Por María José López y Lorena Rubio Enero 28, 2011

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La tarde del lunes 17 de enero, el presidente del directorio de Canal 13, René Cortázar, cruzó con paso rápido y el rostro serio la gruesa puerta de vidrio del edificio de la Conferencia Episcopal de Chile, en calle Echaurren. En el sexto piso del inmueble lo esperaba el nuevo arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, quien había asumido su cargo apenas 48 horas antes.

Tras una breve conversación en la que intercambiaron saludos y felicitaciones, ambos interlocutores entraron en materia.

La audiencia había sido solicitada por el presidente de la estación televisiva en medio de un fuerte impasse con la Iglesia, generado tras la abrupta salida de Canal 13 de dos emblemáticas figuras religiosas.

En un directorio realizado el 22 de diciembre, la nueva administración del canal había logrado respaldar por unanimidad el retiro del espacio Misión 13 del horario de las 14.30 -como se transmitió durante una década-, cambiándolo para después de medianoche. La decisión de suspender el comentario religioso había gatillado la airada renuncia del sacerdote jesuita  y rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, y del obispo auxiliar de Santiago, Fernando Chomalí.

"Ezzati inquirió sobre lo sucedido y escuchó las explicaciones de Cortázar. Su ánimo no era de queja, pero el tema le preocupaba", afirmó una fuente de la Iglesia.

Cortázar, por su parte, escuchó atentamente la postura de monseñor Ezzati y luego  le explicó  el nuevo escenario que implicaba el cambio de propiedad para la estación "La conversación terminó en buenos términos", señala una fuente del canal de Andrónico Luksic.

En el entorno del arzobispo indicaron que, si bien fue un encuentro cordial, el sucesor de Francisco Javier Errázuriz está preocupado por las señales de "abierto desapego" con la visión católica que el canal encabezado por Cortázar ha mostrado en el último tiempo.

El obispo auxiliar de Santiago Cristián Contreras comparte esta opinión y  lamenta que la UC haya vendido la estación en agosto. "Me pregunto ¿es posible catalogar eufemísticamente de 'socio estratégico' a quien adquirió el 66% de la propiedad de Canal 13? Obviamente que no. La primera señal fue haber quitado UC debajo del logo Canal 13, después el despido de un centenar de trabajadores, y ahora el envío de las reflexiones de los sacerdotes al cierre de las transmisiones, a las 2 de la madrugada. A buen entendedor, pocos hechos".

Pasado en común

Es sabido: Cortázar es un hombre de Iglesia. La nueva cabeza del 13 conoce a la perfección los códigos y señales del clero, por lo que ha manejado el episodio "de los curas" -como se le menciona en Inés Matte Urrejola- de forma cuidadosa. Sobre todo porque fue el propio Andrónico Luksic quien se comunicó con él, cuando trascendió a los medios la molestia de Montes en su última prédica televisiva, el 12 de enero.

Quienes conocen al mayor del clan croata saben que el empresario no está dispuesto a enfrentarse a una institución con la que su familia ha mantenido relaciones por años. "Ser dueño de un medio de comunicación no significa sólo preocuparse de las utilidades. Hay una imagen que preservar", señala un hombre de negocios que ha hablado con el vicepresidente del Banco de Chile.

Cuando se publicaron los dichos de Fernando Montes, la plana ejecutiva del 13 cayó en cuenta que "los roces" se habían transformado en una crisis. Tres días después del "episodio Montes", durante la misa en la Catedral Metropolitana para celebrar la asunción de Ricardo Ezzati como arzobispo de Santiago, laicos, obispos y sacerdotes se acercaron al rector de la UAH para manifestarle su solidaridad y apoyo.

Fue, precisamente, la cercanía de Cortázar con el mundo clerical, además de su reconocido perfil ejecutivo y su exitoso trabajo en TVN a fines de los 90, lo que llevó a Luksic a ficharlo como presidente del 13.

