Por Paula Comandari // Fotos: Marcelo Segura Septiembre 17, 2015

Gustavo Lagos es uno de los hombres que más saben de minería en Chile. Ha sido consultor para la industria y para los gobiernos en materias estratégicas y ambientales. Desde hace más de cinco años, el también académico del Centro de Minería de la UC advirtió sobre la crisis en la que se sumergiría el sector, pero afirma que no fue escuchado por quienes toman las decisiones. En 2013, tras conocer el programa de Michelle Bachelet hizo sonar las alarmas: recomendó —en papers— ser más conservador y responsable en los proyectos que se prometían, porque según él, la situación no iba a ser de bonanza, básicamente por el precio del cobre. Así llegó la crisis al sector.

En esta entrevista va más allá: propone que la próxima junta de accionistas de Codelco, que se realizará el 29 de septiembre, y donde se tratará el avance del plan de negocios de la minera y se revisarán las fuentes de financiamiento y capitalización para concretar las inversiones estructurales, sea abierta a la ciudadanía y que se transmita por televisión, como señal de transparencia y para hacer tangible la compleja situación que vive hoy la estatal. Además, recomienda que el gobierno cuente con un equipo técnico más robusto cuyo fin sea apoyar al ministro de Hacienda en una mirada a largo plazo de la minería, y plantea en profundidad la fórmula para salir de este difícil escenario.

—Usted ha sido bastante crítico del futuro de la minería en Chile. ¿Cuál es su real diagnóstico hoy?

—La minería en Chile tiene un potencial gigante para seguir haciendo crecer a este país. Pero el gobierno y las instituciones presentan las cosas de una manera más optimista de lo que en realidad son. A mí me gusta decir las cosas como las veo: la industria va a crecer menos en el futuro, en términos de producción, que la economía chilena.

—En su círculo más cercano, de hecho, usted ha señalado que las autoridades y en general los CEO de las compañías mineras tienden a pintar una visión más positiva que la real.

—El gobierno tiene el deber de ser siempre optimista. No podía salir en 2013 a decir que estaban de acuerdo en que el precio del cobre iba a bajar, porque eso incluso podría influir en el precio. Pero alguien lo tiene que hacer: la situación real es que estamos entrando en un periodo de bajo precio del cobre, que no es demasiado bajo aún, y espero que no llegue a serlo, pero dependemos de cómo China maneja su situación interna. Porque China está en un tránsito muy complejo, del que ningún país ha salido exitoso.

—En ocasiones usted ha desdramatizado la situación china, pero en privado ha señalado que China hoy vive la crisis asiática de fines de los 90.

—Efectivamente, está viviendo ese proceso, pero tiene los instrumentos para sortearlo bien. Hasta esta semana (que anunció la apertura de empresas estatales a privados), el gobierno chino no había demostrado hacer las cosas bien: hubo distintos intentos sin buenos resultados. Pero el anuncio es una luz para Chile: se genera la esperanza de que China no se sume a una crisis profunda.

—En Chile se han paralizado inversiones, han cerrado faenas, y varias empresas están vendiendo yacimientos. ¿Codelco está enfrentando bien la contingencia?

—Respecto a la situación de las empresas privadas, está claro que están preparándose para el próximo ciclo que debe venir en unos 3 o 4 años por falta de oferta. Están reduciendo costos y aumentando su productividad. Codelco está haciendo lo mismo: la economía de guerra, y un recorte hasta el hueso de los costos. Lo que sucede es que hay sectores del país que aún no se dan cuenta que esto de verdad cambió, porque se acostumbraron durante los últimos 10 años a tener chorros de plata, a través del cobre. Eso se acabó.

—El fin de la bonanza no sólo afecta al país, también a sus trabajadores…

—Efectivamente. Se terminaron los millonarios bonos de término de conflicto. Ahora tienen que ser bonos de productividad, que beneficien tanto a los trabajadores como a la empresa. Y eso también en el sector privado. También se acabaron los aumentos grandes de sueldo: Codelco no puede seguir con la política de remuneraciones del auge, porque está en otro período. En ciclos bajos hay rebaja de sueldos, los ejecutivos en Codelco acaban de congelar los suyos, han echado a muchos ejecutivos en Salvador, y en la casa matriz las desvinculaciones están por anunciarse. Hay una serie de medidas que son una señal gigante.

"El cierre de faenas afecta el empleo, en algunos sectores produciría mucho impacto. Si los contratistas insisten en sus bonos y continúan paralizando Salvador, podrían lograr lo que no ha podido hacer nadie: cerrar Salvador. Y son 10 mil personas las que viven ahí".

