Por Yenny Cáceres Agosto 25, 2011

Después de Iron Man le teníamos fe a Jon Favreau. Con su adaptación de este superhéroe, el director demostró que sabía reírse de sí mismo, muy consciente de que un producto de entretenimiento tiene una regla básica: no aburrir. Por eso, pese a que desde el título generaba sospechas, existía alguna posibilidad de que Cowboys & Aliens fuera algo más que el pastiche que es. Le teníamos fe al casting: uno de los aciertos de Iron Man fue el fichaje de Robert Downey Jr. No parecía mala idea entonces reunir a héroes de dos generaciones en una misma película: Harrison Ford y Daniel Craig.

Y hasta nos tragamos durante una hora de metraje la descabellada trama de Cowboys & Aliens: el ataque de unos alienígenas  en uno de esos típicos pueblitos que hemos visto en decenas de westerns. Todo ambientado en el siglo XIX, por supuesto, con Craig como el antihéroe con un turbio pasado y Ford como el déspota de turno. Pero cuando Favreau cae en el sentimentalismo y en la enésima vuelta de tuerca de su historia, sabemos que el aburrimiento es inminente y que ni los músculos infartantes de Daniel Craig -que hacen que Harrison Ford parezca su abuelito- nos permitirán pasar el mal rato.

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