Por Josefina Ríos Octubre 13, 2011

El 30 de septiembre del 2010, Alejandro Bohn  salió de su casa con rumbo a Caldera para enfrentar al día siguiente el proceso de formalización por "lesiones graves gravísimas" en contra de un ex trabajador de sus faenas mineras. En el asiento trasero de su auto llevaba una maleta, pues temía el peor de los escenarios: que lo dejaran en prisión preventiva. Por eso, cuando se despidió de su mujer y sus hijos les dijo que estuvieran preparados para cualquier desenlace.

En el camino que separa a la capital de la ciudad nortina lo acompañaba Marcelo Kemeny, su socio y cuñado. Recorrieron 878 kilómetros, pero hablaron poco. La mente de Bohn divagaba entre pensamientos poco felices que le recordaban la complicada situación judicial que vivía. Si bien el accidente que le costó una pierna al trabajador Gino Cortez ocurrió el 16 de junio de ese año, casi dos meses antes del derrumbe que dejó atrapados a 33 mineros bajo tierra, la causa se veía en medio del ambiente convulsionado y enardecido que había generado ese episodio en el país. Y eso, definitivamente, empeoraba todo.

El primero de octubre, y en una sala atiborrada de periodistas y cámaras, Bohn, Kemeny y dos empleados más de la compañía minera San Esteban Primera, fueron formalizados. No fueron apresados, pero ese día marcó el inicio de un largo camino judicial, que incluye querellas por homicidio frustrado, prevaricación y demandas millonarias por daño moral y gastos del rescate, entre otras.

Pero la difícil ruta de este ingeniero comercial, empeñado en establecer su verdad, comenzó dos meses antes.

- ¿Cómo y dónde se entera del accidente?

- El mismo día y a pocas horas de que ocurrió. Ese jueves 5 de agosto del 2010, estábamos en Copiapó. Llegué un día antes a la ciudad a trabajar. El jueves, antes de volar a Santiago visité la mina. Llegué como a las 3.15 de la tarde, y al entrar a la faena veo la camioneta del gerente, Pedro Simunovic: me dijo que hace casi una hora se habían escuchado ruidos muy fuertes, como una serie de explosiones dentro de la mina, y que estaba saliendo mucho polvo por la superficie, lo cual indicaba que algo importante había sucedido, pero no se sabía su magnitud.

"Fuimos prejuzgados injustamente y atacados de forma virulenta y anticipada por el ministro del Interior. No logro entender por qué, y mientras no lo entienda, no lo puedo disculpar. No puedo sostener ningún tipo de relación, ni buena ni mala, con alguien que me califica de desfachatado"

- ¿Cuál fue su reacción?

- No me hice socio de este proyecto ni me ofrecí para gerenciarlo para enfrentar esta tremenda crisis. Sin embargo, enfrentado a ella, uno tiene que estar sereno e impartir la seguridad necesaria al resto del equipo para empezar a ver cómo administrar la situación. Entonces en ese minuto no hay ninguna desesperación de parte mía, pero me pongo muy alerta. Se hizo un nuevo intento por entrar, y cuando salieron nos informan que lo que se veía era una roca que es como una pared que tiene cortado el acceso por la rampa. Nos dimos cuenta que no se trataba de un derrumbe menor y decidimos avisar a los equipos de emergencia, y pedimos ayuda rápidamente a las compañías con las cuales siempre tenemos contacto en la zona. Tuve que abandonar la faena y ubicarme en un lugar del camino donde mi celular tuviera señal y me puse a llamar a la gente de Pucobre y de Carola. Ellos rápidamente activaron sus sistemas de emergencia y enviaron a sus equipos de rescatistas hacia San José. En paralelo, se iniciaron desde de la mina las comunicaciones que correspondían con las autoridades.

- ¿Estuvo en todo momento en la operación inicial de rescate? Porque se dijo que ustedes desaparecieron bastante luego.

- Lo niego tajantemente. Estuvimos desde un comienzo ahí y hasta que Codelco toma por completo las labores de rescate. Es más, yo estuve a cargo -eso lo dijo el ministro Golborne- durante los primeros días y me correspondió dar las instrucciones. De hecho, el viernes 6 de agosto decidimos formar un grupo de ingenieros para iniciar un trabajo de planificación del rescate a través de sondajes. Ha quedado para la historia la idea de que los sondajes se iniciaron con Codelco, y eso es falso.

- ¿Cómo fue su relación inicial con las autoridades de gobierno?