—¿Cómo cambiar la mentalidad de trabajadores acostumbrados a esas condiciones?

—Provocar los cambios mencionados no es un proceso sencillo. Va a ser dramático en algunos casos, porque los contratistas de Codelco, liderados por la Confederación de Trabajadores del Cobre —que representa a 40 mil trabajadores—, no han creído que Codelco esté en crisis. Ellos deben entender que no van a recibir un bono de término de conflicto, porque la firma no está en condiciones de darlo. El gobierno está de acuerdo con eso, nadie ha dicho ninguna palabra.

—¿Cómo afecta esa situación en el empleo?

—El desempleo va subir a más del 7% este año. El cierre de faenas afecta el empleo, en algunas localidades produciría mucho impacto. Si los contratistas siguen insistiendo en su bono y continúan paralizando Salvador, podrían lograr lo que no ha podido hacer nadie: cerrar Salvador. Y son 10 mil personas las que viven ahí. Eso puede pasar si la condición económica sigue en estos niveles, y los contratistas no muestran un mínimo de comprensión sobre lo que está pasando.

 

Codelco en TV

—¿Qué cambio concreto debiera aplicar Codelco en este minuto de crisis?

—Yo sugiero que la próxima junta de accionistas de Codelco sea pública y televisada, para que llegue a toda la ciudadanía. Eso ayudaría mucho a mostrarle al país la relación que tiene Codelco con su dueño —representado por los ministros de Hacienda y de Minería, que a su vez representan al Presidente de la República—. Eso permitiría conocer verdaderamente los planes que Codelco tiene a futuro, porque es ahí donde el dueño le da la autorización al directorio para hacerlo. Eso tiene un beneficio enorme de transparencia en este país en que las instituciones están en el suelo: según la encuesta CEP, las empresas públicas tienen un 19% de confianza, el gobierno un 15%, las empresas privadas un 14%. Entonces obviamente abrir esta discusión al público permitiría ver qué es lo que realmente se trama.

"Los ministros de Hacienda son transitorios, y de minería saben muy poco. No pido que sepan, pero sí que tengan un equipo dentro del ministerio o la Dirección de Presupuestos, que tengan una mirada más allá del presupuesto y de cómo financiar al país el próximo año".

—Eso nunca ha ocurrido en la historia de Codelco, ¿por qué su idea tendría que tener acogida en este momento de crisis?

—Porque es lógico: es una medida de transparencia que mejora la probidad, credibilidad y confianza en el gobierno y en Codelco. Siempre se ha hecho a puertas cerradas y se informan los acuerdos, pero no se sabe qué y cómo se discutió. Los trabajadores de la Confederación del Cobre piensan que la administración de Codelco es capitalista y aplica el criterio de las transnacionales. Una conversación abierta en la junta revelaría los aprietos en los que se encuentra Chile debido al menor aporte del cobre y los aprietos en que está Codelco, que necesita cambiar su política de remuneraciones a futuro. Las juntas de accionistas de empresas que se transan en Bolsa son abiertas. La de Codelco siempre ha sido privada, porque es una tradición. Pero esa tradición hay que cambiarla.

—¿En su opinión, eso haría posible hacer más tangible la problemática?

—Es el momento para hacerlo: hoy tenemos un cambio de rumbo en Codelco y en el país, tenemos un ciclo bajo de precios, estamos ante una coyuntura que no habíamos tenido antes. Qué mejor momento para mostrarle al país lo que está pasando. Además, le exige al gobierno y a Codelco elevar la calidad de la discusión, y entender cuáles son las opciones de financiar, sin perder su calificación de riesgo, y cuál es la posibilidad del Fisco de financiar en el corto plazo esos US$ 4 mil millones hasta 2018. Todas esas cosas se van a transparentar en la junta: que el país tiene restricciones de gasto y su principal empresa está en crisis. Ahora, creo que este ciclo bajo del cobre le hace bien a Chile, porque los grandes cambios en la economía vienen en los ciclos bajos, no en los altos. Ahí es cuando la gente y las empresas tienen que rascárselas, y es cuando aumentan la productividad, cuando están en la cresta de la ola la innovación es pequeña.

—¿En este ciclo bajo, qué otra circunstancia debiera aprovechar la industria?

