Por Antonieta De la Fuente Julio 16, 2010

En  pleno desarrollo de un grupo empresarial que busca entrar de lleno en los grandes negocios están los Ergas. La familia, formada por el patriarca Jacob (75 años) y sus dos hijos -Andrés (43) y Jorge (41)-, junto al ex socio de McKinsey en Chile, Ezequiel Klas, quieren concretar al menos tres o cuatro nuevos emprendimientos cada año y conquistar nuevas industrias para diversificar su portafolio, hoy mayoritariamente concentrado en el área financiera e inmobiliaria.

El cerebro de esta nueva etapa es Andrés, el hijo mayor, ex banquero y actualmente dueño de la empresa turística Nomads of the Seas. Fue él quien, en su afán por seguir sumando nuevos emprendimientos, atisbó la posibilidad de crear un family office especializado en la evaluación de nuevas inversiones.

No fue una decisión muy pensada. Él reconoce que todo partió de manera espontánea, tras una conversación, a fines de noviembre del año pasado, con Klas, a quien conocía desde hace siete años ya que ambos son apoderados del mismo colegio donde estudian sus hijas. "Teníamos la idea de hacer un negocio juntos y ahí, en la mitad de la conversación, le dije ´por qué mejor no te vienes para acá´. En dos semanas Ezequiel ya había tomado su decisión", dice.

Después vino la etapa de hablar con la familia. Jacob apoyó la idea de inmediato.

"La oportunidad de incorporar a Ezequiel en nuestros negocios llena un vacío de muchos años. Ahora existe un trío que me tiene muy cómodo, donde me siento más apoyado, acompañado y con más energía que nunca. Estamos convencidos de que esta combinación nos permitirá llevar nuestros negocios al próximo nivel evolutivo", dice el patriarca.

En este family office se aglutinan todos los negocios familiares: el patrimonio que poseen en el Banco de Chile y sus activos inmobiliarios, que van desde Calama a Puerto Montt y Nomads of the Seas. El plan es que en todos los nuevos negocios que emprendan, entren como socios Jacob, Andrés y Ezequiel. El rol de Jorge será más indirecta. El segundo de los hermanos decidió dejar Movicenter, su joyita, fuera de este grupo y mantenerse más al margen. En todo caso, sí tendrá una participación a través de las sociedades que mantiene con su hermano: una compañía de seguros generales y algunas inversiones inmobiliarias. Además, dice Andrés, la "regla de oro" es que en todos los nuevos negocios a los que ingresan, se pregunten mutuamente si están interesados en entrar. "Por ejemplo, cuando hicimos Nomads, le pregunté si le interesaba. Dijo que no y todo bien", afirma.

Salud, educación y energías renovables

Hace tres meses que el nuevo equipo de los Ergas está con el acelerador a fondo afinando los detalles de su nueva plataforma. Sus cuarteles centrales se sitúan en las oficinas de Nomads of the Seas, en el cuarto piso del edificio de la calle Del Inca con Américo Vespucio, donde Jacob concentra el manejo de sus inversiones.

En este family office se aglutinan todos los negocios familiares: el patrimonio que poseen en el Banco de Chile y sus activos inmobiliarios, que van desde Calama a Puerto Montt y Nomads of the Seas. El plan es que en todos los nuevos negocios que emprendan, entren como socios Jacob, Andrés y Ezequiel. El rol de Jorge será más indirecto.

Ya reclutan nuevos talentos para conformar un departamento de estudios que evalúe los potenciales nuevos negocios. Y están en pleno desarrollo del primero de sus emprendimientos: un edificio mixto, habitacional, de oficinas y comercial que levantarán en el paño de 3 mil hectáreas que poseen en la esquina de Vitacura con Lo Beltrán, donde antes estaba la feria de artesanos de Vitacura.

-¿Qué industria miran con mayor interés?

Ezequiel Klas: Ya estamos en el sector inmobiliario, financiero y de turismo. Y nos interesa diversificarnos. Creemos que salud es interesante, también la educación y energías renovables y sustentables, pero no nos cerramos a ninguna industria en particular.

-¿Qué proyecto evalúan en el ámbito energético?

Andrés Ergas: Tenemos uno de los paños más importantes de Chile en términos de capacidad eólica. Tiene un potencial gigantesco. El problema es que en Chile este materia todavía no está regulada, ni hay incentivos para las energías renovables. Es súperatractivo, pero debemos sentarnos a analizarlo. El problema que tienen aquí los proyectos eólicos es que te compran la energía spot. Y eso hace muy difícil cuantificar un proyecto y llevarlo a un banco para conseguir financiamiento, porque no tienes un contrato.

