Por Rodrigo Fresán Julio 23, 2014

OK, de acuerdo: queda mal la autorreferencia pero se disculpa cuando se trata de invocar la propia voz, en otro lado, para recomendar aquí algo que me parece indispensable e impostergable. La cuestión es que la editorial bonaerense Eterna Cadencia acaba de publicar -por primera vez en nuestro idioma, seleccionados por Eduardo Berti y traducidos por Martín Schifino- los cuentos del inmenso pero demasiado desconocido norteamericano Stephen Dixon. El libro se llama Calles y otros relatos y, sí, yo -fan desde hace mucho- escribí el prólogo. Aquí, a continuación, va extracto para que se unan a la fiesta:

“Podría decirse que lo de Dixon tiene raíces centroeuropeas (inolvidable aquel capítulo de Frog en el que el protagonista Howard Tetch, de paso por Praga, se propone visitar la tumba del autor de La metamorfosis). Podría afirmarse también que conecta con ciertos modales posmodernos o hiper-maxi-freak-realistas de William Gaddis, William Gass o John Barth (quien ha manifestado su admiración por Dixon en más de una ocasión) o Thomas Pynchon.

Se lo podría considerar un pariente más o menos lejano/cercano de Italo Calvino, Georges Perec, Julio Cortázar o Alain Robbe-Grillet.

O que Dixon es -voltaje diferente, pero igual potencia- un obsesivo recordador a la altura de Marcel Proust. O tal vez - como dijo alguien, refiriéndose al modo en que la digresión constante de sus personajes muta a forma de acción- “una suerte de Bellow hip”.

O, mejor, una versión concentrada y espesa de los hechos de los pícaros/cretinos especialistas en deshacer cosas que suelen desordenar las tramas de Bruce Jay Friedman o Joseph Heller.

O quizás un referente anticipatorio de las estéticas y procedimientos de nombres en el candelero como los de Dave Eggers, Jonathan Lethem, Rick Moody,  el novelista gráfico Daniel Clowes, quien lo retrató para las portadas de I. y End of I.

De acuerdo con todo lo anterior; pero sumarle a todo ello un factor imprescindible y definitivo: Stephen Dixon es, también, un comediante.

Y cuando digo comediante me refiero al tipo de comediante que son Jerry Seinfeld y Louis C. K. Y que alguna vez fue Woody Allen. Y sus personajes son el tipo de personajes que podrían infiltrarse en escenas de películas de Noah Baumbach, en especial Greenberg. Y -sí, digámoslo, claro, por supuesto- ese nombre: Franz Kafka. Franz Kafka que -dicen- se reía mucho, hasta las lágrimas, cuando leía en voz alta sus ficciones, sí, kafkianas”.

Vuestro turno ahora. Bienvenidos.

“Calles y otros relatos”, de Stephen Dixon.

 

Relacionados