- Normal a las circunstancias. Nosotros tenemos mucha experiencia  minera, ellos eran un gobierno entrante y el ministro Golborne y su subsecretario en particular no tenían mucha experiencia en esta materia, menos en  la mediana minería que es muy distinta a la realidad de Codelco y de las grandes inversiones que tienen las transnacionales. Por lo tanto hubo mucha interacción positiva.

- Pero después comenzaron las críticas. ¿Cuál fue el punto de inflexión?

- Creo que el punto de inflexión fue cuando el asunto pasa de ser un accidente técnico y se transforma, o lo transforman, en un asunto político. No fue decisión nuestra transformar el hecho en un tema político, nosotros estábamos enfrentando un accidente que sobrepasaba la capacidad de cualquiera de las empresas medianas de la zona, como nosotros.

"Nos satanizaron brutalmente"

- Técnicamente, ¿usted no reconoce nada que se pudiera haber hecho mejor de manera de evitar un accidente de esa magnitud?

- En primer lugar, las razones de este accidente nadie me las ha podido dar y la razón es bien sencilla: nadie puede entrar a la mina para hacer un análisis acabado de lo que sucedió ex post.  Hay varias teorías  al respecto, pero lo cierto es que se trasladó por varios metros en forma vertical un bloque de 700 millones de kilos. Sé que todo es perfectible, pero nosotros teníamos los informes geomecánicos que correspondían y que dicen que la mina entera era segura de operar.

- Los informes decían que la mina era segura, pero hoy existen dudas sobre los permisos que les dio Sernageomin para trabajar. De hecho, 31 de los  mineros rescatados demandaron al Estado por permitirles operar el yacimiento. ¿Descarta que haya existido negligencia por parte del Sernageomin para autorizar la operación en la mina?

- No voy a juzgar por qué los mineros deciden demandar al Sernageomin y, por ende, al Estado. Lo que yo sí sé es que nosotros hicimos los estudios geomecánicos que avalaron operar la mina. La empresa  no podía operar sin un informe de esta índole y el estudio por lo demás lo hizo una empresa que me recomendó el propio Sernageomin. El proveedor que utilizamos, E-Mining, trabaja para la gran minería y tardó bastante en hacer el informe y cobró harta plata. Defendieron su estudio personalmente en la dirección general de Sernageomin. Ellos fueron citados junto con nosotros, explicaron el informe y nadie se lo puso en duda.

- ¿Cuáles fueron las críticas que más le molestaron?

- En muchos episodios se tendió a inducir a la opinión pública a una idea que no era la correcta y muchas cosas de las que se dijeron entonces hoy se ha demostrado que no eran ciertas. Si se hizo eso en forma intencional o no, no lo puedo prejuzgar, pero lo que sí puedo decir es que yo no sopesé las consecuencias políticas de decir que había agua y aire dentro de la mina cuando estaban diciendo que no había.

"Creo que el punto de inflexión fue cuando el asunto pasa de ser un accidente técnico y se transforma, o lo transforman, en un asunto político. No fue decisión nuestra hacerlo, nosotros estábamos enfrentando un accidente que sobrepasaba la capacidad de cualquiera de las empresas medianas de la zona".

No dudé ni 30 segundos en decir que sí existía un refugio cuando dijeron que no existía. Y cuando insistieron que si lo había no cabía nadie, no dudé en aclarar que medía entre 45 y 50 metros cuadrados y que tenía todos los elementos establecidos por la ley. Cuando salieron a decir que no había planos de la mina y que lo único que existía eran croquis, yo no trepidé en decir que teníamos equipos de topografía de última generación y que la compañía tenía todos sus planos al día. Hubo injurias y calumnias que ya fueron llevadas a los tribunales: hoy existe arrepentimiento y reconocimiento de que hubo mentiras.

 

- En un momento usted dijo públicamente que ése no era el momento para culpas ni perdones. A un año de la tragedia  ¿se arrepiente de esa frase?

- No, creo que fue lo más acertado. Fue adecuado en ese minuto no caer en la presión de decir cosas que después  con el tiempo nosotros íbamos a poder demostrar que eran distintas. Nosotros pedimos disculpas por el sufrimiento que esta desgracia, que había ocurrido en nuestras faenas, estaba causando a los familiares. Nos pareció adecuado decir eso en la comisión de la Cámara de Diputados, donde fuimos voluntariamente a declarar. Pero no podíamos empezar a declararnos culpables de algo de lo no nos sentíamos culpables, no podíamos en ese minuto y contexto hacer un mea culpa, hubiese sido absurdo, hubiésemos validado las acusaciones. Afortunadamente, escogimos el camino de decir la verdad y de llevar todos estos temas a los tribunales. Ahí ha sido posible llevar cada una de estas aristas a su respectivo lugar.

