Por Diego Zúñiga Abril 22, 2015

Ocurre en un pueblo de Argentina, en el campo: una madre y una hija, un lugar contaminado, lleno de niños deformes, intoxicados, que hacen su vida como pueden. La historia se narra a dos voces: Amanda, la madre, cuenta aquellos días en que fue de visita al pueblo junto a su hija -un pueblo realmente escalofriante-, y se lo cuenta a David, un niño enigmático, una presencia que le pregunta y le insiste en que recuerde esos días en que su vida iba a cambiar para siempre.

Con estos materiales trabaja la argentina Samanta Schweblin (1978) su primera novela, Distancia de rescate (Literatura Random House), que acaba de ser elegida “libro del año” por el blog de la prestigiosa librería Eterna Cadencia. Este campo argentino del siglo XXI está muy lejos de cualquier imagen bucólica y parece más bien un lugar aterrador, lleno de tóxicos, de riachuelos contaminados, de pesticidas. El escenario perfecto para que Schweblin -una de las mejores cuentistas de Hispanoamérica- despliegue todo su talento para armar una novela hipnótica y perturbadora, un relato asfixiante, en el que presenciamos, con absoluta complicidad, el miedo irrefrenable de una madre a perder a su hija. Una pesadilla perfectamente urdida.

“Distancia de rescate”, de Samanta Schweblin. A $10.000.

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