Por Ceina Iberti Noviembre 25, 2016

Mejorar el aprendizaje de los alumnos es un desafío de por sí difícil, y entregar una educación de calidad es una obligación. Así, al menos, es como entienden su labor los profesores que trabajan en los establecimientos que este año alcanzaron los mayores progresos y mejoras escolares, en esta nueva edición de Supérate.

Para medir esos avances se construyó un Índice de Mejora Escolar (IME), el que permitió conocer la evolución en el tiempo de un colegio según los puntos de avance en las pruebas Simce. La metodología, a cargo Pilar Alcalde, académica de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la U. de los Andes, consideró todas las pruebas que rindieron los escolares del país entre 2010 y 2014. Así, un establecimiento que obtuvo un índice de 13 logra mejorar en promedio 13 puntos Simce cada año, por ejemplo, pasando de 250 puntos promedio en 2010 a 302 puntos promedio en 2014, considerando todas las asignaturas y niveles.

De esta forma, el trabajo permitió detectar a los colegios que más avanzaron en cada región del país, esto es, aquellos que lograron dar verdaderos saltos cualitativos en el aprendizaje de sus alumnos en una ventana de apenas cinco años.

Lo cierto es que tras cada punto de avance lo que hay es la aplicación de metodologías pedagógicas que han sido lideradas por los equipos directivos de cada uno de estos establecimientos destacados. Si bien cada comunidad escolar vive y enfrenta realidades muy diferentes, estas exitosas experiencias muestran que existen estrategias transversales en los colegios que atienden a niños vulnerables. No son los únicos ingredientes, claro está, existen muchos otros, pero los casos destacados de esta medición muestran que ellas son la base para lograr avances reales y sostenibles en el tiempo.

El primer foco común es alinear al cuerpo académico con el proyecto pedagógico del colegio. Un segundo, implica capacitar y apoyar a los docentes. Aumentar los niveles de asistencia a clases es otro de los esfuerzos comunes, para lo cual algunas escuelas han contado con buses de acercamiento y otras se han enfocado en dar premios simples, como una pelota de fútbol, a los cursos con menor ausentismo. Otra clave es el trabajo para comprometer a las familias en la educación de sus hijos, las que muchas veces están conformadas sólo por la madre. Y, sobre todo, las escuelas exitosas se esmeran día a día por motivar a los alumnos a esforzarse, a que sean capaces de soñar con un futuro mejor.

Por lo mismo, es especialmente notable el trabajo realizado por los docentes de los colegios vulnerables consignados en esta medición, que a diario enfrentan el reto de ofrecer una educación de calidad a niños más desfavorecidos. Son establecimientos como el Colegio Simón Bolívar, en La Pintana; la Escuela Marta Colvin, en Chillán, y Andalién, en Colina. Todos ellos lograron avances importantes, al aumentar más de siete puntos cada año, con promedios Simce entre los 218 y 252 puntos.

colegios ganadores

Rompiendo paradigmas

“Educación de calidad, éxito del mañana”. Tal es el lema de la Escuela Francisco Forgione, establecimiento que por segundo año consecutivo encabeza la lista de los colegios que más han mejorado su rendimiento escolar en la Región de Tarapacá. Ubicado en Iquique, cuenta con un 68% de estudiantes vulnerables, pero cuyos padres —a diferencia de lo que sucede en otros colegios de características similares— están comprometidos con el futuro de sus hijos. ¿Qué hicieron? Organizar, cada mes, asambleas de padres, y aunque al principio costó que asistieran los apoderados, hoy cuentan con la participación de casi todas las familias; para lograrlo se entregaron, vía concursos o sorteos, premios como utensilios de cocina o canastas de comida.

colegios gan 2Otro establecimiento que por segunda vez lidera en la Región de Arica es el Liceo Bicentenario Jovina Naranjo Fernández. En 2007, la realidad era distinta. Contaba con menos de 500 alumnos, hoy son 900; cerca de 90 niños desertaban cada año, los grados de ausentismo eran altos y el aprendizaje de los estudiantes se situaba en torno al 40%. A fines de ese año, Juan Zenteno asumió la dirección de este liceo municipal y, tras una serie de reformas, partiendo por un ordenamiento institucional, comenzó a brillar. Zenteno señala que el principio que rige la gestión académica es la confianza, confianza en los docentes y en el liderazgo compartido.

Un camino similar al que siguió el Liceo Bicentenario Diego Portales Palazuelos, el establecimiento que presenta el mejor Índice de Mejora Escolar en el país. Entre 2010 y 2014 aumentó, en promedio cada año, 18 puntos en las pruebas Simce. Clave para ello fue la capacitación de los profesores y las metodologías del Plan de Apoyo Compartido, del Mineduc, y las recomendaciones pedagógicas trazadas en el proyecto liceos bicentenario, las que se siguen aplicando. Su director, Rolando Morales, destaca que en este cambio radica, principalmente, la premisa de que un profesor avanza en la medida en que sus estudiantes demuestran que han incorporado los aprendizajes.
Aunque no hay una receta mágica, además de una buena gestión académica, para cambiarles el rostro a establecimientos que por años cargaron con el estigma de ser “malos”, se necesitan entrega y dedicación. Como lo señala Filomena Rojas, directora del Colegio Irma Salas Silva, “el afecto siempre va acompañado de que uno lo que quiere es que ellos surjan”. La directora del Centro Educacional Crisol, Evelyn Olivares, está convencida de que “más que un deber, es una obligación estimular y ayudar a los escolares para que desarrollen sus potencialidades”.

Reggaetón en el aula

El primer foco común es alinear al cuerpo académico con el proyecto pedagógico del colegio. Un segundo, implica capacitar y apoyar a los docentes.

Enseñar poesía y ciencia era una tarea titánica para el Colegio Polivalente Alejandro Flores, ya que los alumnos no lograban retener los conceptos. La solución vino de la mano de estrategias alternativas, basadas en las motivaciones de los estudiantes. Así, el regetón pasó de los patios a las aulas, las letras de las canciones sirvieron para enseñar las figuras literarias que se usan en poesía. Mientras que materias como ciencia se enseñan a través del teatro o pruebas de libros, en las que los estudiantes elaboran cómics o fotonovelas. Prácticas diferentes que han logrado que este colegio, inserto en el barrio Einstein, ubicado en Recoleta, subiera en promedio 10,76 puntos en las pruebas Simce. Óscar Escobar, su director, es categórico: “Hay que desarrollar todo tipo de habilidades e inteligencia. Estamos ciegos cuando nos limitamos al sistema clásico conductista, donde se responde a través de una interrogación”.

En Alerce, localidad entre Puerto Montt y Puerto Varas, se encuentra el Colegio Mozart. Un proyecto pedagógico del profesor de Música Delfin Ojeda, en el que imperan clásicos como Vivaldi, Haydn y Mozart. La música es el vehículo que se utiliza para enseñar. Por ejemplo, las tablas de multiplicar se aprenden cantando. Como en una gran orquesta, los valores que intenta transmitir son el compañerismo, el orden y el respeto por el otro.

Como si se tratara de una asignatura más, una vez a la semana los niños de la Escuela Básica Mare Nostrum, ubicada en la comuna de Arauco, reciben una clase de orientación, en la que durante 45 minutos se les entregan herramientas para la vida y buena convivencia. En esta escuela municipal, cada mes se toca un valor diferente, por ejemplo, en septiembre se les inculcó el amor por la patria.

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