Por María José López Octubre 27, 2011

El martes pasado, Cristóbal Lira organizó una comida para homenajear a su hijo Juan Cristóbal: invitó a su casa a los tripulantes de "J-24" para celebrar su medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Hace dos años era él quien capitaneaba su yate -el "Itaú"- en ese tipo de torneos, pero hoy debe conformarse con mirar las regatas desde muy de lejos.

 "El año pasado vendí mi bote y el único contacto que tengo con el mar son los libros que leo. Echo de menos navegar, y el  deporte en general", cuenta. Antes de entrar en el gobierno, el ingeniero comercial ejercitaba todos los días. Ahora, cero. Por eso, en las mañanas, le pide a su chofer que estacione el auto en Estación Mapocho. Desde ahí camina -junto a un guardia- unos 20 minutos hasta llegar a su oficina, ubicada en el octavo piso de Agustinas 1235.

En marzo del 2010 fue contactado por el ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter, para encabezar el comité de Emergencia del gobierno; en agosto de ese año se convirtió en el jefe de proyectos especiales del Ministerio del Interior; y hace un año asumió como subsecretario de Prevención del Delito. Entonces, su vida dio un vuelco total.

Hace seis meses el país vive días agitados: con marchas, encapuchados y violencia. ¿Cuál es su opinión frente al ambiente de indignación que hoy vive el país?

- En el tema de delincuencia y seguridad hay doble estándar. Todos  están a favor de la seguridad y en contra de la violencia. Pero ahora que presentamos un proyecto de ley que tipifica con mayor detalle el delito de desorden público y que aumenta las penas, nos critican. Vemos que hay gente que condena el desorden público, pero al momento de los "quiubos" ponen trabas: reclaman por la violencia de Carabineros y no apoyan la ley de prisión preventiva.

- ¿O sea, usted tiene una buena evaluación de la acción de Carabineros? Porque hay quienes dicen que han abusado del poder y han actuado con violencia.

- El trabajo de Carabineros ha sido el que debe hacerse. Se ha hecho bastante menos violento que en países anglosajones, donde la policía actúa con más energía.

- ¿Cómo evalúa su propia gestión en  estos meses?

- El tema de orden público lo ve directamente el subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, pero claramente que su trabajo está muy ligado al de esta subsecretaría, pues entendemos que los que participan en desmanes y los encapuchados son delincuentes. Por lo tanto, debemos trabajar en conjunto. Con todo, y si bien yo no tengo nada que ver con las tomas de estudiantes, es cierto que me afectan por varias razones: por los recursos policiales, por el temor y falta de respeto insistente en contra de Carabineros.

"Todos están a favor de la seguridad y en contra de la violencia. Pero al momento de los "quiubos" ponen trabas: reclaman por la violencia de Carabineros y no apoyan la ley de prisión preventiva".

- La semana pasada, durante una reunión entre el presidente Piñera y parlamentarios de la Alianza en Cerro Castillo hubo ciertos cuestionamientos al manejo del orden público. Algunos lo criticaron por   decir que "no hemos sido efectivos" en encarcelar a los encapuchados.

- Lo que traté de decir es que en las más de 100 marchas que llevamos la policía ha detenido a más de 1.700 personas y nos hemos querellado en más de 300 casos, pero resulta que hay sólo12 encarcelados.

- ¿Entonces, sigue pensando que no han sido efectivos?

- Dije que no estamos siendo efectivos para ponerlos tras las rejas. Jamás dije que no hemos sido efectivos como gobierno.

- ¿Y para quién es el llamado de atención entonces?

- Los fiscales tienen que hacer las peticiones de prisión preventiva para que los jueces tengan los antecedentes y apliquen el máximo rigor de la ley. Eso es lo que tiene que ocurrir y todo el país espera que estén presos. Eso es lo que traté de decir. Hay que entender el momento en que esta gente está detenida: hay riesgo, encapuchados y violencia. Carabineros no puede cercar el sitio del suceso ni llamar a peritos. Por eso hago un llamado a fiscales y jueces a que se pida la prisión preventiva. Y esto no se trata de intervenir en su labor, porque claramente ellos son organismos independientes.