—Este es un momento de conseguir permisos. Por un motivo sencillo: cuando los ciclos son bajos y los países se encuentran en dificultades económicas, la gente es menos exigente. Aunque hoy no se esté pensando en invertir, la parte de la ingeniería y los estudios de impacto ambiental de los proyectos es la parte más barata. Se podría tener todo listo. La industria minera si fuera un poquito más visionaria se podría poner las zapatillas de clavos.

 

Cambio de rumbo

Codelco—¿En qué nos equivocamos como país respecto a la industria minera?

—Nos equivocamos en pensar que se podían hacer todas estas reformas tan rápidamente, y se subieron las expectativas del país hasta un nivel en que no era capaz de soportarlo económicamente. Se produjo una borrachera de todos, incluidos los políticos, que creyeron que la riqueza del cobre era permanente, cuando era transitoria. Ese es el mayor error que se cometió. Yo llevo, al menos, cinco años advirtiendo la crisis que se venía: que había que tomar decisiones en cuanto a la inversión, hacer andar los proyectos estructurales, porque nos íbamos a encontrar con una situación como la de hoy.

—¿Siente que no fue escuchado?

—Fui escuchado, pero no por quienes toman las decisiones. Los gobiernos no han hecho nada, porque no han tenido la mirada de largo plazo que hace falta, y prefirieron chutear el tema. Ninguno de ellos reinvirtió en Codelco en forma importante. Esta es una empresa que se ha rascado sola durante toda su historia: la inversión del Estado ha sido bajísima en relación a lo que uno ve internacionalmente. Y reinvertir es clave. Sobre todo en la minería. Tiene dividendos extraordinarios, mucho mejor que los que tiene el fondo soberano. Eso lo dije yo y varias personas. Pero era remar contra la corriente. Mucha gente sabía lo que iba a suceder, pero las condiciones políticas en este país se dan cuando ya estamos en crisis, no antes.

—¿Cómo podría producirse el cambio de switch?

—La visión del Estado hacia Codelco es sólo desde el punto de vista del presupuesto, no hay una mirada técnica del negocio minero. Los ministros de Hacienda son transitorios, y de minería saben muy poco. No les estoy pidiendo que sepan, pero que sí tengan un equipo propio dentro del Ministerio de Hacienda o la Dirección de Presupuestos, que tengan una mirada más allá del presupuesto y de cómo financiar al país el próximo año. Hoy tienen a un solo asesor viendo el tema del cobre.

—Usted dice que Codelco le entregará al Fisco la mitad de lo presupuestado, y ya el próximo año una mínima cantidad.

—Efectivamente, y es posible que en 2016 no le entregue nada. Luego el escenario es incierto: en 2017 y 2018 depende del precio. Las estimaciones son muy distintas al 2020. Hay bancos de inversión que hablan de US$ 4, otros dicen que será en torno a US$ 2,50. El 2016 es un año más complejo porque éste primer semestre tuvimos un precio alto. El próximo año es posible que tengamos un precio bajo los US$ 2,50. Y Codelco con un precio de US$ 2,30 está en el filo de entregarle plata al Fisco.

—¿Cómo ese escenario afecta al presupuesto del país y a otras inversiones?

—Codelco inteligentemente señaló que debido a la nueva situación que venimos presenciando desde mayo, vamos a reajustar nuestra cartera de proyectos estructurales, lo que significa pedirle menos plata al Fisco de aquí a 2020.

—Pero eso afecta los proyectos comprometidos por el gobierno que contaban con esos recursos.

—La minería completa estaba presupuestado que diera US$ 4 o 5 mil millones y va a dar sólo US$ 2 mil. ¿De dónde salen los otros tres mil millones de dólares que no llegaron? Eso se traduce en mayor endeudamiento de Chile, si de verdad se quiere hacer todo lo que se prometió; déficit fiscal y posiblemente una tasa de riesgo mayor.

—¿Por qué, en su opinión, esta crisis es peor que la de 2008?

—Es mucho peor, porque la del 2008 se resolvió al tiro para Chile por dos motivos: primero porque la crisis del 82 permitió que en el país existieran regulaciones bancarias herméticas. Que no les permitieron a los bancos manejar instrumentos financieros que se transaron en el mundo desarrollado. El factor es que China implementó un modelo de inversión y eso sacó a todos los commodities del hoyo en diciembre de 2008: la demanda remontó inmediatamente, y la crisis duró muy poco, si bien el 2009 fue un año muy difícil. Esta crisis va a durar varios años, no hay forma que podamos salir rápido. Ojalá no caigamos en recesión. Eso puede pasar si China se va a la punta del cerro. Si uno lee la prensa internacional especializada, no han desechado ese escenario.

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