-¿En qué negocio no ingresarían por nada del mundo?

Andrés Ergas: Más que con el negocio tiene que ver con el socio o con el esquema. Uno nunca sabe, no nos cerramos a priori. Pero si me preguntas, ¿te meterías al negocio de armas? Difícil análisis, no va con nosotros y no sé si lo miraría, pero no lo sé. ¿Si me metería en el negocio de la energía nuclear? Tengo sentimientos encontrados con eso.

-¿Participarán o a mirarán todas las oportunidades que se abran en el mercado? ¿Los veremos ir detrás, por ejemplo, de negocios como el de CHV o Lafarge?

Andrés Ergas: Oportunidades hay miles, pero después de que lo metes a la juguera, lo parametrizas, le pones tus gustos personales, tus ratios, tus criterios, etc., al final lo que te va quedando es poco. Inicialmente hay que ver todo, explotar las redes y ahí ver qué se concreta.

-¿Tienen alguna meta de negocios a los cuales entrar?

Andrés Ergas: Al año tenemos que mirar entre 30 y 40 proyectos. Luego, hacer una lista corta de cinco a diez para analizar en profundidad. Y, mínimo, tratar de concretar dos o tres.

-¿Cuánto es el patrimonio que tienen para invertir?

Andrés Ergas: Justamente una de las fortalezas que tenemos es ésa: que no se sepa si somos grandes, chicos o medianos. Somos de bajo perfil, nos gusta vivir tranquilos y que no nos molesten.

Segundo aire

No sentarse sobre billetes

Andrés y Jorge Ergas son la segunda generación empresarial de una historia iniciada por Jacob Ergas hace más de 50 años. El empresario es conocido en el mercado por ser un hombre que mira a largo plazo y que siempre está buscando nuevas tendencias para apostar ahí sus fichas. Una de sus frases es que "es más inteligente hacer negocios, invertir, crecer y seguir pensando y diversificar, que sentarse sobre billetes".

Hasta ahora ese dinamismo ha sido más visible en el área inmobiliaria, donde se le considera un genio a la hora de descubrir nuevos barrios.

Por eso está tan entusiasmado con la nueva etapa que comienza el grupo. "Disfruto y me apasiona hacer negocios, independiente del tamaño o complejidad que presenten. El hecho de desarrollarlos es lo que me gusta. Hubiese sido imposible para mí hacer negocios por más de 50 años si no me apasionara tanto", dice.

El origen de la fortuna familiar se remonta a una pequeña fábrica de ropa que el empresario, de origen judío sefardí, abrió en los años 50. Pero fue la casa de cambio, situada en pleno centro de Santiago, la verdadera catapulta a las grandes ligas del negocio financiero local. Siempre en asociación con su hermano, Isaac, quien murió en 1992, creó una financiera, en la que fue socio de Marcelo Calderón, la familia Avayú y Moni Ergas. Luego entró como socio al Banco Israelita y después en el Banco O´Higgins. De ahí vendrían el Edwards -al que ingresó en 1986- y el Banco de Chile, institución en la que posee el 5,82% de la propiedad (es el tercer mayor accionista después de los Luksic y el Citi).

Pero su carrera no sólo se centró en lo financiero. Trajo a Chile la representación de las marcas de automóviles BMW, Mitsubishi y Seat,  y fue por algunos años el propietario de la licencia de Pepsi en el país. En los tiempos de la Unidad Popular decidió emigrar a Estados Unidos, pero regresó en 1975 y, siempre con su hermano, tomó el control de la corporación Kappes, una de las mayores firmas de seguros del país. A principios de los 80 decidieron vender esa compañía e invertir en activos inmobiliarios.

Su hijo Andrés siguió sus pasos en el mundo financiero. Partió con un factoring y luego lideró la apertura de HNS, uno de los primeros bancos de nicho del país, que vendió en 2007 al holandés Rabobank, por una cifra que, según la industria, bordeó los US$ 50 millones. Sin embargo, el turismo lo capturó. Desde hace por lo menos cuatro años, que parte importante de su tiempo lo pasa a bordo del lujoso yate "Atmosphere", que recorre los fiordos de las Patagonia, o explorando las nuevas ubicaciones que la empresa Nomads pretende abrir en San Pedro de Atacama, la cordillera de la zona central del país y el extremo austral de Chile.

-¿Cómo compatibilizan la continuidad en los negocios familiares con las nuevas inversiones que desarrollan?

