Por María José López Diciembre 8, 2011

Ocurrió un sábado de mayo, durante una comida de amigos en Cachagua. Como en muchas otras ocasiones, esa noche la chimenea estaba prendida y en torno a ella los comensales -todos residentes de Zapallar- conversaron sobre la decepción que sentían frente a cómo sucedían las cosas en esa comuna. No era la primera vez que la gestión de su alcalde, Nicolás Cox, era el centro de los desvelos. Desde hace ya algún tiempo venían discutiendo sobre la falta de transparencia con la que, según ellos, opera esa municipalidad y la poca interacción que tienen sus autoridades con la comunidad local. Pero, sobre todo, les preocupaba que pese a que la comuna cuenta con un importante presupuesto anual -unos $ 7 mil millones-, durante los dos períodos en que el edil RN ha encabezado el municipio no se ha concretado ningún proyecto de gran envergadura en favor de sus residentes.

Habían conversado el tema cientos de veces, pero esa noche estaban "indignados".  A sus ojos la situación no podía perpetuarse y decidieron publicar los hechos. Tras una larga discusión, resolvieron que a diferencia de otros grupos de descontentos lo suyo no eran las marchas, ni las pancartas, ni los paros: ellos querían hacer un diario.

Para que la idea no quedara en el aire, de inmediato comenzaron a cranear el ADN de la publicación: "No sabíamos muy bien qué buscábamos ser: si una especie de The Clinic, con un estilo irónico y divertido, o un periódico más serio. Lo importante es que no queríamos generar rechazo ni ser asociados a algún movimiento ciudadano existente, ni a un partido político en particular", explica la artista Francisca Valdés (33). Por eso no es raro que entre sus colaboradores figuren políticos en veredas opuestas, como los concejales Pablo Valdés (UDI) y César Ramírez (DC).

El 18 de septiembre fue su estreno. Apenas los nuevos lectores recibieron en sus manos el boletín comenzaron a hojearlo para saber de qué se trataba. Algunos con bastante suspicacia: cierta gente creyó que el ex edil Federico Ringeling, era parte de este grupo, por la larga y conocida disputa que mantiene con Cox.

Los indignados ignorados

El nombre del diario es uno de los puntos que han concitado mayor atención entre quienes viven y visitan esta comuna, que además de los balnearios de Zapallar, Cachagua y Laguna, incluye la zona rural de Catapilco, El  B lanquillo, y Tierras Blancas, entre otros. Costó dar con él y hubo varias ideas previas, hasta que uno de sus impulsores dio con "La Z". "Nos gustó mucho por su relación con el 'el Zorro', un ciudadano común y corriente, querido por la gente y que busca la justicia", explica la abogada Catalina Costa (30). Ya han publicado dos números y esperan lanzar pronto su tercera edición. Su objetivo principal es evitar que el actual edil sea elegido por tercera vez en octubre de 2012.

El "Equipo La Zeta" está conformado por 15 personas, profesionales todos, varios santiaguinos y eternos veraneantes del lugar. Todos están entre los 30 y 40 años y desde hace una década, en promedio, se instalaron en esta comuna, con la esperanza de encontrar mejor calidad de vida que en la capital.

Entre ellos hay varios miembros de ComunAccion, agrupación ciudadana que se creó en 2008 y cuyo objetivo es implementar proyectos de desarrollo local en la comuna y transformarla en algo más que un exclusivo balneario. También hay ex empleados de la municipalidad, como Catalina Costa  y su marido, el psicólogo Nicolás Vergara (33). "Me impresionaba que todos los funcionarios hablaban de las supuestas irregularidades. Pero nadie se atrevía a denunciar, seguramente por miedo a perder sus trabajos. Fue eso lo que me hizo participar en 'La Zeta', para hacer algo al respecto y no quedarme de brazos cruzados", explica Catalina.

Cercanos al alcalde Nicolás Cox, quien fue elegido en las elecciones municipales pasadas con un 58,8% de los votos, aseguran que el edil no está preocupado con esta iniciativa y que confía en el apoyo de los zapallarinos. Consultado por Qué Pasa no quiso referirse al tema, y uno de sus asesores más cercanos explicó que "no pensaban darle importancia a ese pasquín".

