Por Felipe Hurtado H. // GettyImages. Agosto 11, 2017

Francisco comenzó a nadar hace siete años. Lo hizo porque sentía que necesitaba hacer algún ejercicio al llegar a los 40. Eligió la natación no sólo porque es un deporte completo, sino también porque es de los pocos que le producen placer. Meterse al agua, reconoce, lo relaja. Puede hacerlo a su ritmo sin tener que cansarse demasiado y, además, le permite concentrarse en las brazadas y patadas, desconectándose del ajetreo del día a día, aunque hay veces en que también logra reflexionar sobre sus preocupaciones.

La natación es uno de los ejercicios más completos que existen. Diversas investigaciones aseguran que sirve para realizar trabajo cardiovascular, perder peso y tonificar los músculos, con el beneficio de que, a diferencia de otras disciplinas, no acarrea los riesgos para el cuerpo de las actividades de alto impacto. Sus distintos estilos producen diferentes beneficios, siendo el mariposa el más efectivo para quemar calorías; y espalda, el mejor para trabajar la postura.

De ahí que sean cada vez más las personas que se deciden a practicar este deporte en piscinas temperadas, lo que les permite realizarlo durante todo el año. Esto se condice con la necesidad de distintos clubes y gimnasios en Santiago de ofrecer este servicio.

Los recintos cuentan con líneas separadas según el nivel de expertise y la rapidez del nadador.

Pamela Torres, coordinadora del Centro Deportivo Rolf Nathan, en Las Condes, describe parte del perfil del entusiasta que llega hasta sus dependencias para pasar un buen rato en el agua.

“Durante el día, son más mujeres que hombres quienes vienen. Una relación de 60-40, diría. Después de las 18:00 horas, el asunto cambia radicalmente y se ven más hombres que mujeres”, dice la funcionaria, que cuenta que la municipalidad se apresta a inaugurar una nueva piscina bajo techo en Camino El Alba con Paul Harris, especialmente dedicada para los vecinos de la comuna.

Son los varones los que más se lanzan a la piscina para dedicarse a nadar, mientras que ellas prefieren más las clases dirigidas, con cursos de distintos tipos de gimnasia acuática.

La edad promedio está alrededor de los 50 años, aunque hay una importante presencia de jóvenes, a partir de los 25. Mientras que la media de tiempo que pasan ejercitándose oscila entre los 90 y 120 minutos.

Para nadar, los recintos cuentan con líneas separadas según el nivel de expertise y la rapidez del nadador. Así, existen las zonas lentas, medianas y veloces. En casi todos los casos, cada aficionado tiene claro cuál le corresponde, aunque de todas formas siempre hay un encargado disponible para enrielar a los que se pierden dentro del agua.

Youtopia Club se instaló hace dos años en mall Vivo Trapenses, en Lo Barnechea. Ahí cuentan con una piscina semiolímpica con distintos niveles, desde principiantes a deportistas aficionados que se preparan para competencias, especialmente para triatlones.

Consuelo Guajardo, manager comercial del lugar, comenta que la gente asiste ahí por diferentes motivos. “Hay algunos que vienen para adelgazar, otros para tonificarse y también hay quienes simplemente se acercan porque quieren hacer algún deporte y desconectarse por un rato. Varias personas vienen a entrenar para algún torneo de triatlón, por ejemplo. Hasta ahora se ha notado mucho interés y un crecimiento sostenido en la gente que se suma a nuestro club”.

 

No todo es nadar

Nadar no es el único ejercicio que busca la gente en una piscina. Eso lo tienen claro en la gran mayoría de los centros que ofrecen este servicio, que se han dedicado a diversificar la oferta.

Así, por ejemplo, en Youtopia hay clases de hydropower (actividad acuática con implementos que mezcla resistencia muscular y tonificación), cardiotraining (enfocado en el trabajo cardiovascular por sobre el muscular) y el Navy SEALs (trabajo de alta intensidad inspirado en el entrenamiento militar de las fuerzas armadas estadounidenses).

En otros lugares se realizan cursos de yoga, de aquafitness o aquagym (una versión acuática de la popular aeróbica de los 80), aquaresist (ejercicios con alta demanda de oxígeno), el aquafull (mezcla de resistencia aeróbica, anaeróbica y acondicionamiento físico) e hidrogimnasia (actividad física con música), entre una buena cantidad de variantes.

También hay centros que poseen sectores con chorros descontracturantes y tratamientos de relajación.

La piscina cuenta con una amplia gama de alternativas para sacarle provecho al agua, siempre teniendo en mente la realización de actividad física. Y una de sus grandes ventajas sobre otros deportes es que permite relajarse mientras se consume energía.

Para Francisco, estar dentro del agua le genera ese justo equilibrio; se ejercita, logra evadirse un poco y también meditar mientras cruza la piscina de lado a lado. Se siente libre de seguir su rutina o hacer otra cosa, consciente de que en eso está una de las gracias de meterse al agua.

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