Por Lorena Rubio Junio 9, 2011

- Juan Antonio, necesito tu consejo. Sebastián Piñera me acaba de pedir que sea su ministro de Energía.

Es febrero de 2010 y el ex gerente de Cencosud está consultando con su círculo más íntimo la propuesta que hace una semana le ha hecho el presidente electo para asumir un cargo en su gabinete. Al otro lado de la línea telefónica, el empresario Juan Antonio Guzmán escucha con atención.

"Laurence estaba interesado, pero no completamente convencido", recuerda otra de sus amistades.

- Mira, amigo, a pesar de los momentos complejos, puedo decirte con toda honestidad que la etapa más estimulante y enriquecedora de mi vida, en términos profesionales, es cuando fui ministro de Estado.

La respuesta del ex ministro de Educación, actual presidente de Polpaico y socio de la Clínica Indisa fue decisiva. Al día siguiente, Golborne llamó al mandatario electo para anunciarle que aceptaba el cargo.

"Su conversación con Guzmán fue muy determinante para tomar una decisión", agrega la misma fuente, quien supo del diálogo entre ambos.

No es casual que el ingeniero consultara a quien fuera su jefe en Gener. Juan Antonio Guzmán (62, casado, dos hijos) y Laurence Golborne (49, casado, cinco hijos) comparten una historia que no sólo atañe a lo profesional, sino que muchos definen como de maestro y discípulo, y que comenzó hace tres décadas.

Hace pocas semanas ocurrió un hecho que vuelve aún más indispensable la figura del ex rector de la UNAB para el biministro. Y esta vez no sólo se trata de la formación profesional e intelectual del integrante más popular del gabinete de Piñera: el rol asumido por su ex profesor en la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico podría ser clave en una eventual candidatura presidencial de Golborne.

Encuentro en San Joaquín

Bastaron unos meses para que al "profe" Guzmán le llamara la atención este alumno delgado y que muy pocas veces no estaba sonriendo. Era 1981 y Juan Antonio Guzmán ya era considerado una eminencia entre los alumnos de Ingeniería de la UC. Con sólo 31 años era jefe del Departamento de Ingeniería Química de esa facultad, precisamente, la especialidad que Laurence Golborne había elegido como mención. A esas alturas, el ex alumno del Instituto Nacional se avizoraba como uno de los mejores de su promoción -como finalmente ocurrió, al egresar, en 1984- en la mayor parte de las asignaturas. Guzmán no lo perdió de vista y, al poco tiempo se convirtió en ayudante de sus clases de Termodinámica y Operaciones Unitarias, que estudia las transferencias de calor. Para el joven de Maipú la impronta y conocimientos del "maestro" tampoco habían pasado inadvertidos. Aunque sólo estaba en tercer año, decidió que su tesis de grado la realizaría con este profesor de grandes anteojos, que solía fumar pipa y era conocido por sus excentricidades, como vestir una larga capa en los días en que el frío se dejaba caer sin piedad en el Campus San Joaquín de la UC.

El mes pasado, Guzmán le trajo a Golborne desde Nueva York el libro Cynics, del irlandés William Desmond. "Te puede servir, sobre todo últimamente", le dijo su ex jefe, con una sonrisa socarrona.

La fama de Guzmán era conocida entre sus alumnos: se había titulado de ingeniero con sólo 23 años; se caracterizaba por un gran vozarrón y por un agudo humor, y aunque estricto, sus clases eran un constante desafío intelectual. Su perfil político tampoco era un misterio: no tenía problemas en declarar a quien quisiera escucharlo que era de derecha, que había sido gremialista en la universidad, al tiempo que proclamaba sin tapujos su simpatía por el régimen militar.

Y aunque en esos años el hoy titular de Minería y Energía no manifestaba excesivo interés por la política, su cerebro hizo clic con el "profe" Guzmán, forjando una afinidad que se mantiene hasta hoy, y que va mucho más allá de lo intelectual.

Pero pasarían seis años antes que profesor y alumno se volvieran a encontrar. Entretanto, Guzmán se convirtió en ministro de Educación del régimen militar, cargo que ocupó entre 1987 y 1989. Fue el encargado de sacar de las universidades estatales a los "rectores designados"; consolidó la segunda fase del ingreso de privados a la educación superior, e instauró el Simce como herramienta de medición para los escolares.

Golborne, por su parte, se casó y empezó a construir una familia junto con su carrera como ejecutivo de primera línea.

Electroshock

El actual ministro de Minería y Energía siempre reconoce que se "fogueó" en el sector eléctrico en la década que trabajó como ejecutivo de Gener (1990-2000). Tras un breve paso por Disputada de Las Condes -entonces en manos de Exxon- y por la firma de informática Orden, fue reclutado por la eléctrica estatal para hacerse cargo de la subgerencia de Informática.

Se trataba de un reto mayor. La generadora, en esa época llamada Chilgener, era la segunda mayor empresa energética chilena y estaba en pleno proceso de expansión en América Latina. Su presidente era Bruno Philippi, y en la gerencia general estaba Juan Antonio Guzmán. A partir de allí se formó una férrea alianza -que incluye al presidente de la Sofofa, Andrés Concha, y al ex presidente de Iansa, Óscar Guillermo Garretón-, que se mantiene hasta hoy.

Su carrera en la compañía fue fulminante. Luego de ser subgerente de Informática, pasó al área de Finanzas, para terminar convirtiéndose en gerente corporativo de Finanzas y brazo derecho de Guzmán. No sólo se volvió su hombre de confianza. Se convirtieron en amigos.

