos. Acá ha habido una confusión. Si tú tienes una empresa grande y yo ocho chicas y los dos ganamos lo mismo, deberíamos pagar lo mismo, pero es cierto que cuando tienes sólo una chica, es caro tener un contador y toda la contabilidad completa para cumplir con tus impuestos, entonces tener un sistema que te simplifique es correcto, lo que no significa que tengas que pagar menos impuestos. En Chile se cruzó hace rato una línea, y esta reforma la profundizó, que es la visión de que si eres pyme ganas poco y eres pobrecito, entonces hay que ayudarte y tienes que pagar menos impuestos y eso no es verdad. Si Bill Gates tiene 58.000 pymes, ¿debería pagar menos impuestos? La respuesta es no.

—Dado ello, ¿esta reforma podría hacer que aumente la elusión vía las pymes?
—Yo creo que sí. Lo que uno quisiera es tener un sistema general y uno simplificado y que las personas pagaran de acuerdo a sus ingresos, y da lo mismo si tienes una empresa grande o 150 chicas. Así no hay incentivo a disfrazarte de empresa chica para pagar menos impuestos y esos son los incentivos que hay hoy día y que esta reforma aumentó, porque elevó el límite para ser pyme tanto que hoy el 96-97% (de las empresas) califican como pymes en Chile.

—¿Qué le parece que las sociedades anónimas (S. A.) sólo puedan estar en el semiintegrado?
—A mí me parece correcto un sistema 100% integrado y no semiintegrado. Entendiendo que sólo las S. A. están obligadas a estar en el semiintegrado, si una pyme de verdad, una zapatería, una peluquería, etc., quisiera estar, esa persona tendría que pagar el impuesto de primera categoría por las utilidades de la empresa y cuando está 100% integrado se le devuelven al final, es un crédito. Con un semiintegrado esa persona paga, paga, paga y llega a fin de año y no le devuelven todo, ahora es el 65%. Esta cosa extraña del semiintegrado es la peor mezcla posible y es un invento que no sé de dónde salió. Nunca nadie en la historia de la ley ha propuesto esto. Al final terminamos con dos regímenes generales (atribuido y semiintegrado), el peor resultado posible.

—En el proyecto, el gobierno precisó que la norma antielusión se aplicará sobre hechos, actos o negocios realizados o concluidos a partir del 30 de septiembre de 2015. ¿Con esto se elimina la incertidumbre respecto a que sea retroactiva, como plantean abogados?
—Aquí hay un debate real y uno interesado. El debate real es desde cuándo empieza a operar y me parece bien como economista que no sea retroactiva. Como salió la ley inicialmente dejó un espacio a la interpretación, porque se aplicaba de septiembre en adelante, pero tenía esta frase que decía que si la hiciste antes y tiene efecto el 30 de septiembre, todavía se te podía aplicar, entonces quedaba ese espacio que hoy se clarifica.

Lo que me parece un debate interesado es que en todos los países la ley tiene un espíritu que es que tú pagas un impuesto si haces tal cosa. Si encontraste un resquicio legal, eso en cualquier parte del mundo no es el espíritu de la ley. Los que critican la norma antielusión son los abogados tributaristas que se dedican a vender el resquicio legal y eso les mata el negocio. En la página de Impuestos Internos de Inglaterra hay una página de la norma antielusión y una página de ejemplos, uno por uno: si usted hace esto, puede ser legal, pero viola el espíritu de la ley. Ojalá que Impuestos Internos en Chile pudiese hacer algo así.

—¿El proyecto podría generar un doble efecto: por un lado, una norma antielusión correcta y, por otro, un incentivo a crear pymes para pagar menos impuestos?
—Por supuesto. Es parte de las contradicciones de lo mal que salió la reforma. Hoy hay muchas pymes de papel. Nadie trabaja ahí, no tienen oficinas. Si uno mira los regímenes tributarios de pymes y miras todas las utilidades, ves que un 86% de ellas pertenecen al 10% más rico. En el imaginario está esa idea de que la renta presunta son unos pobrecitos agricultores, transportistas, mentira, cuando vas a los datos, son empresas de papel la mayoría. Esas son las pymes de renta presunta. Para eso sirven estos regímenes, para que los ricos se disfracen de pobrecitos agricultores y paguen pocos impuestos.

