Por Qué Pasa Febrero 8, 2016

En 2012, Gonzalo Vial Concha fue el primer cliente de Caval. Sólo trece días después de que constituirse con un capital de $6 millones de pesos, la sociedad emitió su primera factura por $54 millones a Inversiones Graneles Ltda, holding controlado por el empresario, que es hijo del dueño de Agrosuper y propietario de diversos negocios vinculados con la agricultura y la minería.

Fue la primera factura de muchas: en apenas un año, los pagos a Caval alcanzaron un total de $ 1.384 millones por asesorías en temas tan diversos que iban desde proyectos mineros e inmobiliarios, hasta un estudio sobre profundidades marinas

Ya conocido el negocio de Machalí, los negocios entre Caval y Vial Concha también levantaron sospecha y la Fiscalía de Rancagua los incluyó en su investigación. Además de la posibilidad de que existieran delitos tributarios, llamaban especialmente la atención dos trabajos que realizó Sebastián Dávalos para el empresario mientras aún trabajaba en la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería.

Por un par de meses, aunque prosiguió la investigación la arista no volvió a tener eco en los medios hasta que Vial Concha fue citado a declarar por segunda vez ante la fiscalía en calidad de testigo. Su declaración le añadió un nuevo ingrediente a la trama: el empresario apuntó a un posible caso de estafa.

De acuerdo a su versión, en el marco de las asesorías Natalia Compagnon le entregó una serie documentos que contenían información, supuestamente obtenida de correos electrónicos, que hacían alusión a maquinaciones de terceros en contra de los negocios del empresario. Concha Vial sospecha que se podría tratar de documentos falsos, utilizados para obtener dinero.

Lo cierto es que el empresario –a quien quienes lo conocen lo describen como sumamente desconfiado– terminó contratando a Victorino Arrepol, ex asesor financiero de Caval, para que le hiciera un plan de manejo de información de todas sus empresas.

Además de realizar las gestiones para la obtención del crédito, al igual que Sergio Bustos, Arrepol también colaboraba en Caval con sus servicios de hacker: durante el tiempo que trabajó en la empresa facilitó cerca de 1.600 correos a los Compagnon y Valero. La línea entre lo que era verdadero y lo que era falso era siempre muy difusa.

Antes de la declaración de Vial Concha, varios de estos documentos ya estaban en el radar de la fiscalía. El hacker había sido acusado de falsificar un mail del ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga –delito por el que podría ser formalizado– y seis meses atrás, Isaac Givovich, yerno de Joaquín Lavín, declaró ante la fiscalía que Juan Díaz le dijo que la dueña de Caval tenía correos que vinculaban a personeros de la UDI en una red de espionaje.

Para aclarar el tema de los correos, la Fiscalía y el defensor de Victorino Arrepol, Andrés Cruz, ya tienen acordada una nueva declaración.

 

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