Por Alejandra Costamagna, escritora Diciembre 11, 2013

La historia es real: una mujer, en 2005, envió más de quinientas cartas dirigidas al Viejo Pascuero, supuestamente escritas por niños en situaciones dramáticas (huérfanos, ciegos, enfermos), en las que pedía bicicletas, relojes, plasmas, computadores y otros regalos. El destinatario, en realidad, no era el Viejo Pascuero sino Correos de Chile, la empresa que había convocado a una campaña solidaria para apadrinar a los emisores de estas peticiones. Pero las cartas apócrifas, escritas con distintas letras y firmadas con diversos nombres de fantasía, conmovieron a los lectores de Correos y, de un día para otro, la mujer empezó a recibir en su casa de Maipú bicicletas, relojes, plasmas, computadores y buena parte de lo que había pedido. Hasta que a los vecinos les pareció sospechoso tanto regalo repentino y la denunciaron. La conducta, sin embargo, no estaba tipificada como delito, de modo que la mujer no fue detenida. Pero tuvo que devolver los regalos a la empresa y ofrecer disculpas públicas. “Si a mí me engañan, yo engaño de vuelta. A mí me están robando, no sé quién, pero sí sé que me están robando”, dijo entonces la acusada.

El caso sirvió de inspiración a la dramaturga Carla Zúñiga y a la directora Daniela Aguayo (responsable de las obras Niñas araña y El hombre del cartel, que también se basan en casos reales) para llevar a escena La mujer que estafó al Viejito Pascuero, un montaje en clave de comedia negra, a ratos muy chistoso, que acentúa el sentido de “reparación informal” en la conducta de la protagonista: una mujer a cargo de un hermano enfermo y dos sobrinos abandonados por su otra hermana, que vive al tres y al cuatro y se sacrifica todo el tiempo para mantener a los demás. Una mujer esforzadísima y consciente de ser estafada a diario por un sistema que lucra con el dinero de su pensión, de su salud, de la educación profesional que no tuvo y a la que aspira su sobrina. La protagonista de esta historia no es una heroína inmaculada, pero basta con que sea una mujer de este Chile lleno de contradicciones. Una obra lúcida para ver en vísperas de Navidad.

“La mujer que estafó al Viejito Pascuero”: hasta el 14 de diciembre en el GAM.

Relacionados