Por Diego Zúñiga, autor de "Soy de Católica" Diciembre 23, 2014

Las estadísticas son fatales e indesmentibles: en el último campeonato, la UC ganó sólo 5 partidos, perdió 10, empató 2 y terminó en la posición número 14, allá, casi al final de la tabla, jugando a nada, como hace muchos años no ocurría. Jugando pésimo, en realidad, sin ideas, sin un proyecto, sin entrenador, pues Julio César Falcioni fue despedido dos fechas antes de que acabara el campeonato, cuando ya nada se podía hacer. Esa Católica -la peor versión de la última década- fue la que le tocó reportear a un grupo de hinchas que desde hace años vienen cubriendo al equipo en distintos medios alternativos, páginas web, radios online, lugares que inventaron para hablar de su pasión, de su obsesión. Hinchas cruzados -algunos periodistas, abogados, profesores, publicistas, estudiantes universitarios-, juzgando que los medios tradicionales no cubrían al equipo de la misma forma que lo hacen con Colo-Colo y Universidad de Chile, decidieron tomar el micrófono y crear espacios para hablar de Católica, de sus novedades, de sus problemas, de sus aciertos. Pero este año, este segundo semestre sobre todo, tuvieron que hablar de derrotas.

-Fue superdifícil -dice la periodista Alejandra Saavedra (31), conductora del programa Planeta UC, de radiosport.cl, uno de los más escuchados-, porque somos once los que hacemos el programa y tratamos de analizar los partidos, pero cuando no resulta nada, todos andan enojados y tienen pena, entonces te vuelves repetitivo. El ánimo no es el mejor.

-El problema es que nos ilusionamos con la llegada de Falcioni -cuenta Bruno Sampieri (22), estudiante de Periodismo y fundador de la radio online y sitio web Frecuencia Cruzada-, pensamos que íbamos a superar las campañas anteriores, pero al final todo fue un fiasco, y tuvimos que hacernos el ánimo para seguir.

Sampieri fundó la radio a fines de 2012 y la financia junto a otros hinchas. Transmiten los partidos desde el estadio -ya sea en Santiago, regiones e incluso desde el extranjero- y no ganan dinero con el proyecto, lo hacen todo por amor a la camiseta y sin esconder su preferencia. Lo mismo ocurre con Arriba y cruzado, programa de Radiodelacato.cl -proyecto fundado por Daniel Ortega y Javier Ponce-, que comenzó en enero de 2013.

-Éramos un programa de análisis, sobre todo -cuenta el profesor de inglés Álvaro Duque (31), uno de sus conductores-, pero como en este campeonato perdíamos y perdíamos, nos cansamos de hablar sólo de cosas negativas de la UC, así que abrimos el programa y empezamos a hacer entrevistas. Tuvimos a Alberto Acosta, a Fabián Vásquez y a Gerardo Reinoso, a algunos accionistas, hinchas. Porque aquí pasa lo mismo que en el estadio: cuando el equipo pierde, menos gente va, y en nuestro caso, cuando el equipo pierde, menos gente nos escucha.

Estas dificultades no sólo las viven estos medios alternativos, sino también los oficiales, como el programa Cruzados, que se emite por el CDF.

-Fue un semestre complicado para nosotros -cuenta el estudiante de Periodismo Nicolás Mesías (22), quien está a cargo de producir gran parte del contenido del programa-, porque había semanas que no sabías qué poner porque los jugadores no querían hablar, no tenían ánimo y uno los entiende. Antes nos podíamos meter más a los entrenamientos, entrar en la intimidad de los jugadores, pero este semestre fue difícil.

Hoy todos están ilusionados con la llegada de Mario Salas. Dicen que le cambiará la cara al equipo, que les sacará rendimiento a los jugadores, que sabrá escoger los refuerzos, que logrará trabajarlos anímica y psicológicamente, que eso necesita Católica: un técnico motivador y trabajador. Dicen que es difícil conseguir resultados positivos tan pronto, que este próximo campeonato será de transición. Pero tienen fe.

-Siempre que llega un técnico nuevo y empieza un proceso, te esperanzas -dice Alejandra Saavedra-, porque eso es lo que hace el hincha. Si el hincha no tuviera esperanza de que todo mejorará, no sería hincha.

Ellos, que son hinchas y comunicadores, no tienen duda. Sólo piden tiempo y, sobre todo, paciencia.

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