El regreso del mentor

Un cercano a Golborne reconoce que durante ese período no sólo aprendió "casi todo" lo que sabe de energía, sino también forjó sus habilidades como negociador. "Laurence siempre destaca que su capacidad para lograr consensos y trabajar en equipo las aprendió observando a Guzmán", cuenta.

El entonces director de varias filiales de la eléctrica, Óscar Guillermo Garretón, recuerda que, pese a que entre Guzmán y Golborne había una relación jerárquica, de jefe y subordinado, con el tiempo se fue volviendo cada vez más horizontal. "En Gener había una cultura bastante llana en el grupo que tomaba las decisiones", refiere el ex presidente de Fundación Chile.

Otro ex ejecutivo recuerda que los continuos viajes al exterior fueron afiatando más la afinidad entre Guzmán y Golborne. Este profesional rememora un road show por Europa, efectuado a fines de los 90, en el que participaron Philippi, Guzmán y el hoy ministro. "Al regreso, Laurence estaba feliz porque había estado en Escocia -la tierra de sus antepasados-; mientras que Juan Antonio relataba, con orgullo, el tour por la capital británica que les había hecho a sus dos acompañantes". El ex ministro conoce Londres a la perfección. Su PhD en Ingeniería lo cursó en el Instituto Politécnico de esa ciudad.

A mediados de los 90, Golborne compró una parte del terreno que Guzmán tenía en Maitencillo. Se hicieron casas vecinas y pasaron varios veranos en compañía de sus respectivas familias. De esa época data también el gusto por el golf que ambos comparten y que, hasta hace un tiempo, practicaban en el Club Lomas de La Dehesa.

Mao y los Cínicos

Que el principal nexo entre ambos es intelectual quedó demostrado hace apenas un par de semanas.

Juan Antonio Guzmán caminaba por Broadway, camino a una de sus librerías favoritas en NY, cuando vio un libro, instalado en la vitrina de Strand cautivó su atención. Compró dos ejemplares. A su regreso a Chile, telefoneó al destinatario del segundo libro.

-Laurence, te traje un regalo de Nueva York -fue todo lo que le dijo.

El ministro hizo un alto en su sobrepoblada agenda y decidió que esa misma noche debían juntarse a comer con sus respectivas señoras en el lugar habitual: el restaurante Oliva y Limón, del que ambos son dueños.

Cuando llegó la hora de entregar el presente, una sonrisa burlesca se dibujó en el rostro del empresario. Golborne quitó con rapidez el envoltorio y se largó a reír con ganas.

-Pensé que te podía ser de ayuda, sobre todo últimamente -disparó Guzmán, mientras su "discípulo" comenzaba a ojear la obra en inglés, sin dejar de sonreír.

Se trataba del libro Cynics del escritor y filósofo irlandés William Desmond, publicado en 2008. La obra repasa la historia de la escuela filosófica surgida en Grecia, cuyos seguidores planteaban que no eran necesarios los bienes materiales para ser felices, a la vez denunciaban la decadencia que mostraba la civilización griega en esos años. Para las navidades y cumpleaños respectivos, son libros los que estos ingenieros suelen intercambiar. El último texto que Golborne le obsequió a Guzmán fue Mao: The Unknown Story, de Jung Chang y Jon Halliday.

Polémica carretera

La Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico se reúne cada dos o tres semanas en el tercer piso de La Moneda, y a pesar de sus escasas sesiones de trabajo, la comisión encargada de formular un programa energético para los próximos años -encabezada por el ex gerente general de Gener y que cuenta con 14 miembros- tiene claridad sobre sus tres principales objetivos. Todos críticos para el actual sistema eléctrico.

El primero es planificar las probables matrices energéticas para Chile de aquí a 2025 con sus respectivos costos. El otro, estudiar las condiciones de competencia en el mercado local -a las que muchos atribuyen los altos precios de este insumo en el país-, y proponer un nuevo esquema, de considerarlo necesario. Si ésta es la definición, se requeriría un cambio en la Ley Eléctrica, es decir, pasar por el Parlamento, con las imprevisibles consecuencias que la administración Piñera enfrenta en un Congreso con mayoría opositora en ambas cámaras.

Finalmente, la comisión asesora tendrá que definir si el actual esquema de transmisión de la energía es eficiente o si se requiere diseñar uno nuevo. Este último punto es uno de los temas más sensibles para la industria y está directamente relacionado con el megaproyecto hidroeléctrico en Aysén, encabezado por Endesa y Colbún.

El sistema de transmisión es crucial para definir el tipo de matriz que Chile adoptará en los próximos años. El presidente Piñera lo dejó claro en su discurso del 21 de mayo, y lo reiteró en las entrevistas que concedió desde Italia y Francia, donde estuvo de vacaciones junto a su familia.

Probablemente uno de los temas más debatidos -aunque por distintos motivos- luego de la Cuenta Anual fueron el Acuerdo de Vida en Común y la denominada "carretera eléctrica pública".

Golborne sabe que se trata de un asunto clave. Y si bien fue Piñera quien le pidió a Guzmán encabezar el grupo de expertos, el propio biministro respaldó su nominación ante La Moneda. Tanto Guzmán como el titular de Energía tienen claridad frente a este tema: los lazos entre el maestro y su discípulo podrían incluso tener consecuencias en la próxima contienda presidencial.

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