- Pero el presidente de la Corte Suprema, Milton Juica, salió a defender a los jueces.

- Milton Juica dijo que el 90% de las peticiones de prisiones preventivas han sido aceptadas. El problema es que los fiscales no hacen las peticiones para encarcelar.

- El presidente Piñera, en la misma reunión, habría dicho que sus declaraciones eran equivocadas, pues mostraban al Ejecutivo sobrepasado. ¿Le hizo ver su molestia?

- No. Ahora, de ser cierto este episodio y si el presidente realmente está molesto, hubiera preferido que me llamara, pero eso no ocurrió.

"En el tema de la delincuencia hay doble estándar"

"Mejor que la concertación"

- El control de la delincuencia es el ítem peor evaluado de este gobierno. Lo dicen las encuestas de Adimark y la del CEP de septiembre.

- Vamos a mejorar. Las cifras este año son peores, porque se comparan con las de 2010, que fue un año especial, con terremoto, mineros e incendios. Por lo mismo fue más contenido y con menos desorden público que éste. Pero no somos complacientes y sabemos que hay que solucionar el tema: tenemos un plan que se llama Chile Seguro, cuya primera tarea es enfrentar a los jóvenes delincuentes, los inimputables. De este plan se descuelga otro programa que se llama Vida Nueva, lo trajimos desde Carolina del Sur y la clave es trabajar con el entorno del niño y prevenirlo de la entrada en sendas delictivas. Además, tenemos proyectos como el Casco Histórico Seguro y Barrio en Paz. También hacemos trabajo con privados: nosotros ponemos la gestión y ellos los recursos. Por ejemplo, los bancos están inyectando US$ 20 millones para proteger los cajeros.

- Durante el último tiempo han aumentado sus salidas a terreno y sus visitas a los matinales. Algunos creen que esto se debe a una exigencia que le hicieron desde La Moneda de tener mayor notoriedad pública.

- Eso no es verdad, nadie de La Moneda me llamó. Ahora, reconozco que hoy salgo bastante más que hace un par de meses y trato de explicar al público lo que estamos haciendo.  Es un gran esfuerzo. Además, es un tema difícil y cualquier error cuesta caro.

- ¿Cuándo veremos los resultados de los nuevos programas?

- Es una tarea compleja:  requiere modificar conductas. La meta es al 2014 disminuir en un 15% la victimización y un 25% los delitos en espacio público.

- Pero a usted, un ex empresario acostumbrado a velar por buenos resultados, ¿cómo lo afectan los malos números?

- Me gusta tener éxito en lo que hago y es importante lograr buenos resultados. Para eso me comprometí y para eso estoy aquí. Los malos resultados sí afectan. Pero hay que ser realista: es un trabajo de largo aliento. Si no entiendo eso, no sólo me achaco yo, sino que también mi equipo.

- ¿Pero siente frustración en este trabajo?

- Uno quisiera controlarlo todo. Lo que me pregunta toda la gente es cómo soporto este trabajo. Pero la verdad es que aquí, como en toda pega, hay que levantarse todos los días muy temprano y meterse en los temas, trabajar a fondo y no escudarse en los problemas. Tenemos que arar con los bueyes que tenemos. Si me pongo a esperar a que las cosas sucedan como quiero que sucedan, no vamos a avanzar.

- ¿Hay alguna autocrítica?

- Sembrar expectativas muy altas puede ser frustrante: la gente cree que los resultados se logran en corto plazo.

"Uno quisiera controlarlo todo. Pero tenemos que arar con los bueyes que tenemos. Si me pongo a esperar a que las cosas sucedan como quiero no avanzamos".

- Este gobierno prometió el fin de la delincuencia.

