Por Lorena Gallardo Gil Octubre 3, 2013

© Marcas

A la hora de elegir un auto, el gusto entra por la vista. En los más de 100 años de la industria automotora mundial, no hay ningún fabricante que haya dejado de lado el concepto de belleza. Por el contrario, éste ha sido uno de los grandes diferenciadores entre una y otra marca. 

Y sólo basta visitar algún museo de las marcas más tradicionales del mundo -sean europeas o estadounidenses- o participar en eventos de autos clásicos, para darse cuenta que los modelos antiguos cautivan a grandes y chicos. Su elegancia y muchas veces ese carácter rompedor para su época son, sin duda, elementos que marcaron las primeras décadas de la fabricación del automóvil.

En el Salón de Frankfurt, que se realizó en septiembre, se pudo apreciar en los más de cien lanzamientos mundiales -entre autos de producción y conceptuales- que sin importar el origen y el segmento al que apuntaban, el diseño fue uno de los platos fuertes del auto show alemán. Pero no como un elemento estético, sino porque la imagen se puso al servicio de elementos  como la función, eficiencia e identidad de marca, que hoy pueden marcar la diferencia. 

 

ESTÉTICA + FUNCIONALIDAD

En los últimos años, el trabajo de los diseñadores de automóviles no ha sido menor. Han tenido que lidiar no sólo con el desafío de que su concepción de belleza sea capaz de llamar la atención para que el modelo se transforme en un éxito de ventas (la mayoría de las veces el principal factor para que un auto sea un fracaso comercial es, precisamente, el diseño), sino también con elementos que ni siquiera se ven.

Un buen ejemplo son los tan de moda y efectivos airbags de cortina, que son capaces de desplegarse desde los asientos de adelante hacia las filas posteriores para entregar máxima seguridad al momento de una colisión. Éstos han obligado a que los pilares B (esos que separan la puerta delantera de la trasera) sean más anchos, justamente para albergar las bolsas de aire. 

Otro caso en el que el diseño se ha puesto al servicio de la funcionalidad es en el tema de las nuevas tecnologías. Como ocurre con el nuevo BMW i3, que está condicionado por sus baterías. 

Y es que el compacto, el primero 100% eléctrico de la marca alemana, inaugura un nuevo capítulo en el visionario lenguaje creativo de BMW, denominado LifeDrive. En este modelo destaca su habitáculo de carbono y la ausencia de túnel central, lo que permite  experimentar una sensación de amplitud en su interior, a pesar de sus dimensiones. Parte del diseño de este auto está pensado para que las baterías (el elemento que se ha convertido en uno de los obstáculos para la masificación de los autos eléctricos) no invadan el espacio interior y así se les pueda entregar la máxima comodidad a los ocupantes.

La consecuencia de esto es que el diseño adopta formas poco habituales para la marca, como un frontal muy elevado, un pilar A (el que hace de soporte del parabrisas) dotado de una cierta verticalidad y una aun mayor en la zaga, características que ponen en riesgo la deportividad a la que BMW tiene acostumbrados a sus clientes. 

En el auto show de Frankfurt, Porsche estrenó el Spyder 918 y  el sistema Porsche Active Aerodynamics. 

 

QUE EL AIRE FLUYA

Otro pilar actual del diseño es la eficiencia, que si bien antes sólo buscaba hacer los autos más deportivos, hoy tiene como finalidad que la aerodinámica contribuya a lograr un mejor consumo de combustible. 

El mismo BMW i3 con sus puertas tipo coach door, su característica black band y sus llantas de 19 pulgadas permite adivinar el dinamismo que puede entregar en su conducción. 

Otro ejemplo es el Porsche 918 Spyder. Es cierto que la marca alemana nunca ha dejado de lado el concepto de aerodinámica, pues está directamente relacionado con su ADN, pero esta vez con la presentación de su sistema Porsche Active Aerodynamics (PAA) sin duda marca pauta en la industria. Se trata de un conjunto de elementos ajustables que aseguran una aerodinámica eficaz y eficiente; su disposición cambia de forma automática a través de tres modos y va de la mínima resistencia hasta la máxima carga (downforce), lo que se combina con los modos de conducción del vehículo. 

Así, dependiendo de lo que se requiera, el spoiler trasero retráctil se eleva o inclina hasta el ángulo máximo para generar una alta carga aerodinámica en el eje trasero, y, adicionalmente, cuenta con dos aletas de control de aire ajustables, que se abren o cierran bajo el piso y que hacen circular el aire dependiendo de los requerimientos. 

El tercer pilar del diseño es la identidad de marca. Hoy es casi imperdonable que un auto no cuente con elementos estéticos que lo hagan parte de una familia. Es en este punto encontramos el tema de los lenguajes de diseño de cada automotriz, como el Kodo de Mazda, los nuevos de Toyota e Infiniti, y los ya posicionados Escultura Fluida de Hyundai o el Kinetic Design de Ford. 

En Frankfurt uno de los modelos que más llamaron la atención fue el Infiniti Q30 Concept, que ejemplifica la visión de la marca de desarrollar autos con diseños provocativos, materiales innovadores y terminaciones a la medida, con el fin de causar un cambio radical en el segmento de los compactos premium. Y es justamente este modelo el que da pie a la mezcla de segmentos. La forma del Q30 Concept desafía la clasificación de éste, no es un cupé, no es un hatchback, ni un crossover, sino una fusión de los tres. Infiniti dice que confía en esta mezcla de diseño dinámico y deportivo, amplitud y  postura elevada.

Por su parte, Renault presentó el Initiale Paris, una combinación de monovolumen con todoterreno, donde el espacio y las capacidades son las bases del diseño.  Mientras que otras marcas apostaron al diseño para crecer hacia segmentos más pequeños, como Kia con la presentación del Nitro, y Suzuki con el V-4. 

 

INSPIRADO EN EL CUERPO HUMANO

A pesar de que cada día los diseñadores tienen más exigencias y presión, las marcas siguen buscando hacer autos más emocionantes a nivel estético, lo que se ha traducido en una de las últimas tendencias: la reproducción del cuerpo humano en los diseños de sus autos. 

Así, en los modelos que se estrenaron en Alemania se pudieron apreciar apariencias más vigorosas, musculosas y líneas bien marcadas que pretenden ser las venas del auto, como en el Infiniti Q50, o bien luces cuyas formas buscan imitar el ojo humano, como se ve en los últimos conceptuales de Audi. Elementos que hacen del diseño algo mucho más sensual.

El diseño del habitáculo también piensa en el ser humano, ya que todos los componentes estéticos y la disposición de éstos pretenden ser una extensión del cuerpo, por lo que están dispuestos para que el piloto los incorpore rápidamente. Así se puede apreciar en las últimas consolas de Volvo y Mercedes-Benz y, en algunos casos, en las de Mazda, Citroën y Peugeot.

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