Por María José López Enero 21, 2011

Colocolino de toda la vida -aunque no de los que van al estadio los fines de semana- su aterrizaje en Blanco y Negro no estuvo exento de críticas. Muchos lo apuntaron con dardos pues veían con malos ojos su relación familiar con Sebastián Piñera: Cecilia, hija del jefe de Estado, está casada con su hijo, Ricardo Levy. Por lo mismo, se cuida de la exposición, es reacio a dar entrevistas y no habla sobre la coyuntura política. Menos de la gestión presidencial de su consuegro.

En todo caso, es enfático en desmentir todo tipo de rumores que sugieren que él es "un palo blanco" de Piñera en el club albo: "Al presidente sólo lo he visto por la tele", se apura en precisar.

La mayor parte del día la dedica a su sillón en Blanco y Negro, mientras que el resto de su tiempo se divide entre la presidencia de Cerámica Santiago, la Fundación Misión Batuco (realiza actividades con la comunidad de esa comuna), su campo en Traiguén y sus hobbies.

"Entré al equipo porque vi una oportunidad para materializar un proyecto que tiene tres componentes que me han apasionado: el deportivo, el social y el empresarial. De oportunidad de negocio, nada. La verdad es que no conozco a nadie que haya invertido en el fútbol como una oportunidad de negocio".

Quienes conocen a Levy destacan sus múltiples pasatiempos: le gustan los caballos, practica aeróbica tres veces por semana, es aficionado al golf y colecciona autos antiguos. "Soy bueno para el cachureo, tengo cacharros viejos de 1917 a 1931. Un Fiat 600, un Daf 1960, un NSU Prinz, que fue mi primer auto. Era tan malo que lograba llegar a la universidad un día sí, un día no. También hay deportivos sesenteros", dice, orgulloso de su colección.

-¿Por qué decidió entrar al negocio del fútbol?

- El fútbol es una actividad empresarial totalmente diferente al resto, tiene un tremendo componente social y también pasional. Aquí uno entra a engrandecer una institución, y ello pasa por su infraestructura, sus logros deportivos, su área formativa, tratando que lo económico permita una sustentabilidad de largo plazo, porque también hay un compromiso con los accionistas. El acierto de introducir las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales (SADP) es que ahora esto se hace con criterios de mayor eficiencia, responsabilidad y transparencia.

- ¿Cuánto hubo de hincha y cuánto de oportunidad de negocios en su decisión?

- Soy colocolino de toda la vida, no de los que iban al estadio todos los fines de semana ni de los que recitan un plantel de 35 jugadores. Ahora, por supuesto, la cosa es diferente y, por lejos, Colo-Colo es en lo que invierto más tiempo y energía.
Entré al equipo porque vi una oportunidad para materializar un proyecto fascinante, que tiene tres componentes que me han apasionado: el deportivo, el social y el empresarial. De oportunidad de negocio, nada. La verdad es que no conozco a nadie que haya invertido en el fútbol como una oportunidad de negocio.

- ¿Por qué es atractivo?

- Es atractivo porque hay una oportunidad de aportar una experiencia empresarial, combinada con un componente social potente, que claramente incide en la calidad de vida de la gente. El fútbol no se puede mirar como una actividad tradicional, menos Colo-Colo. Esto es complejo, hay que compatibilizar el engrandecimiento institucional con resultados económicos que permitan viabilizar los clubes en el largo plazo. Ése es el gran desafío de todos los clubes hoy día.

- Los grandes empresarios que entran a este negocio no lo hacen en búsqueda de status: muchos ya son destacados en el mercado. ¿Se busca ejercer algún tipo de influencia o liderazgo distinto en la sociedad?

- Lo que se busca es aportar y los resultados están a la vista, ya que los beneficios que han traído al fútbol las SADP en estos pocos años son notorios: ha mejorado la infraestructura, la transparencia, las áreas formativas, el cumplimiento de los contratos con los jugadores y proveedores, etc. Queda mucho por hacer, pero vamos por el camino correcto. El fútbol estaba atrasado respecto de otras actividades, pero se está poniendo al día.

- Algunos señalan que se trata de empresarios exitosos en sus negocios, que aplican la lógica de otros sectores en los que son expertos, sin considerar que no son lo mismo que el fútbol. ¿Hay alguna autocrítica en ese sentido?

- Cuando esto partió, sin duda hubo un proceso de aprendizaje, pero el que deje a los hinchas de lado está cometiendo un tremendo error, porque ellos son clave. A veces hay que tomar medidas impopulares, pero eso pasa en cualquier actividad. Al hincha, especialmente al colocolino, lo que más le importa es ganar, y eso siempre lo debemos tener a la vista, pero el rol de los directorios también es actuar con responsabilidad y velando por todas las otras áreas de la institución, especialmente la social y la formación de jóvenes.