Entonces, el banquero conocía muy poco a Cortázar y éste, para aceptar el cargo, exigió tener poder sin contrapesos. En la conversación con el dueño del canal, el actual presidente del 13 pidió "carta blanca" para tomar las decisiones que él estimara convenientes para sacar a la estación del desastre financiero y de audiencia en que se encuentra. Luksic estaba dispuesto a hacerlo.

En el proceso de reclutamiento de Cortázar, para el vicepresidente del Banco de Chile fue crucial la opinión del antecesor de Ezzati. El ex arzobispo Francisco Javier Errázuriz ya había sondeado al economista DC para el cargo apenas Michelle Bachelet dejó La Moneda. Si bien en esa oportunidad Cortázar dijo que no, se mantuvo como la carta de Errázuriz para ese puesto. Su cercanía con él llegaba a tal punto, que hace dos años asistió por mandato de Errázuriz y de la Conferencia Episcopal a una reunión del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

En todo caso, los principales vínculos de Cortázar con la Iglesia son los jesuitas: en los años 80 y 90 participó activamente en las Comunidades de Vida Cristiana (CVX), grupo de laicos cercanos a la Compañía de Jesús. Fue en esos encuentros donde, hace más de 30 años, conoció al "padre Montes". A tal punto llegó su vínculo con el mundo jesuita, que formó parte del comité editorial de la revista Mensaje.

Pero es precisamente el pasado del ex ministro de Transportes lo que ha hecho tan complejo su aterrizaje en Inés Matte Urrejola.

"No han sido fáciles las decisiones que ha debido tomar", dice un miembro de su círculo. Para la Iglesia tampoco ha sido grato confrontar que un cercano a ellos esté a cargo de inaugurar la etapa "del 13" a secas, sin el apéndice de canal católico.

Porque si hay algo que tienen claro, tanto la jerarquía eclesiástica como el propio Cortázar, es que éste tiene dos misiones cruciales: la primera -probablemente la más difícil- desmarcar al canal de la Iglesia y las visiones más conservadoras de la sociedad. La segunda, mejorar los resultados de la estación.

La gestión de Cortázar que incomoda a la Iglesia

El 13 que viene

Es que el 13 está haciendo lo posible por conseguir cifras azules. En este proceso, una de las difíciles decisiones que ha debido enfrentar esta administración fue recortar gastos de la mano de 101 despidos masivos, para lo que se contrató a la empresa People&Partners. De inmediato cayó una lluvia de críticas a Luksic (ver foto).

Para superar el déficit, un alto ejecutivo del canal reconoce que los esfuerzos apuntan a convertirse en uno pluralista, autónomo editorialmente, e independiente. "Por eso en estos dos meses terminamos con el comentario religioso de media tarde, pudimos mostrar los spots del sida como cualquier otro canal, lanzamos Modern Family, serie que en otro momento habría sido muy cuestionada, y se acabó la dirección de Estándares Editoriales", dice un alto mando del canal.

El área liderada por María Ester Roblero fue sacada del organigrama y ahora es la dirección ejecutiva del 13 la que debe velar por el cumplimiento de la línea editorial del canal.

En el círculo de hierro de Cortázar confirman que el pluralismo es su "nueva bandera". En este nuevo escenario, la mirada católica deja de tener un espacio privilegiado, afirma un alto ejecutivo, y se recogen todas las visiones religiosas, políticas y culturales.

En simple, afirma un representante de la plana mayor del 13, a lo que apuntan es a convertir al canal "en uno más, que compita en igualdad de condiciones con el resto". Por eso, más que un presidente del directorio, a Cortázar hoy lo sindican como un presidente ejecutivo, cuyo gerente general es el director ejecutivo de la estación, David Belmar.

Pese a que el cambio de mano es "inevitable", aseguran en la Iglesia, la forma y los tiempos han dejado heridos en el camino.

Una cuestión de estilo

Una de las cosas que han llamado la atención al interior del 13 es el poder que ha adquirido el ex ministro de la Concertación. Históricamente, quien manejaba las riendas del canal era su director ejecutivo.