Los "Zorros"de Zapallar

Punto de partida

El origen de "La Z" se remonta a febrero de este año: el detonante que los llevó a tomar lápiz y papel fue una columna publicada este verano en La Encomienda, el diario municipal, cuando el párroco de Zapallar, Roberto Julio, se enfrascó en una pelea con el edil por la administración del teatro. "En pleno conflicto con el sacerdote, el alcalde se explayó sobre la importancia que tiene la cultura para este municipio, pero la municipalidad ni siquiera tiene Departamento de Cultura. Nos pareció un chiste de mal gusto", indica Francisca Valdés.

La columna les cayó mal. Varios de ellos habían propuesto proyectos al alcalde, como la creación de un sistema de reciclaje y la puesta en marcha de una biblioteca para la zona, los cuales, aseguran, quedaron en nada. "A  ojos de los veraneantes, aquí todo está perfecto. Parece el lugar de los eventos culturales, con exposiciones en la playa y cine bajo las estrellas. Pero una comuna que se preocupa por la cultura tiene proyectos que perduran en el tiempo. Eso es lo que no entiende el alcalde. Y quisimos reclamar", explica el diseñador Matías Page (37).

A partir de entonces comenzaron a juntarse, por lo menos una vez a la semana, con el objetivo de discutir soluciones para Zapallar. Hasta que llegó mayo, y la noche donde por fin concretaron la idea del diario. Después de eso, manos a la obra. Decidieron que para llenar de contenido  a la "La Z", el reporteo en terreno era clave. Para ello, su staff creó el correo zetadezapallar@gmail.com, a través del cual reciben denuncias y sugerencias para sus reportajes. Asimismo, realizan entrevistas a los habitantes de la comuna, a ex empleados de la municipalidad, repasan las actas de los concejos municipales y utilizan la Ley de Acceso a la Información Pública.

En un comienzo, probaron ser un diario con un estilo irónico. Titularon la portada del primer número con la frase: "Presupuesto municipal: muchos recursos y escasa inversión" y junto a él pusieron una caricatura de Mr. Burns, el jefe de Homero Simpson, aludiendo a su supuesta similitud física con Cox. "No queríamos ser unos tontos graves. Es cierto que la imagen de Burns se presta para que se interprete como un ataque a Cox, pero nuestros dardos no son a su persona, sino que a su ejercicio como alcalde y a su administración", explican desde "La Zeta".

De todas formas, aseguran que aunque logren que sus lectores se informen, tienen un gran obstáculo. "La gente de Zapallar no es quien elige a sus representantes, sino que son sus veraneantes los ejercen ese poder. Somos más de 6 mil habitantes, pero mucha gente de Santiago vota aquí", explica la psicóloga Magdalena Urmeneta.

"¿Quién lo paga?"

Tras varias semanas de reporteo, en septiembre el primer número de "La Z" estaba listo. Entre amigos y familiares juntaron $1,2 millones para financiar su impresión. El fin de semana largo del 18 de septiembre fue su estreno. "Nosotros mismos repartimos el diario en la playa, a la salida de la misa, en el supermercado y por las casas", explica el arquitecto Luis Fernando Grez (34).
La sorpresa fue total. Era algo inédito en la zona, y apenas los nuevos lectores recibieron en sus manos el boletín comenzaron a hojear sus 12 páginas para saber de qué se trataba. Algunos con bastante suspicacia: la gente creyó que el ex edil, Federico Ringeling, era parte de este grupo, por la larga y conocida disputa que mantiene con Cox desde que éste tomó su lugar en ese municipio. "Una persona me preguntó: '¿quién lo paga? ¿Ringeling?' Pero él no es parte del "Equipo la Zeta", aclara Grez.

El segundo número de "La Z" llegó para el feriado del 1 de noviembre. Entre los reportajes que destacan en esa edición están "Plan regulador de Zapallar necesita más análisis y debate"; "Polémica adjudicación de Restaurant César"; y "Alcalde se niega a entregar información pública a ciudadanos que la solicitan". Aún no han tenido reclamos. "No hemos recibido ningún comentario de Cox ni de su equipo. No nos consta, pero nos contaron que hubo una reunión para tratar el tema y decidieron ignorarnos", cuenta Grez.

Con todo, y aunque el Equipo La Zeta no tiene definido qué pasará con ellos en el futuro, por estos días planean cómo impactar a los lectores con su tercera edición. "Nos han llegado temas que sin duda van a ser interesantes para la comunidad. Sabemos que varios nos están esperando. Eso sí, nadie sabe cuándo la Z vuelve a aparecer", ironiza Page.

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