- Sobre las elecciones en la ANFP, ¿piensa que con la salida de Harold Mayne-Nicholls se cerró un ciclo?

-Era necesario un cambio en la conducción de la ANFP, principalmente para poner el foco en temas que no han sido prioritarios, en particular el torneo local, con todo lo que ello implica: un mayor apoyo a los clubes, mayor liderazgo en el tema de la solución de la violencia en los estadios, entre otros aspectos. El fútbol necesita una conducción participativa y menos personalista. Ese tipo de conducción llevó en ese período a una innecesaria polarización en los clubes que forman la ANFP. La gestión de Mayne-Nicholls tuvo cosas positivas que se deben mantener, el ejemplo más claro fue el buen trabajo que se hizo a nivel de la participación de la selección en el proceso de clasificación a Sudáfrica.

 

Su consuegro el Presidente

Elecciones en la ANFP: "Era necesario un cambio en la conducción, principalmente para poner el foco en temas que no han sido prioritarios, en particular el torneo local, con todo lo que ello implica: un mayor apoyo a los clubes, mayor liderazgo en el tema de la solución de la violencia en los estadios. El fútbol necesita un liderazgo participativo y menos personalista".

- El 2010 no fue fácil para Colo-Colo. Fue eliminado en primera fase de todas las copas en las que participó y perdió el campeonato tras estar a siete puntos de diferencia. ¿Cuáles son los planes para el club?

- A mi juicio, Colo-Colo cumplió un ciclo, exitoso, y ahora debemos trabajar para iniciar uno nuevo. En lo inmediato, ya se están viendo algunos cambios y estamos afinando un plan estratégico de mediano plazo, que abarca todas las dimensiones del club: la formación de jugadores; el equipo titular; la hinchada, infraestructura, administración y marketing. En eso estamos concentrados hoy, teniendo siempre presente que a Colo-Colo se le exige ser permanente protagonista, tanto a nivel local como internacional.

- ¿Cómo es su relación con los futbolistas? ¿Se reúne con ellos regularmente?¿Los ve antes de los partidos?

- Mi relación con ellos es buena y en la medida de lo posible he participado en algunas actividades en el Monumental, he asistido a entrenamientos y, algunas veces, visito el camarín después de los partidos. Hace un par de meses hicimos un asadito en mi casa, en que éramos más de 40 en un ambiente relajado y entretenido.

- ¿Cuál es su jugador favorito?

- Colo-Colo tiene tremendos jugadores, como Scotti, Millar, Jorquera o Miralles. Ahora sumamos incorporaciones de primer nivel, como Castillo, Alayes y Ormeño. Me tiran tallas con Wilchez, porque una vez dije que lo encontraba bueno y aperrado. A él le hago bromas para que se corte el pelo, pero la verdad es que no tengo ninguna preferencia. Éste es un equipo y debe comportarse como tal.

- Con su ingreso a Colo-Colo se generó ruido debido a su relación familiar con el presidente Piñera. Algunos decían que usted sería su representante en Blanco y Negro, y que su presencia ahí significaba la permanencia de Piñera.

- Finalmente el presidente vendió sus acciones de Colo-Colo y esos comentarios no tenían fundamento. Supongo que surgieron de personas que no me conocen, era un tema que obviamente concitaba atención y daba para titulares en el diario.

- ¿Es difícil estar emparentado con el presidente? ¿Qué es lo bueno y lo malo?

- Para nada difícil. Lo bueno de estar emparentado con él es que mi hijo se casó con una chiquilla espectacular y que soy abuelo de una nieta preciosa. Entre Pascua y Año Nuevo los fuimos a ver con mis tres hijas a Stanford. En cuanto al presidente, sólo lo he visto por la tele.

- ¿Piensa que el presidente se demoró en vender las acciones? ¿Usted cree que era necesario hacerlo?

- El presidente las vendió cuando creyó que era oportuno.

-¿Le complica cuando gente de su sector critica la gestión de Piñera?

- He oído más alabanzas que críticas al presidente. En Chile, hoy existe libertad de opinión y las personas son libres de expresar sus ideas. A mi juicio, lo que no corresponde es la crítica sin fundamento.

- ¿Cómo ve la relación entre el presidente con los empresarios? Ha habido momentos tensos, como Barrancones y el royalty, por ejemplo. ¿Considera que se ha manejado bien?

- No comento la coyuntura política.

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