Un día de 2012, el joven pintor chileno Salvador López fue a la sede de ANFP y la encontró fea. Fome. "Pensaba: cómo aquí no va a haber colorido, nada que le dé onda", dijo en entrevista con Un país generoso, de Radio Zero.

Por lo mismo, pensó que sería buena idea regalarle uno de sus cuadros a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. A través del Círculo de periodistas deportivos, logró que lo invitaran a la ceremonia oficial de lanzamiento de la Copa América 2015, que la Roja terminó ganando. En la ocasión tuvo la oportunidad de compartir con Sergio Jadue, en ese entonces presidente de la ANFP, y Nicolás Leoz, cabeza de la Conmebol.

Cuando llegó el momento de que López le entregara el cuadro a Jadue, este no lo miró, según cuenta, con buena cara. "Justo en ese tiempo estaba todo el tema de las barras, había pasado lo de Bielsa hace poco y una de las frases del cuadro era Ni la traición nos doblegó, ni la traición pudo imponerse".

Días después, el pintor recibió un llamado. Era un asesor de Jadue preguntándole si quería darle un mensaje encubierto en su obra, a lo que le respondió que no mirara debajo del agua.

Pasó el tiempo y a López lo invitaron a exponer en el edificio de Telefónica en la Plaza Italia. "Fui a buscar el cuadro, uno de mis mejores, y me dijeron que no, que ese cuadro era un regalo para don Sergio, siendo súper enfáticos en que estaba equivocado. Me comenzaron a pelotear de una oficina a otra, donde descubrí que Jadue se había quedado con el cuadro". Ahí terminó conversando con la secretaria del calerano, quien le dijo que hablaría con su jefe para que solucionaran el tema.

Al otro día, recibió un mail, ahora de otro asesor.  "Me decía que cómo era posible, que lo que se regalaba no se quitaba". Finalmente, tuvo que exponer sin el cuadro que le había regalado al fútbol chileno.

Hasta que Jadue escapó a Estados Unidos y todos comenzaron a hablar. "Seguí insistiendo y le escribí a este asesor que quería mi cuadro. A lo que me respondió: 'Lo vendió. Qué cagazo'.