"El daño es irreparable"

- ¿Confía en la justicia chilena?

- He pedido igualdad ante la ley y un caso legal justo.

- ¿Lo ha tenido?

- El caso por el accidente de Gino Cortez -que fue antes, pero cuyo juicio coincidió en los tiempos-partió según las circunstancias del momento. El habernos llevado al tribunal de Caldera y habernos formalizado por delito no me resultó entendible. Atribuyo eso al clima del momento, porque no había ninguna prueba concreta para acreditarlo, y prueba de ello es que ocho meses después el fiscal recalificó el caso atendidos los antecedentes de su intensa investigación y concluyó que esto había sido un accidente. Sentí que se hizo justicia. Sin embargo, el irreparable daño que se nos hizo a mí y a todas las personas que fueron formalizadas junto a mí es completamente irreparable.

"Nos satanizaron brutalmente"

- En algunos círculos empresariales se cuestionó la satanización que estaba haciendo el gobierno de ustedes en este caso, cuestión que no sólo lo afectaba a usted y a Marcelo Kemeny, sino que a toda la clase empresarial. ¿Sintieron apoyo de ese mundo?

- Nos satanizaron tan brutalmente que pienso que no hubo espacio para que nadie públicamente saliera a hacer un punto contrario. Ahora privadamente puedo decir que recibimos el apoyo de mucha gente. Creo que faltó valentía en muchos sectores de la sociedad. Faltó coraje moral para apretar el freno y decir "¿será verdad todo lo que se está diciendo o no?".

- Con todo, me cuesta creer que todas las cosas que se dijeron no le duelan.

- Por supuesto que me duele, tendría que ser un robot para no sentir nada. Así como también me duele mucho el dolor de las familias de los trabajadores. Pero ese momento corresponde enfrentarlo en propiedad, preparar un equipo adecuado y soportar una tremenda presión. Mi sufrimiento y el de mi familia fueron grandes.

- ¿Cómo enfrentó esa situación?

- Cuando volví de la mina, me senté con mi señora y mis hijos y les expliqué a lo que estábamos expuestos. No es fácil sentarse al frente de tus hijos adolescentes, rodeado por todo este escenario donde nosotros de forma anticipada éramos culpables y donde ninguno de nosotros percibía que había defensa posible, por el ambiente precipitadamente condenatorio que se había generado.

- Sin embargo, cuando concurrió a la Cámara de Diputados se veía muy controlado.

- Así es como me veo, pero por dentro voy distinto, voy angustiado. Nunca había estado en el Congreso antes y menos así, en forma masiva y con toda la televisión, con tres filas de cámaras y sin ningún control de lo que va a pasar ahí y de lo que te van a decir. Hubo una condena previa muy fuerte. En ese contexto, si tú no tienes la capacidad de protegerte, ¿quién te resguarda? Era el circo romano. No se lo doy a nadie.

"Enfrentado a este problema, no me nace salir arrancando. Simplemente hay que enfrentarlo y hacerlo de la mejor forma posible: mi propósito es pagarle a mis trabajadores y poner todos los activos de mi compañía a disposición de mis acreedores".

Los problemas con Interior

- ¿Cuáles han sido las mayores dificultades durante este periodo?

- La principal dificultad ha sido hacer que la compañía no quiebre, una decisión que desde el punto de vista ético-empresarial tomé con el fin de cumplir con mis trabajadores y acreedores a raíz de este problema. La otra dificultad grande es el dolor de mi familia. En este caso los ataques contra mí y la dureza e implacabilidad que hubo en mi contra casi sin base, todavía sin pruebas, sin juicios de por medio y sin que se nos escuchara como correspondía, le hace mucho daño a mi familia. Ésa es la mayor dificultad que yo he enfrentado todo este tiempo.  Las calumnias e injurias resultaron gratis durante ese periodo. Ya no.

- ¿Por qué esa decisión tan firme de evitar a toda costa la quiebra?

- Enfrentado a este problema, no me nace salir arrancando. Simplemente hay que enfrentarlo y hacerlo de la mejor forma posible: mi propósito es pagarles a mis trabajadores y poner todos los activos de mi compañía a disposición de mis acreedores.

- ¿A cuánto asciende la deuda de Minera San Esteban?

- A unos US$ 20 millones.

- ¿Cree que con toda la carga negativa que tienen los activos de su empresa se van a poder vender a buen precio si se levantan las precautorias?