—¿Existe el riesgo de que se vuelva a discutir la carga tributaria?
—Me parece legítimo que se discuta la carga tributaria y el lugar para hacerlo es el Congreso. En eso, los economistas tenemos poco que decir. No tenemos una teoría de impuestos de cuál es el óptimo de la carga tributaria y la razón es simple: depende de qué es lo que queremos que el Estado haga. Y esa discusión es política, no económica.
El grave error de la reforma anterior fue no separar; una cosa es la carga tributaria y otra muy distinta es cómo recaudamos. El cómo importa mucho más que el cuánto y acá uno ve la discusión y parece que lo único que importaba era el cuánto y eso generó el problema que tenemos.

—¿Los dos regímenes tributarios son la mayor falla de este proyecto?
—En lo que se hizo, la mayor falla es tener dos regímenes integrales y haber elevado el tope de las pymes, y con un montón de espacios para que paguen menos impuestos.

Respecto a lo que no se hizo, hay dos elementos. Uno, el no poner el impuesto al diésel que corresponde. Hay dos estudios para Chile que dicen que el impuesto óptimo es entre 6 y 7 UTM, y hoy es 1,5. Por ahí deberíamos haber partido, ahí hay US$ 1.600 millones. Pero todos sabemos por qué no se hizo, los camioneros se toman la Ruta 5. Desde el punto de vista de la democracia eso me parece ilegítimo. No puede ser que haya un grupo de contribuyentes que tiene el derecho de decirle al Estado tú no me pones impuestos, se los pones a otros. Es inaceptable.

—Pero el gobierno acepta eso…
—De acuerdo, pero preferiría un gobierno con pantalones que sube el impuesto al diésel lo que corresponde y se aguanta el paro de camioneros lo que haya que aguantar.
Lo otro es cambiar la entrega de bonos por un impuesto negativo que es adonde ha avanzado todo el mundo. Esto implica que si una persona gana muy poco, llena igual su declaración de impuestos, dice que ganó el sueldo mínimo y que no pagó impuestos porque no le correspondía y el Estado te manda un cheque. Con esto tienes dos ventajas: tienes que ser formal y tienes que estar trabajando. Es menos asistencialista y tienes que hacer el esfuerzo de trabajar. Esto ha crecido en el mundo, y los efectos son que reduce la pobreza en forma impresionante, mejor que cualquier bono y el efecto es más permanente.

—¿Considera que a este proyecto le faltó técnica y le sobró ideología?
—Yo creo que es peor que ideología, en esto hay sólo grupos de interés defendiendo sus privilegios tributarios, que los otros paguen más impuestos y yo no. Es la SNA defendiendo la renta presunta para agricultores; es la Cámara Chilena de la Construcción defendiendo la exención de IVA para las constructoras; estas asociaciones de pymes defendiendo que haya menos impuestos para pymes.

—¿Esta reforma necesitará más clarificaciones?
—Creo que faltan. Una vez que empiece a operar, se van a tener que hacer nuevos cambios a la reforma tributaria, porque hay cosas que no están claras.

“Valoro que el dueño de una empresa diga sí, nos coludimos”

Agostini ha seguido de cerca el debate respecto al proyecto que perfecciona la libre competencia. Defensor de las penas de cárcel como el mejor mecanismo de disuasión, el economista valora el mea culpa realizado por el presidente de CMPC, Eliodoro Matte, tras el escándalo de la colusión del confort, y cuestiona, en paralelo, el actuar de otros empresarios del país.

—Desde que estalló el caso del confort hay expertos que plantean que la delación compensada debe rigidizarse y que, por ejemplo, sea sólo uno el beneficiado y no dos como dice el proyecto. ¿Cómo ve ese tema?
—Debiera ser sólo para el primero, para aumentar los incentivos. Estoy en contra de quien llega segundo cuando ya lo allanaron. En otros países para acceder a la delación no debes haber iniciado el cartel y no debe haber empezado la investigación.

