Netbook
Por Alejandro Alaluf
Sin querer queriendo, los netbooks están obligando a la industria a reinventar la forma en que la gente se relaciona con la computación. Gracias a estos livianos, baratos, pequeños y sencillos computadores, prácticamente "de bolsillo", existe una nueva manera de acceder a internet y a nuestros documentos: a través de la nube. Y claro, considerando su poco poder de procesamiento y almacenamiento, la necesidad de tener todo "en el aire" para accesarlo remotamente desde cualquier terminal -que es a lo que apuesta Google- se ha transformado en un must. La crítica ante su tamaño es concreta, pero la necesidad también es real. Habrá que acostumbrarse a contar con un netbook y trabajar desde la nube. Al menos, suena placentero. Pero está por verse que tan sólida será la experiencia final.
Obama
Por Francisco Javier Díaz*
Obama asume en enero. Por Penn Avenue camina cool con Michelle, abrigo negro y bufanda roja. Su equipo se toma el ala oeste. Todos duchos, duros, los mejores y los más brillantes. Le torpedean varios nombres y se le caen otros tantos. Comienza a gobernar. El país en cuasi depresión, sabe que los primeros meses tiene que batírselas con sus dos mayores assets, el gesto y la palabra. Sale jugando y marca pauta en lo internacional. Tema seguridad, tema nuclear, OTAN, G-20, Medio Oriente. Trinidad y Tobago, todo un quiebre, todos amigos, acomoda la silla de Bachelet y condena el golpe de Honduras. Adentro es difícil. Salva Detroit. Aprueba un plan fiscal que nadie sabe si funciona porque es correcto o porque sencillamente es mucha plata. El desempleo igual lo complica. Pedalea a punta de gestos. Compra un perro y baila con Hannah Montana. Juega béisbol con jeans gastados. Se enoja y desenoja con un policía. Pero el tiempo apremia. La derecha no perdona. La izquierda se impacienta. Trata de aprobar el plan de salud. Pudo haber esperado, pero igual arriesga. Afuera las cosas se enredan. Un Nobel que él no pide lo obliga a admitir que no es tan capo. ¿Para qué sigue en Afganistán? A fin de año decepciona: en verdad no twittea y se le cuela gente en las fiestas. Pero sigue adelante. Hay que dejar que gobierne. Hay que tenerle fe a Obama.
*Cientista político y asesor de Michelle Bachelet