- Ha habido interesados y conversaciones. Sin duda que hay una carga en contra, y la más importante fue solicitada por el Ministerio del Interior al Consejo de Defensa del Estado (CDE) con el fin de que a nombre de ellos nos demandaran por el costo del rescate. Por esa acción los bienes de la empresa fueron precautoriados. Nosotros hemos dicho que queremos pagar la parte que corresponda del rescate y, aunque aún no tenemos un acuerdo definitivo, creemos que ése va a ser el camino.

"Nos satanizaron brutalmente"

- ¿Los problemas usted los ha mantenido mayormente entonces con el Ministerio del Interior?

- Creo que el entonces ministro de Minería, Laurence Golborne, y la gente de Codelco hicieron un trabajo técnico muy importante y exitoso. Con el Ministerio del Interior ha sido distinto, fuimos prejuzgados injustamente y atacados de forma virulenta y anticipada por el ministro de esa cartera. En lo personal, todavía no logro entender por qué, y mientras no lo entienda no lo puedo disculpar. Por el hecho de decir que ésta era nuestra única mina y que esa mina estaba en determinadas circunstancias que ponían en peligro la viabilidad económica de la empresa, nos atacó y en el titular de un diario dijo que éramos unos desfachatados. Yo no puedo sostener ningún tipo de relación, ni buena ni mala, con alguien que me califica de desfachatado.

- Sin embargo, usted se allanó a firmar un acuerdo con Enami, pero gestionado por Interior, para pagar los finiquitos a los trabajadores, a pesar de que toda la mesa de acreedores se negaba. ¿Por qué cedió a la presión del gobierno?

- Todo lo contrario. El pago a mis trabajadores era mi prioridad, y así lo dije ante la mesa de acreedores. Pero aun más, desde el primer día vi que la compañía y Enami, como elemento clave del gobierno en esto, tenían los instrumentos para resolver este tema prontamente y no haber dado pie para tanto disgusto de los trabajadores. Sin embargo, en vez de resolverlo rápidamente, se ha ido arreglando a gotas. Entonces esto para mí no es ceder, es cumplir lo que yo dije desde un comienzo.

- Por otro lado, muchas de las críticas a su actuar en la mina vinieron desde ex directores de su compañía, gente que conocía el funcionamiento de la empresa.

- El directorio de la compañía no era cercano a mí, era un directorio anterior, con el cual intentamos hacer un trabajo que no resultó: no cumplió con los estándares que teníamos previstos. Por eso con Marcelo decidimos que el directorio no era necesario. Cuando yo llegué, la empresa estaba con muchos problemas económicos y lo primero que hicimos fue rebajar gastos.

"Privadamente puedo decir que recibimos el apoyo de mucha gente, pero creo que faltó valentía en muchos sectores de la sociedad. Faltó coraje moral para apretar el freno y decir "¿será verdad todo lo que se está diciendo o no?".

- ¿Qué gastos se redujeron? Porque precisamente estas personas dijeron que se habían bajado gastos en cosas importantes, como seguridad.

- Eso es mentira. Si algo se hizo fue aumentar los gastos en seguridad con respecto a lo que ellos habían hecho antes. Eso es absolutamente comprobable y, de nuevo, se hizo una caricatura.

- ¿Cuáles fueron concretamente las inversiones que se hicieron en seguridad?

- Hicimos un pronóstico de la explotación de la mina y contratamos a un ingeniero de prevención de riesgo permanente.También contratamos a un ingeniero geomecánico y a un geólogo full time. Además, incorporamos maquinaria de punta para justamente dar mayor seguridad a los trabajadores, incluimos más medidas, como poner el sistema de fortificación: mandamos a hacer un estudio de geomecánica que dijo exactamente cuál es la metodología y el tipo de fortificación que requiere la mina, además capacitamos a la gente; cuestión que hace poco reconoció el Sernageomin.

¿Futuro empresarial?

- Las principales aristas del caso se han ido cerrando. ¿Qué viene ahora?

- Por el momento quiero que se terminen de establecer las verdades y que se vayan cerrando los distintos temas. Es importante que hasta la fecha no existe fallo alguno en contra nuestra. Ahora, no puedo anticipar cuándo va a terminar este proceso.

- ¿Tiene algún proyecto empresarial en mente?

- Quiero seguir ligado al mundo empresarial, pero por ahora no tengo ningún proyecto concreto.

- ¿Qué es lo que lo motiva para seguir adelante?

- Mi familia y mi prestigio personal. Afortunadamente lo que estamos viendo hoy es una fuerte contradicción entre lo que dicen los tribunales y esta maquinaria avasalladora de cosas que se dijeron en su momento.

- ¿Espera que alguien le pida perdón?

- No. Pero tampoco creo que alguien me vaya a pedir perdón.

Relacionados