Uno de los momentos más tensos se vivió en el primer directorio de la estación, el 22 de diciembre, cuando Cortázar anunció el cambio de horario del comentario religioso. "Dado que el canal cambió de dueño, pensamos que no es conveniente seguir con esta interrupción de programación protagonizada por un sacerdote", señaló a los presentes.

Hoy, con una oficina en el cuarto piso del canal -junto a la de Belmar-, Cortázar pasa varias horas al día en el lugar e interviene en todas las decisiones que se toman. Incluyendo las comerciales y administrativas.

Como ejemplo de su total injerencia, en Inés Matte Urrejola recuerdan una llamada de Cortázar al director de Programación, Patricio Hernández, hace unos días para cuestionar por un "koala" que protagonizaban en pantalla Andrea Dellacasa y Nicolás Copano en Alfombra Roja. Lo mismo pasó con Año Cero. El ex ministro de Transportes hizo ver su malestar a los encargados del reality por mostrar imágenes de jóvenes tomando orina. Quienes lo conocen aseguran que preferiría que le hubieran preguntado su opinión antes de emitir esas escenas.

Pese a llevar poco más de 60 días instalado en las oficinas de Bellavista, los cambios son notorios. Una muestra, el recorte de costos emprendido desde su llegada ha implicado una rebaja de US$ 8 millones, un poco menos de lo que el canal perdió durante los primeros nueve meses del años.

Para lograrlo, replicó el mismo modelo creado para TVN en los 90: el Grupo de Exclusiva Confianza (GEC), que integran Belmar; la gerenta de Comunicaciones -y mujer de confianza de Cortázar-, Alejandra Pérez; el director de Prensa, Jorge Cabezas; el director de Gestión y Planeamiento, Alejandro Carboni; la gerenta de Desarrollo, Alejandra Hinojosa; y el director comercial, Luis Hernán Browne. A este último le pidió una propuesta de política publicitaria y relación con los avisadores, que debe ser entregada en marzo próximo.

Su objetivo es lograr que la estación tenga números azules a mediados de 2012, tarea nada de fácil cuando se piensa que las pérdidas estimadas para este año rondan los US$ 20 millones. Ello, mientras su competencia muestra cifras azules hace ya un rato. Chilevisión mostró ganancias a septiembre por US$ 22 millones; en TVN fueron de US$ 10 millones, en el mismo lapso, mientras que Mega ganó US$ 9,5 millones los primeros nueves meses de 2010.

La gestión de Cortázar que incomoda a la Iglesia

Las primeras señales

Todos los años un ejecutivo de Canal 13 asiste a la Asamblea Plenaria, que congrega a todos los obispos del país dos veces al año en Punta de Tralca. Pero en noviembre pasado Cortázar no estaba entre los laicos asistentes. Sólo se vio al rector de la UC, Ignacio Sánchez.

En una de las sesiones de la tarde, mientras el obispo auxiliar de Valparaíso preparaba su presentación, conectó su computador a la pantalla. Ahí, lo primero que se vio fue una imagen de la teleserie de Canal 13, estación en la que la noche anterior los prelados habían visto las noticias. En la escena, un recién casado esperaba a su novia. En medio de risas nerviosas de los presentes, el sacerdote intentó mejorar la conexión. Cuando pensaba que la imagen estaba de vuelta, la pantalla mostró nuevamente imágenes del 13. Esta vez, en primer plano, la pareja que había aparecido se daba un apasionado beso. En la sala las risas se desataron. Hoy, muchos recuerdan ese episodio como un anticipo de lo que vendría en el canal.

Para la universidad y los representantes de la Iglesia, el presagio se confirmó el 22 de diciembre, en el primer directorio del canal. En la sala de reuniones del cuarto piso, Cortázar recibió a Luksic, Rodrigo Terré, Martín Rodríguez, Fabio Valdés, Alberto Arenas, Silvia Pellegrini, Marcelo Von Chrismar y Patricio Donoso. "Ese directorio confirmó que el canal hoy sería menos conservador", dice un cercano a Cortázar.