- Exactamente. Por eso el tema de las expectativas hay que manejarlo muy bien. Ahora, no sé qué se imaginó la gente. Pero a diferencia de los otros gobiernos, aquí  hay metas que pueden ser auditadas el 11 de marzo del 2014. Este es un negocio, una empresa que tiene fecha de término. Y si no cumplimos las metas quiere decir que fracasamos.

- Por ahora, ¿qué nota le pone a esta "empresa"?

- Es algo muy complicado porque también tengo expectativas altas y no hemos tenido los resultados tan rápidamente como quisiéramos. Yo si me tuviera que poner una nota por resultado, sería distinta a la que me pondría por los programas que hemos implementado.

- ¿Y a los gobiernos de la Concertación?

- Sé que lo estamos haciendo bastante mejor.

- Durante este último año varias "promesas" del gobierno han vuelto al mundo privado. ¿Ha pensado en irse?

- Es lamentable su partida porque se contaba con ellos, tenían a cargo proyectos interesantes y eran todas personas muy talentosas, y uno quisiera que estuvieran aquí. Ahora, yo no pienso en irme, porque asumí un compromiso y me quedo hasta que el presidente me necesite. Debo decir además, que este es el trabajo más satisfactorio que he hecho. Pero el costo alternativo es alto: soy un hombre de negocios, Chile un país en desarrollo y hay mucho por hacer que estoy dejando de lado.

- ¿Qué lo retiene?

- Tengo claro que es un tiempo "prestado". Que no es ad eternum y que en cuatro años más vuelvo a lo mío.

El ejecutor

"Soy un ejecutor, un hombre que está aquí por su capacidad de gestión,  y eso es lo que hago: armo equipos y gestiono que cumplamos las metas. Pero los capos en delincuencia son quienes constituyen este equipo". Así define Cristóbal Lira su trabajo en la Subsecretaría de Prevención del Delito. Por eso, lo primero que hizo al aterrizar en ese cargo fue crear el Centro Estratégico de Análisis del Delito (CEAD), que consolida en un mismo lugar antecedentes de los tipos de delitos otorgados por Carabineros, PDI y Gendarmería. "La idea es saber dónde estamos parados, compartir información y luego realizar un diagnóstico de la delincuencia".

- ¿Qué dice el diagnóstico?

- Entrega cifras clave: un 50% de los delitos no se denuncian y la mitad de los delincuentes son desconocidos, por lo tanto las causas quedan archivadas. Además, anualmente hay 70 mil menores de edad que son detenidos por primera vez; 60 mil imputados que se les condena sin prisión preventiva; 50 mil que cumplen la pena medio libre; y hay 60 mil que "egresan" de las cárceles todos los años: el 70% de ellos vuelve a caer, por lo que creamos un programa de rehabilitación de presos.

- Con ese análisis en mano, ¿qué fue lo primero que hicieron?

- Ver qué hicieron los mejores. Estudiamos la experiencia de Inglaterra, Canadá y el caso "Tolerancia Cero" de Nueva York. Así, en conjunto con el director de Carabineros, el general Gustavo González, creamos el Sistema Táctico del Análisis Delictual (STAD), un programa basado en el de Nueva York y que consiste en analizar los delitos que ocurren en las seis prefecturas de Santiago. En conjunto con todos los involucrados vemos qué se necesita para dar vueltas las cifras. El BID financió los US$ 500 mil que se requieren para el plan.

- ¿Cuál es la clave del programa?

- Centrar el trabajo la prevención y limitar las "urgencias", como apoyo en las marchas y los estadios. Los recursos policiales son finitos: en Santiago hay 12 mil carabineros, 3.000 por turno, y el control de una marcha grande requiere cerca de 1.000 efectivos. Estamos incorporando 10 mil nuevos carabineros y mejorando sus tecnologías, pero se requiere trabajo adicional. Por ejemplo, en el tema de los estadios la seguridad privada tiene que cumplir un rol mucho más importante.

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