Por Sebastián Rivas Marzo 7, 2013

A inicios de enero, Hernán Larraín Matte (38) sostuvo una reunión con el presidente Sebastián Piñera. Desde hace cuatro años, sus citas eran frecuentes y diarias: primero como el creativo de la campaña para llegar a La Moneda, y luego como uno de sus asesores del Segundo Piso presidencial. Pero esta vez el encuentro fue especial. Larraín Matte le dijo al mandatario que dejaría su puesto en el palacio por un nuevo desafío: asumir la dirección ejecutiva del think tank Horizontal, que busca instalarse como un nuevo referente en la centroderecha.

Su último día de trabajo en el gobierno fue el 28 de febrero. Y a inicios de esta semana, Larraín Matte -hijo del senador UDI Hernán Larraín y de la ex ministra Magdalena Matte, y hermano de Pablo y Juan de Dios, dos de los cerebros detrás de la película No-  ya estaba instalado en la oficina que el centro tiene cerca del Parque Forestal. Su desembarco ha sido frenético: a fines de mes viajará a Washington para conocer la realidad de otras instituciones, como la Fundación Heritage y el Cato Institute.

Pero, además, quien fuera el hombre detrás de la franja de Piñera está adaptándose a otro cambio: pasar de la trastienda a la primera plana. En febrero, él lo anticipó en su cuenta de Twitter: “Como dijo Bachelet, hablemos en marzo”, escribió ante los cuestionamientos desde la propia derecha al gobierno de Piñera. Aquí cumple su palabra, y fija la hoja de ruta de Horizontal: aportar a una “centroderecha moderna” que se aleje de lo que califica como una derecha “conservadora, tradicional y pro statu quo”.

-¿Por qué tomaste la decisión de venir a Horizontal y no quedarte en el gobierno hasta el final?

-Porque en la política hay momentos. Y sentía que había cumplido una etapa. Había trabajado cuatro años junto al presidente como su asesor y sentía que, junto a un grupo de personas, nosotros debíamos dar un salto y entrar a la cancha. El rol de asesor es un rol donde tú estás trabajando en el backstage de la política.

-¿El presidente te dio alguna recomendación?

-El presidente cree mucho en la necesidad de las ideas y de las políticas públicas. Él personalmente lo ha demostrado durante toda su carrera profesional y sabe la importancia que tiene, particularmente en un momento en que ha habido una discusión respecto de la centroderecha y su identidad.

-¿Cómo ves su figura y el legado de su gobierno?

-Nosotros nos sentimos muy comprometidos; yo me siento evidentemente muy cercano a la centroderecha que el presidente Piñera ha ido elaborando. Hay una visión más conservadora que ha logrado instalar una tesis que, a mi juicio, es equivocada, y que tiene su mejor representación en el libro de Jovino Novoa.

-Novoa dice concretamente que Piñera no ha gobernado con las ideas de la centroderecha. ¿Qué dices tú?

-Puedes visualizar dos centroderechas: una tradicional, pro statu quo, conservadora, economicista y neoliberal, versus una derecha moderna, pro cambio social, abierta, diversa y democrática. Y puedes ver a un mundo que defiende un proyecto político heredado de la dictadura y la protección de ese modelo, versus la conformación de una centroderecha moderna, cuyo principal arquitecto ha sido Sebastián Piñera y este gobierno, que le ha dado legitimidad democrática al sector; que le ha permitido al país retomar el crecimiento, el empleo y el avance en diversas áreas sociales; y que le ha permitido a toda una generación entrar al mundo de lo público y valorar el Estado.

-¿En qué radican las diferencias?

-La derecha conservadora no entiende los nuevos desafíos del país. Creo que en esa visión radica un derrotismo y una visión de minoría que si no es orgullosa del gobierno que lleva adelante, si no tiene la capacidad y la convicción de proyectar eso a largo plazo, puede ser la responsable de condenar a la centroderecha a pasar en la oposición un buen par de años más.

-¿Cuál es el riesgo que enfrentaría la centroderecha si la tesis conservadora se impusiera?

-Te lo respondo de otra manera: yo creo que si la centroderecha opera bajo la lógica del conservadurismo político y del derrotismo electoral, la elección presidencial está perdida. Mi convicción es que el candidato único debe representar la proyección de la obra de este gobierno.