Andrés Ergas: Tenemos la fortuna de estar sentados sobre algo que creó mi papá en un inicio, que luego nosotros continuamos y a lo que ahora venimos a agregarle nuevos proyectos. No venimos a inventar la pólvora. Lo haremos de una manera diferente, cuidándonos de guardar todo lo que tenemos y que nos siga yendo bien. Pero ahora con un apetito un poco mayor por descubrir e investigar cosas nuevas.

"Al año tenemos que mirar entre 30 y 40 proyectos. Luego, hacer una lista corta de cinco a diez para analizar en profundidad. Y, mínimo, tratar de concretar dos o tres". dice, Andrés Ergas.

Jacob Ergas: Efectivamente, hay una visión de futuro. Pero la familia tiene un legado que no queremos desconocer, una gran herencia con importantes atributos. Y es desde esa plataforma que Andrés quiere comenzar a construir y agregar valor a los negocios futuros.

Minoritarios y globales

A Jacob Ergas le gustan los socios. En casi todos los negocios en los que participa se preocupa de entrar acompañado. Estuvo ligado a Benjamín Paz -en Paz Froimovich y Movicenter-, compartió proyectos con la familia Menéndez Ross, los Grass de Socovesa, además tuvo partners internacionales, como American Express y GE Capital.

Por eso, en los nuevos emprendimientos del clan irán acompañados. "No buscamos una estrategia de control. No queremos ser mayoritarios y, por lo general, si nos ofrecen un negocio, traemos a uno o más socios de la mano, que creemos que pueden aportar", comenta Andrés.

Ya están en conversaciones con varios. Aunque prefieren no dar mayores detalles porque tienen firmados contratos de confidencialidad, adelantan que planean un nuevo emprendimiento con uno de los mayores grupos empresariales de España, y que se han acercado a inversionistas coreanos y franceses.

Desde sus cuarteles centrales en el cuarto piso de un edificio en calle Del Inca con Américo Vespucio, el grupo ya recluta nuevos talentos para formar un departamento de estudios. En la mira están inversiones en salud, educación y energías renovables.

"Nos encanta operar en forma global. En un mundo ideal, nos gustaría sentarnos en una mesa bastante internacional y no 100% chilena. Ésa es una de nuestras fortalezas. Tenemos un network potente hacia afuera y podemos agregar un ingrediente de internacionalización en empresas que, de alguna manera, estén topadas acá en Chile", sostiene Andrés. "Buscamos negocios que sean escalables. Existe mucho potencial de crecimiento. Chile es chico y buscamos escalabilidad aquí y fuera del país", agrega Klas.

-¿Cuál es el perfil de socios que buscan?

Andrés Ergas: Nos da lo mismo. Estamos asociados a los más grandes y podemos hacerlo también con los más chicos. Tenemos afinidad con socios de círculos cerrados y abiertos. Lo que sí, no nos gustaría asociarnos con personas que tengan prácticas muy diferentes a las nuestras.

El nuevo gobierno

Los nuevos bríos de los Ergas están asociados directamente al momento económico y político que vive el país. Los miembros del clan están optimistas con el nuevo gobierno.

"Estoy contento. Creo que vamos en buen camino para cerrar la brecha que existe desde hace tiempo entre el sector público y el privado en términos de exigencia, desempeño y nivel salarial. Ésta es una gran oportunidad para Chile. Recordemos que la magnitud de responsabilidad e impacto de los líderes del sector público es igual y muchas veces mayor a la del sector privado", dice Jacob Ergas. Andrés afirma convencido que "de los cuatro años que quedan de gobierno saldremos fortalecidos y tendremos un mejor país".

-¿Cuál es su visión de la economía?

Jacob Ergas: Veo a Chile muy bien. De hecho, no recuerdo que en el pasado haya estado en mejor situación. Tenemos una economía sólida, estabilidad política y apertura para el ingreso de capitales. Los empresarios chilenos ya logran tener un estilo y hábito de clase mundial. Además, existe acceso a crédito, confianza para invertir y transparencia.

Andrés Ergas: Chile se está acercando a ser un país desarrollado. Vamos por el camino correcto, tenemos gente muy capaz liderando los temas políticos y económicos. Es un país con un orden importante, semillero de empresas.

Ezequiel Klas: Cualquiera que vio, vivió o hizo negocios en otros países, cuando viene a Chile realmente valora los tres cuartos de vaso lleno más que lo vacío. Siempre hay cosas que mejorar, pero el balance es muy positivo. Los empresarios chilenos invierten en su país, hay confianza, continuidad.

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