—Pero si el fin es recabar más información y el requisito es que justamente este segundo te aporte más datos para armar el caso, ¿eso podría dar lo mismo?
—No, porque si das tantos beneficios, al final no va a llegar nadie. Soy partidario de que sólo el primero se salve de la multa y de la cárcel, para, de verdad, forzar una carrera por ser el primero.

—SCA dice que fue coaccionada por CMPC, por lo que se le debe quitar el beneficio, ¿cómo evalúa el argumento?
—Me parece impresentable, una estrategia jurídica más que otra cosa. Y aunque haya sido verdad, si no lo dijiste en el momento, para mí no tiene ninguna validez, porque el punto es que tú aceptaste coludirte.

—¿Cuánto más se pueden tolerar los ‘no sabía’ de los directorios?
—Cada día menos. Hoy hay más conciencia de lo que es competitivo y no, aunque todavía falta, porque seguimos viendo declaraciones que me resultan chocantes, o sea el dueño de Agrosuper hasta el día de hoy, cuando fue condenado 5-0 por el Tribunal de Libre Competencia y 5-0 por la Suprema, insiste en que no (se coludió) y en que los tribunales no hicieron la pega, o sea un nivel de descalificación al sistema judicial que es una vergüenza; refleja que es un patrón de fundo y que todavía hay gente en este país que cree que las leyes se les aplican a los otros.

"Hoy hay más conciencia de lo que es competitivo y no, aunque falta, porque seguimos viendo declaraciones que me resultan chocantes. El dueño de Agrosuper hasta el día de hoy (…) insiste en que no (se coludió) y en que los tribunales no hicieron la pega, un nivel de descalificación al sistema judicial que es una vergüenza"

—¿Valora la pedida de perdón de Eliodoro Matte?
—Sí, porque me parece que es un cambio respecto al dueño de Agrosuper, al dueño de Tur-Bus. Lo que estamos acostumbrados es que los condenados dicen que son inocentes y que los tribunales están equivocados, entonces valoro que por primera vez el dueño de una empresa diga ‘sí, nos coludimos’, y ‘perdón’. Uno quisiera, eso sí, pasos mayores: echar a los gerentes mal, y no con indemnización.

—¿Cómo se les responde a las personas que ven en la delación un perdonazo?
—En el mundo ideal a cada empresa que se colude, la pillamos y la condenamos, pero ese mundo no es posible, entonces hay que elegir entre dos males: no los pillamos nunca y no condenamos a ninguno, o perdonamos a uno y gracias a eso los pillamos y dejan de coludirse. Entre esas alternativas para mí no hay donde perderse, prefiero que dejen de coludirse y condenarlos a todos, menos a uno.

—¿Qué le parece el proyecto de libre competencia?
—Me gusta. Agregaron la prohibición del Interlocking (directorios cruzados) que me parece muy bien. Lo único complejo que queda por resolver es cuál va a ser el rol de la FNE y del Ministerio Público. Ahí los economistas tenemos una visión distinta a la de los abogados. Yo no tengo problema que haya sólo un juicio en el TDLC y el TDLC con estándar de prueba más alto mete presos.

—Pero sería otorgarle atribuciones penales al TDLC…
—Sí. Eso me parece más ordenado. Para mí eso es lo ideal. La alternativa B sería que esto empiece en el TDLC y él decida si se coludieron o no, una vez que lo decide pasa al tribunal penal que sólo tiene que decidir si se van presos o no, y no si se coludieron, porque eso ya está acreditado.

—El proyecto eleva las multas al 30% de las ventas del área de la empresa implicada en la colusión o el doble del beneficio obtenido, ¿le parece?
—Me gusta más como se hace en EE.UU. que calculan los daños y los multiplican por tres. Ahora, si no se sigue ese camino, hasta el 30% de las ventas me parece razonable.

Lo que encuentro inaceptable es el argumento de que la multa no puede ser muy alta, porque una empresa quiebra. Si te coludes y nos estas robando a todos, estás corriendo un riesgo y ese riesgo es que la multa puede ser tan grande que quiebres. Y si quiebras, quiebras.

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