-Hubo muchas críticas al Segundo Piso. En Twitter comentaste que eran injustas, porque no podían salir a defenderse. ¿Qué dices ahora que estás fuera?

-Ahí hay dos cosas: en primer lugar, las críticas al Segundo Piso son siempre muy útiles para pegarle al presidente en forma indirecta. Y, en segundo lugar, el Segundo Piso no tiene la posibilidad de responder. Por lo tanto, es en el fondo una abstracción útil para poder criticar al corazón del gobierno.

 

“Las sobreexpectativas nos pasaron la cuenta”

-Hace cuatro años, tú decías: “La derecha necesita rockeros, estilo y discusión para construir una gran mayoría”. ¿Qué piensas hoy de eso?

-Pienso que este gobierno ha sido bastante más rockero de lo que muchos imaginaron. Está la Ley Antidiscriminación; presentó el proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja, que va a ser ley este año; este gobierno permitió, con fondos fiscales, la posibilidad de operaciones de cambio de sexo. Y el censo del año 2012 incluyó una pregunta sobre tu orientación sexual. Puede parecer menor, pero tú ves la lista de cosas que hablan y demuestran un gobierno que, por ejemplo, ha sido bastante más transformador en este caso respecto de lo que fueron veinte años de la Concertación. Eso es rockero.

-Pero la crítica es que ésas son banderas de la izquierda.

-No veo por qué la diversidad es una bandera exclusiva de la izquierda. El mundo liberal que cree en la diversidad ha pertenecido históricamente tanto a la izquierda como a la derecha, así como hay sectores conservadores de izquierda y derecha.

-Fuiste uno de los creadores de la estrella multicolor de la campaña de Piñera, lo que fue interpretado como ir ganando espacios de la Concertación. ¿Eso es lo que tiene que hacer la centroderecha hacia el futuro?

-Tengo la convicción de que así como la campaña de 2009 tuvo la capacidad de representar a muchos sectores y, por lo tanto, construir una mayoría que le permitió al presidente Piñera ser elegido, hay una necesidad imperiosa de que el proyecto de la centroderecha a futuro tenga esa diversidad, esos colores, esa apertura y tenga la capacidad de representar a todos los mundos. Eso le va a permitir ser una mayoría sociológica. De lo contrario, vamos a tener una vocación de oposición y de minoría.

-En el balance de tus años en el gobierno, ¿qué cosas crees que se podrían haber hecho mejor?

-Creo que las sobreexpectativas que generamos han sido un tema que nos ha pasado la cuenta. Generamos una sensación de que los avances iban a ser a una gran velocidad. Obviamente los cambios son indiscutibles: las personas efectivamente te valoran resultados y reconocen la gestión del presidente Piñera. Pero se iban a dar en el proceso en que se dan los gobiernos, que son de cuatro años y que tienen un desarrollo.

-Piñera dijo al comienzo del gobierno que “en veinte días hemos hecho más que en veinte años”.

-Bueno, eso está un poco en la lógica de generar sobreexpectativas. Y yo creo que la humildad y avanzar paso a paso es un buen consejero en este oficio. Ahora, lo que está haciendo el presidente es cumplir con lo que se comprometió, y que sean las obras las que hablen por el trabajo realizado. En la medida en que vayan pasando los días, las semanas y los meses, las personas van a ir apreciando cada vez más el legado del presidente.

-A mitad del período hubo una crítica a la generación “sub 40”. De hecho, hubo varias salidas de funcionarios y se dijo que no estaban comprometidos. ¿Cómo leíste esos cuestionamientos?

-No comparto esa tesis respecto de que había una fuga. Me parece que, como en todo gobierno, hay casos puntuales respecto de personas que van saliendo y van ingresando. Al contrario: mi impresión, y es una impresión fundada, es que los cuadros están estables y, en su gran medida, van a estar hasta el final.

-¿Crees que la generación “sub 40” va a cambiar la forma de hacer política en la centroderecha?

-Tengo la convicción de que toda la generación que ha tenido la posibilidad de estar cuatro años en el gobierno cambió su vida y su forma de entender la sociedad, el rol que tiene el Estado y su capacidad de poder trabajar en pos del bienestar de las personas. Es una generación que, paradojalmente, es parte del legado del presidente Piñera, tanto Evolución Política como Horizontal.

-¿Y qué efecto ha tenido eso?