Quienes estuvieron ahí comentan que uno de los momentos más tensos del encuentro fue cuando se planteó cambiar el horario del comentario religioso. "Dado que el canal cambió de dueño, pensamos que no es conveniente seguir con esta interrupción de programación protagonizada por un sacerdote", señaló el presidente de la mesa a los presentes.

De inmediato, los tres representantes de la UC -Von Chrismar, Pellegrini y Donoso- insistieron en que el canal no podía desmarcarse de la Iglesia, y enfatizaron en que no debía haber problemas de rating. Pusieron como ejemplo lo que ocurre en Mega, el segundo canal con más audiencia, dicen desde la UC.

Pese a todo, llegaron a acuerdo. Eso sí, los representantes de la Católica pidieron que Cortázar llamara personalmente a cada uno de los sacerdotes para darles la noticia.

Conocida la molestia del clero, Cortázar envió, a fines de diciembre, una carta privada a Fernando Chomalí en la que explicaba las razones de la decisión. El obispo le respondió la primera semana de enero con otra misiva en la que, si bien agradece el espacio brindado, manifiesta su "sensación de que el objetivo es prescindir completamente de esto en el futuro". El sacerdote terminaba su carta con un "me doy cuenta que para lo que mi persona es importante para otros no significa nada".

Respaldo en la Catedral

La despedida de Montes, en tanto, fue al aire y se convirtió en el síntoma público de la molestia en la comunidad religiosa.

Cuando el sacerdote jesuita solicitó despedirse en cámara, los ejecutivos no lo dudaron: consideraban que era legítimo. Una vez que los encargados de contenido revisaron el texto de su discurso, se encontraron con que la despedida del padre tenía fuertes críticas, pero ya era tarde para echar pie atrás.

"Lamento que mientras se dedican horas a la farándula, al deporte o a los realities que muestran a seres humanos como animales enjaulados para satisfacer la curiosidad del público, no haya unos minutos en momentos estelares para un mensaje que orienta la vida del pueblo chileno", dijo.

También les dejó entrever su disconformidad frente a la parrilla, rogando a Dios "que ilumine a quienes dirigen este canal para que tengan siempre presente que él fue fundado para contribuir con valores sólidos a la educación de este pueblo".

Fue al día siguiente, cuando los dichos de Montes se publicaron en la prensa, que la plana ejecutiva del 13 cayó en cuenta que "los roces" se habían transformado en una crisis.

Tras la intervención del jesuita, muchos religiosos se cuadraron con su opinión. Tres días después del "episodio Montes", durante la misa efectuada en la Catedral Metropolitana de asunción de Ezzati como Arzobispo de Santiago, laicos, obispos y sacerdotes se acercaron al rector de la UAH  para manifestarle su solidaridad y apoyo.

Un párroco que asistió a la ceremonia recuerda que el tópico obligado era el cambio del comentario religioso en el canal de Luksic. "La preocupación es que el canal sea 'castigado' por errores que se han cometido en la Iglesia. La Iglesia tiene una responsabilidad en la sociedad chilena, por lo que no puede ser desvinculada así no más", sostiene.

Un religioso que comparte esta teoría indica que "hoy todos apuntan a ser pluralistas y no conservadores. Y todo lo que tenga relación con Iglesia es tildado de conservador y no pluralista".

El obispo auxiliar de Santiago, Cristián Contreras, indica que "comparto plenamente la reflexión del padre Montes, del mismo modo que su valentía de hacerla pública. El padre Montes y monseñor Chomalí me representan en una decisión dolorosa y al mismo tiempo digna".

Con todo, hay otros que ponen paños fríos al asunto. Galo Fernández, vicario de la Esperanza Joven -quien decidió mantenerse en el 13 -, asegura que aunque la decisión lo sorprendió y a pesar de que el nuevo horario "no es muy atrayente",  que "todo espacio que se nos otorgue hay que saberlo ocupar". Según el sacerdote diocesano, es legítimo que el nuevo propietario busque una nueva forma de relacionarse con Iglesia tratándose de un canal privado. Asegura estar tranquilo porque Cortázar "nos dejó claro que la presencia de la Iglesia es importante y debe estar en los momentos fundamentales".

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