-A pesar de estos gritos anticuados respecto de un grupo de ideales de centroderecha, tengo la impresión de que ha sido toda la centroderecha la que se ha ido transformando en este gobierno. Te menciono un solo nombre: Andrés Chadwick, que es de la UDI, representa sin duda una de las mejores caras de la derecha moderna. Pablo Longueira, Evelyn Matthei… Son parte de este gobierno y parte de la UDI. Por tanto, creo que tiene muchos rostros. Y hay una generación que viene a continuación que busca proyectar eso frente a los nuevos desafíos del país.

-¿Pero el objetivo de Horizontal es llegar a ser un tercer partido de derecha?

-No, no, no. Somos un centro de estudios, y nuestra preocupación son las ideas y las políticas públicas. Nosotros queremos darle un espacio y una plataforma a una centroderecha liberal y progresista.

 

“Vamos a tener un rol neutral en las primarias”

-¿Cuál es la relación que mantiene Horizontal con Evolución Política, el movimiento de Felipe Kast?

- Horizontal y Evolución Política nacen de la misma pulsión, de la misma misión, de una mirada generacional común, y son proyectos distintos y al mismo tiempo complementarios. Evópoli está en una plataforma electoral; Felipe Kast logró negociar un subpacto con RN, lo que le va a permitir llevar candidatos al Parlamento. Horizontal está en las ideas, en las políticas públicas y en el rol que le corresponde a un centro de estudios.

-¿Qué posición va a tomar Horizontal en este año electoral? ¿Va a apoyar a algún candidato presidencial?

-Nuestra definición es que vamos a tener un rol neutral respecto de las primarias. Vamos a desarrollar en los próximos cuatro meses una serie de propuestas de política pública, y cuando la Coalición por el Cambio haya definido su candidato único, nosotros vamos a apoyarlo.

-¿Van a participar en campañas? Por ejemplo, Juan Carlos Jobet está en el equipo de Allamand…

-Hay miembros, como el caso de Juan Carlos, que están trabajando directamente. Nosotros hemos definido que en mi caso, en el rol del director ejecutivo, se juega un rol neutral, dado que hablo a nombre de la organización.

-¿Vas a permanecer como militante de RN?

-Sí, no veo que sean proyectos contradictorios.

-¿Te definirías como “piñerista”?

-Absolutamente. Piñerista-horizontalista (risas).

-¿Y te gustaría ver a Piñera de vuelta en una candidatura presidencial en 2017?

-Es un escenario que no podemos descartar.

El enfoque en los niños

El debut de Hernán Larraín Matte como director ejecutivo de Horizontal fue con la presentación de un documento: el “Índice de oportunidades para la movilidad social”. Él dice que ésa es la primera y más importante línea de estudios de la institución. “La cuna en Chile todavía manda. La literatura internacional y los primeros estudios que estamos desarrollando nos hacen llegar a una gran conclusión: si queremos corregir las desigualdades de origen, lo que tenemos que hacer es intervención temprana. Son nuestra prioridad: los niños están primero”, dice.

El índice señala que la brecha de oportunidades para la movilidad social se abre temprano y tiene efectos acumulativos permanentes. Por eso, una de las primeras propuestas es reforzar la entrega de recursos en los primeros años, especialmente en la educación preescolar, para conseguir una sociedad meritocrática. “Nosotros, que nos consideramos liberales, creemos que para que tú puedas ser efectivamente una persona libre tienes que tener las condiciones para poder desarrollar tu libertad. Y tienes que ir entonces a la raíz del problema”, plantea.

El equipo de Horizontal hoy está compuesto por nueve personas. El área de movilidad social está a cargo de Andrés Hernando, director de Estudios de la entidad. Además, hay otras dos líneas de investigación: libre competencia, supervisada por Fernando Medina, y democracia y reformas políticas, en que Daniel Brieba es el responsable. “El foco central es que estamos evaluando el binominal y estamos estudiando potenciales perfeccionamientos al binominal o directamente una alternativa”, dice Larraín Matte.

El financiamiento del centro de estudios se consiguió al comienzo a través de aportes de sus creadores, apoyo de financistas y donaciones. Pero la apuesta es moverse hacia un modelo de aportes a través de suscripciones y otros mecanismos. De hecho, ése será uno de los puntos que Larraín Matte consultará a los think tanks estadounidenses en su viaje a Washington de fines de este mes.

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